La gran sorpresa de esta Copa del Mundo, probablemente, sea la presencia de la selección tica. No por falta de tradición; esta será su sexta fase final y la tercera consecutiva. Tampoco por la ausencia de futbolistas contrastados, la comuna vertebral sigue siendo la de otros Mundiales. Realmente, dio la campanada porque, a mitad del octagonal final clasificatorio en Centro-Norteamérica, resultaba utópico pensar en que fuese a lograr el billete. Pero completó una proeza que pasará a la historia, no tanto por nivel, sino por la forma en que remontó.
Tras 7 de 14 jornadas, era penúltima con solo una victoria en su casillero y tres empates; mientras que, al final de la última fecha, sumaba 19 puntos. Es decir, en la segunda vuelta sumó más de la mitad de puntos que en la primera, enfrentándose a exactamente los mismos rivales. Fue cuarta en la eliminatoria y accedió tras superar por 1-0 a Nueva Zelanda en la repesca, después de ganar a todos los rivales del continente, salvo un 0-0 de visita en México. Además, mantuvo 5/7 porterías a cero –ni Canadá, Estados Unidos o la propia selección mexicana le hicieron gol— y llegará al Mundial con solo un partido oficial, de CONCACAF Nations League, perdido en el último año.
🚌 Estilo muy defensivo, en bloque bajo
La puesta en escena de Costa Rica a nivel continental ya se basaba en defender por acumulación, con cuatro zagueros que pueden llegar a ser seis por momentos, con los extremos retrocediendo en una función de doble lateral. Esto se basa en una de sus dos principales consignas: la primera, ser ancha para no dar facilidades a los potenciales centradores rivales; y, la segunda, cerrar el espacio entre líneas con el doble pivote y los centrales situados a muy pocos metros entre sí.
Las principales bazas ofensivas se basan en las jugadas de estrategia, muy trabajadas y productivas, y en el contragolpe. Con un ‘9’ como Campbell, capaz de convertir el agua en vino, que retenga balones en inferioridad numérica y/o posicional, y con dos atacantes jóvenes que amenazan al espacio entre tanta veteranía. Jewison Benette, que a sus 18 años ya tiene un poderío físico notable para marcar diferencias con su diagonal hacia dentro partiendo desde la izquierda, o con un Anthony Contreras incansable y muy fuerte mentalmente, a fe pocos le igualan.
⛳ Máximo rédito al balón parado
La mayoría de los goles de Costa Rica en el clasificatorio han llegado mediante centros laterales. Y, más concretamente, desde el balón parado. Los centrales marcan ciertas diferencias en este aspecto, pero tampoco son grandes torres para cargar el área. Campbell asegura un golpeo fantástico como lanzador y Gerson Torres tiene una zurda educada para poner pelotas desde la derecha que se vayan cerrando, aunque tampoco se podría decir que son unos privilegiados en este aspecto.
La clave está en las zonas del área que atacan, ahí se nota mucha pizarra e instinto de los jugadores. Sacan petróleo cargando el segundo palo, donde consiguen rematar a espaldas de sus marcadores o prolongar el centro para que se pierdan referencias y algún llegador vea puerta en la segunda jugada. Sin esta faceta del juego, Costa Rica no habría logrado un billete a Catar 2022.
👋 El ultimísimo baile de Bryan Ruiz
La Comadreja, Bryan Ruiz, le puede dar la creatividad y manejo de los tiempos en 3/4 de campo que no sobresale tanto con Borges y Tejeda, aunque el capitán casi nunca juega los 90 minutos por falta de físico para ello. Es habitual que Luis Fernando Suárez lo guarde para las segundas partes por su inteligencia o su claridad en minutos finales de partidos donde tenga que arriesgar, con resultados adversos. A sus 37 años, ya ha anunciado su retirada como futbolista tras el Mundial, en un partido entre Alajuelense y el Twente neerlandés con el que fue campeón de la Eredivisie en 2010, los dos clubes de su vida.
🕴🏽 Luis Fernando Suárez, seleccionador antes que entrenador
El estratega colombiano es un especialista en clasificar selecciones humildes al Mundial. Ya lo consiguió con Honduras en 2014, en una de las tres históricas participaciones del país, además de disputar una semifinal de Copa Oro en 2013. También dirigió a Ecuador en 2006, la segunda vez en la que la Tricolor disputó una Copa del Mundo, llegando por primera y única ocasión a los octavos de final. En aquella cita lo hizo tras superar, precisamente, a Costa Rica en fase de grupos. Un técnico que da mucha importancia a la gestión de grupo. De escuela más clásica, confeso admirador de Diego Pablo Simeone y Carlo Ancelotti.