El lavado de imagen del Manchester United con Ten Hag es notorio. En los días de la verdad sobre todo. Ante equipos punteros. La actitud en Old Trafford es otra. Una que incomoda mucho a los rivales, cosa que antes sonaba a ciencia ficción. Sin ir más lejos, en el 6-3 de la primera vuelta, donde el Manchester City jugó a placer. Pero en la revancha del derbi, que también lo ha sido en el marcador (2-1), se aprecia en el espíritu que imprime el técnico neerlandés a sus equipos. Guardiola, como de costumbre, convirtió un problema en solución, pero no fue suficiente.
😏 Algo ha cambiado en el United
Desde que llegó Ten Hag a la Premier League se vio de qué pie cojeaba. Quería un equipo valiente, con y sin balón, proactivo. Los fichajes fueron en esa línea, pero tardaron en asentarse, como es lógico. Y el 4-0 del Brentford fue paradigmático, pero la victoria contra el Arsenal, también. La incorporación más representativa en este sentido, tal vez, sea la de Tyrell Malacia, un lateral que lo que no tiene de envergadura, lo tiene de personalidad. Y que gana muchos duelos porque los afronta con más determinación que nadie, es generoso para repetir esfuerzos y no le quema mucho la pelota, con lo bueno y lo malo que engloba. Malacia es un potencial ganador, como Casemiro o Lisandro, que se ha comido con cáscara a Mahrez en su gran servicio desde que aterrizó en Old Trafford.
😌 El que no arriesga, no gana
El extremo argelino tendrá pesadillas después del mediodía que ha pasado. Venía de brillar contra el Chelsea y, habitualmente, acostumbra a ver la jugada de cara. Ahí, encara a pierna cambiada, cuando su equipo gira el juego de izquierda a derecha. Pero contra Tyrell, ni rastro. Por el férreo marcaje al hombre del neerlandés durante casi los 90 minutos. Defendió enfadado, pero no precipitado. Pegajoso como el que más, hasta mantener a Riyad permanentemente a raya, de espaldas, desnaturalizado. Esa actitud era la que ansiaba la parte roja de Manchester, la que contagió al resto. Si los red devils pudieron verticalizar y correr, fue por cómo o dónde recuperaron la pelota, y qué hicieron con ella: agresivos a media altura, asegurando la salida en corto, para después desplegarse. No dio muchos pases ni de más, ni de menos. Hasta Bissaka se atrevió, con acierto, a iniciar las jugadas que desataron el caos.
🧑🏫 Guardiola cambió el duelo con su jugada
Desde el comienzo, Pep quiso jugar al ratón y al gato, una de sus especialidades, pero no pudo hacerlo demasiado esta vez. Si los defensas nos emparejan y persiguen, saquémoslos de zona para conquistar su espalda, debió pensar. De manual. La teoría, porque en la práctica esto no fue así. Haaland se aburrió de venir a distraer a Varane al círculo central, por ejemplo, hasta pasar demasiado desapercibido en el área. Pero darle a Pep un descanso, es darle una vida para reflexionar, matizar y condicionar.
La triple amenaza por banda derecha volvió a dar su fruto, en un día donde Cancelo y Walker no jugaron tanto por dentro y tiraron muchas menos florituras. El lateral inglés, más profundo que de costumbre en el segundo tiempo, hizo dudar a Malacia, que en varias acciones tuvo que soltar a Mahrez. Y cuando esto sucedió, Kevin De Bruyne ya se había zafado de un correoso Fred antes del descanso, para atacar el intervalo central-lateral con la alfombra roja que le pone Pep a menudo. Especialidad de la casa. Así llegó el 0-1. La acción que mejor resume el partido.
Anular al Manchester City en zonas intermedias durante todo el choque es tan complicado como entender el fútbol. Porque hoy, cuando los sky blues hicieron lo más difícil, que era ponerse por delante visto lo visto, perdieron el partido a base de polémica y transiciones.