Tottenham Hotspur v Liverpool FC - Premier League
Fútbol internacional

El tercer gran bache del Liverpool de Klopp

Desde la llegada de Jürgen a Anfield, el Liverpool no ha parado de crecer. Es irrebatible. Como irrebatibles son, también, los datos que indican que el equipo red es diésel: le suele costar arrancar las temporadas y, a medida que estas avanzan, va in crescendo hasta alcanzar su pico de forma en primavera. La respuesta física colectiva y la planificación siguen patrones muy definidos.

Además de su idiosincrasia, esto explica que en Champions League sea, año tras año, un hueso duro de roer; mientras que en Premier League, sin embargo, hay temporadas donde no es capaz de aguantar la carrera por el título hasta el último tramo. Un Mundial de por medio, que le dificultará agarrar esa inercia, y bastantes lesiones importantes, están haciendo que el Liverpool se tambalee. Dos años después, vuelve a ver peligrar su clasificación vía liga para la máxima competición continental de clubes, a pesar de haber llegado a la final en la temporada pasada.

🚧 Otros baches en la era Klopp

Desde la llegada del técnico alemán a Merseyside, en octubre de 2015, podemos diferenciar tres grandes etapas: la primera, inicial, correspondiente al asentamiento de unas bases sobre las que edificar. La segunda, el puro vértigo que convirtió al Liverpool en el equipo más fulgurante de Europa, jugando a ritmos elevados. La tercera fue la implantación de un estilo más paciente y menos propenso al rock & roll, dado que ya era uno de los rivales a batir, al que muchos adversarios esperaban agazapados en su propio área. La cuarta, de recesión, podría estar comenzando en este momento. El bajón de equipo sin ideas, ansioso, desordenado y desalmado. Ahora falta comprobar si es algo puntual, como sucedió en la 2017/2018 o la 2020/2021, o si es un fin de ciclo sustancial.

En 2022/2023, el Liverpool vive su tercera peor racha de resultados en la era Klopp. La peor a estas alturas, de hecho. En la 2017/2018 finalizó cuarto con 75 puntos y hace dos años fue tercero. Con trampa, al terminar con 69 unidades y el mítico gol salvador de su cancerbero Alisson en el descuento de la penúltima fecha. Ahora es octavo tras 18 jornadas y 28 puntos en su casillero, una proyección con la que no alcanzaría las 60 unidades que, en Inglaterra, actualmente, te suelen dejar fuera del top 5. Y, en algunos casos, incluso fuera de Europa. Tiene que mejorar urgentemente sus números. Con el precedente de que, en los dos baches anteriormente mencionados, sumó cinco encuentros ligueros consecutivos sin ganar en enero.

🤕🚑 Volvió el desgaste y la plaga de lesiones

El factor desgaste, a nivel mental, es una de las causas de cada época de recesión en Anfield. Resulta imposible mantener el 100% que exigen los proyectos de Klopp, a máxima intensidad, año tras año. Ha pagado, además, el sobreesfuerzo del curso pasado; especialmente acentuado en la segunda vuelta, con partidos cada tres o cuatro días y 64 encuentros jugados entre todas las competiciones, que era el máximo posible en una misma temporada.

Por otra parte, físicamente, el equipo transmite la sensación de no llegar de forma óptima para enfrentar la cuesta de enero, con un calendario asfixiante a más no poder en Inglaterra. Darwin Núñez, Fabinho, Alisson, Trent Alexander-Arnold, Henderson o Van Dijk, seguramente, planificaron un año priorizando el Mundial, con lo que eso implica. Tal vez, hipotecaron su prime en la segunda vuelta, incluso.

Al igual que Klopp, en la 2020/2021, tuvo que improvisar veinte parejas de centrales diferentes por la plaga de bajas que se juntó en dicha demarcación, ahora los problemas se le aglutinan arriba. Sin Luis Díaz, presumiblemente, hasta marzo. Jota llegará muy justo a la vuelta de la Champions. Y Firmino, cuyos plazos se alargan más de lo esperado. Con este panorama, Salah y Darwin necesitarán descanso estos dos meses. Pero, por otra parte, Jürgen les requerirá para cada duelo. Vaya paradoja. La llegada de Gakpo puede ser una solución.

