⚽ Fútbol internacional

El ostracismo del ‘Kun’: ¿ha sido el fútbol injusto con Agüero?

Sergio ‘Kun’ Agüero es, por derecho propio, uno de los grandes atacantes de este siglo XXI. Y, por qué no decirlo, su talento abre el debate sobre si es el mejor delantero centro que ha visto Argentina. Siempre tuvo algo especial; una sensibilidad diferente a la hora de marcar goles. Con la portería entre ceja y ceja, ayudado de su portentoso tren inferior, fue el hombre que mejor entendió a Messi tanto dentro como fuera del campo. Luego está todo lo que consiguió en Inglaterra, siendo para muchos el mejor extranjero que jugó en la Premier League.

Su retiro por problemas cardiacos le negó un último baile en Barcelona, dándole un final demasiado triste. La cosa es que esto se ha tornado en un asunto más dramático a lo largo de esta temporada. Tanto Manchester City como Argentina, los dos conjuntos por los que tanto peleó Agüero, han ganado sin él lo que estuvo buscando tanto tiempo.

Los superequipos de Guardiola: ¿es mejor el Manchester City campeón o el Barcelona de Messi?

 😥  Agüero dedicó su carrera a algo que no llegó

Todo argentino que se precie ha crecido soñando con darle la tercera estrella a su país. Y todo aficionado del Manchester City comenzó a soñar a lo grande cuando llegó a Abu Dhabi. Lo primero ya estaba en Agüero desde la cuna, y lo segundo fue echando raíces poco a poco en él. Estaba destinado a ser el jugador que pusiese los cimientos, el que estuviese de principio a fin en el proceso.

Debía salir en la foto del Mundial de Argentina y en la Champions del Manchester City, vestido de corto en ambas. Era él. Como si fuese una broma macabra del destino, ese que se ha encargado de torcer una carrera brillante en sus últimos coletazos, en su palmarés no estará ninguno de ambos títulos. De la forma más irónica posible, ambos llegaron poco después de que dejase el fútbol.

Agüero jugó una final del Mundial y una final de la Champions League. Lo tuvo ahí en dos ocasiones. Respecto a esa derrota dolorosa con Argentina ante Alemania, se demostró lo que ya se podía intuir: a la albiceleste le faltaba poco para conseguir su tercera Copa del Mundo. Con el ‘Kun’, Di María y Messi por encima del resto de mortales, solo necesitaban un pequeño empujón. Rusia 2018 debía ser su oportunidad para redimirse, pues llegaba Agüero en el mejor momento de su carrera. Era el máximo goleador histórico del Manchester City, el mejor escudero posible de su amigo Leo.

Aquel Mundial tropezaron, tirando por tierra lo construido con Sabella. Con Sampaoli no salieron las cosas, poniendo punto y final a sus participaciones mundialistas con aquel mítico Francia 4-3 Argentina de octavos de final. Como si fuese un preludio de lo que pasaría cuatro años después, marcó el último tanto del partido en el descuento. Una vez más, el destino confabulaba contra él, aunque había vida entre tanta desolación.

Agüero vio como su sueño de ganar un Mundial se esfumaba de sus manos ante Alemania en 2014.

Agüero vio como su sueño de ganar un Mundial se esfumaba de sus manos ante Alemania en 2014.

Ganar un Mundial es tremendamente complicado, por lo que las esperanzas de tocar el metal soñado recaían en el Manchester City de Guardiola. Con el catalán al frente, Agüero era el encargado de definir todo el juego ofensivo que generaban los suyos. Los citizens eran eternos favoritos a ganar la Champions League, pero siempre se cruzaba algún obstáculo insalvable por el camino. El mismo 2018 llegaban como claros favoritos ante el Liverpool de Klopp, y volvieron a ser presa de sus expectativas. Al siguiente año, con todo a su favor, el Tottenham los apeó con un gol de Fernando Llorente en el último suspiro.

Para 2020, en medio de la burbuja que se hizo en Lisboa para los equipos que seguían en la competición, eran favoritos. Llegaban de eliminar al Real Madrid, era su año. Como si fuese el día de la marmota, un fallo inexplicable en el momento menos oportuno dejaba fuera al Manchester City ante el Olympique de Lyon. Para que la gota colmase el vaso, en su último partido con la camiseta celeste, Agüero perdió la final de la Champions que tanto había buscado. Eran favoritos ante el Chelsea y todo se torció de manera incomprensible.

👏  Un delantero demasiado bueno como para ser olvidado

Todos esos fracasos le han echado de las dos fotos en las que debería haber estado. Al menos, en el Mundial de Qatar que ganó Argentina formaba parte del staff. Nadie le recordaría por su juego, eso sí. Con el Manchester City, meses después de que la albiceleste tocase el cielo, pasó algo similar. Agüero no estaría en la foto. Los focos que antaño se llevaba él iban dirigidos hacia los que fueron sus compañeros. Había luchado por ese momento como el que más, dándole al club su ahora segundo título más memorable y siendo el más importante de la columna vertebral que formaba junto a Kompany, Touré y Silva. Su estatua celebrando aquel gol ante el QPR le eleva a la altura de la leyenda que es. El máximo goleador de la historia del club no merece menos. Quizás es al revés, pues el fútbol ha quedado en deuda con él.

Ese final tan amargo y frustrante no lo merecía el mejor extranjero que ha jugado en la Premier League. O, al menos, el segundo mejor si se prefiere poner en primer lugar a Thierry Henry. Sus 184 goles en 275 partidos en liga le erigen como tal. Y, si se miran sus números en todas las competiciones con el City, el número se eleva hasta los 260 tantos. Si lograron tocar metal en Estambul, es en gran parte porque Agüero se pasó los mejores años de su carrera construyendo los cimientos del que es, actualmente, el mejor equipo del mundo.

En Argentina, más de lo mismo. Él fue quien creo el molde de compañero que necesitaba Messi para conseguir la tercera. Es imposible saber como hubiese ido todo si se cambiasen un par de decisiones del pasado, pero eso sería tan injusto como ese revés tan irónico que ha tenido el futbol tras su retirada. Agüero, con sus luces y sus sombras, se hizo un nombre gracias a lo que eligió. Posiblemente, aunque no haya salido en la foto, él sabe que ambos títulos son suyos. Y, si el fútbol no es justo, mejor serlo con uno mismo cuando ha dado todo por conseguir su objetivo.

Ir al contenido