😔 La salida de Sadio Mané

Mané siempre fue muy querido en Anfield Road. Pero, mucha gente en Liverpool, ha comprobado ahora que Sadio era cuerpo y alma en este equipo. Uno de los mayores líderes, de los que más partidos desatascaban con sus goles e, incluso, del selecto grupo que mejor hacía jugar al resto. Su reconversión a ‘9’ o falso ‘9’, con la llegada del colombiano al extremo izquierdo, le sentó de cine a los red. Un atacante para todo. Que se le necesitaba para reemplazar a Salah en la derecha, sin problema. Que tenía que volver a la izquierda, más contento que unas castañuelas. Que le tocaba partir como mediapunta, versión Senegal, junto a un delantero centro; pues adelante.

🎩 Firmino… ¿returns?

La única buena noticia para Klopp, tras perder a un futbolista absolutamente imposible de reemplazar, ha sido el paso adelante, o zancada, más bien, que dio Firmino antes de recibir el duro varapalo de no contar para Tite en el Mundial. A ver cómo le ha sentado eso ahora a su centro neurálgico ofensivo de esta 2022/2023; una pieza clave desde su creatividad, inteligencia y hasta una explosión goleadora insospechada: siete en 13 jornadas, con un ratio de gol cada 134 minutos, que es, de largo, el mejor registro desde su llegada en 2015. Todo al rojo y todo a Bobby.

🧑‍🏫 Solución táctica

Ante este paradigma, de tantos cambios y contratiempos en el frente de ataque, Klopp encontró una solución bastante funcional y sostenible. Su 1-4-3-3, pasó a ser 1-4-4-2 en rombo. Un pequeño gran matiz, de incrustar a Firmino unos metros más atrás para vaciar el último tercio y sumar su magia pasadora entre líneas, que lanzase a Darwin Núñez y Mohamed Salah al espacio. Un movimiento ganador que hizo crecer a los dos delanteros, especialmente en transición, y que le restó responsabilidades a un centro del campo que sigue careciendo de un punto de creatividad y capacidad para romper líneas de forma autosuficiente.

💪 Se defiende como se ataca, y viceversa

Los problemas del Liverpool son múltiples, aunque, al hilo de lo que sucedió la 2020/2021, la defensa lo es todo para Klopp. Un técnico que dijo hace tiempo que la presión era su mejor mediapunta. Robar y correr, con el rival mal posicionado para defender, inyectar una sensación de peligro permanente para el adversario, de ahogo, en algunos casos. Aunque esta temporada no ha tenido tantas lesiones en la parcela defensiva, tampoco ha encontrado al socio ideal para un Van Dijk que está muy lejos de su máximo nivel.

Al no ser tan sólido atrás, es más dubitativo y desordenado a la hora de presionar, el equipo termina por resultar demasiado largo en ocasiones, con distancias amplias entre jugadores que impiden las coberturas. No marca, por ello, tantas diferencias en ataque, acaba menos jugadas algunos días y está obligado a correr demasiado hacia atrás, con el hándicap de que arriesga siempre con su línea defensiva adelantada. La pescadilla que se muerde la cola. El Klopp Team siempre se movió bien en el caos (ciertamente controlado), uno que le hacía jugar partidos de intercambio de golpes y salir beneficiado de ese fútbol a tumba abierta. Sin embargo, esto ahora ha sido más problema que virtud, en varios encuentros.

📈 El Liverpool, casi siempre, de menos a más

Más allá de puntos tácticos y rendimientos individuales que serán fundamentales para reconducir la situación, Klopp debe no perder el rumbo mental de sus soldados. Porque si bien la situación es muy delicada; límite, si se tiene en cuenta que no entrar en el top 4 podría provocar cambios económicos y de plantilla, drásticos, en una Premier cada vez más competitiva, su esencia es la de un proyecto que, con Jürgen, suele crecer en las segundas vueltas. El Mundial invernal, no obstante, puede alterar dramáticamente los acontecimientos venideros.

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