Costó. Brasil sudó mucho para ganar por 1-0 a Suiza en el Stadium 974 – Ras Abu Aboud. Pero al final ganó. Desatascó su hombre multiusos: Casemiro. Tiene cuerda para rato. La canarinha añoró mucho a Neymar, ausente por lesión. Sin embargo, Rodrygo, que salió en el descanso, volvió a ser ese pirómano que tantas alegrías le dio al Real Madrid en el camino hacia la decimocuarta Champions. No marcó, sí fue decisivo.
Tite ha creado un equipo que sabe competir ante múltiples escenarios. El que le presentó Suiza, era de los peliagudos. No se le puede pedir mucho más a los de Murat Yakin. Los brasileños tienen una fuente de talento inagotable, pero también son solventes en las dos áreas. Sigue impoluto el camino de una de las favoritas. Suiza se jugará la vida el próximo viernes ante Serbia.
🕺 No Neymar… no party
Brasil saltó al campo sin su eje principal: Neymar. El jugador que hace que todo funcione. El interruptor que enciende la luz para que se pueda bailar samba. La sombra de ‘Ney’ es muy alargada. Sin él sobre el campo, el juego de Brasil pierde fluidez, verticalidad y brillantez. Todos miran al del PSG. Le buscan. Pero hoy esa mirada era perdida. No estaba. Faltaban ideas.
Tite puso un centrocampista más todocampista como Fred, pero no le salió bien la jugada. Al menos, no le salió bonita. Los pentacampeones siguieron con su habitual planteamiento de abrir el campo lo máximo posible y de acumular gente arriba para rematar o para aprovechar un posible rechace en la frontal. Sin embargo, Suiza dibujó el partido perfecto bajo el paraguas del orden.
Se crece ante rivales de mayor entidad. Líneas muy juntas en un 1-4-2-3-1 que se movió al unísono y que se defendió estoicamente con un descomunal Manuel Akanji. Suiza sacó a Brasil de su zona de confort. Incomodó al máximo a los de Tite, que abusaron de los centros laterales.
⭐ Rodrygo va en serio y pide paso
Ante este decorado, el técnico brasileño cambió el esquema y dio entrada a Rodrygo. Goes es lo más cercano a Neymar en este equipo. Se movió entre líneas, acompañó a los extremos y también pisó área junto a Richarlison, que estuvo muy solo ante las torres suizas. Rodrygo es un jugador que se sale del guion y que se deja la piel en el campo, juegue lo que juegue. Revoluciona todo lo que toca. Experto en lograrlo en el Bernabéu, también ha trasladado esa estrella a la selección brasileña.
Pese a esto, Brasil seguía sin encontrar su flow. Cuantos más minutos pasaban, más se lo creía Suiza, que también merodeó el área brasileña, aunque sin pegada. Algo que sí tienen los samberos. Cuentan con tantos recursos que es casi imposible que acaben un partido sin ocasiones claras. Avisó Vinícius, uno de los más insistentes, como siempre, pero el VAR entró para arruinar el baile del brasileño.
🧬 Casemiro, ADN de campeón
Tendría otra Brasil, y en esta no falló. Vinícius, Rodrygo y Casemiro hilvanaron un gol trascendental. Casemiro demuestra que no solo es un pivote destructor, sino que sabe siempre dónde tiene que estar. Jugador que se mueve como nadie ante las adversidades y que siempre confía hasta el final. ADN Real Madrid, aunque ahora viste de red. Su derechazo no está al nivel de la obra de arte de Richarlison ante Serbia, pero será recordado en la memoria colectiva.
Brasil sumó los tres y en los dos partidos disputados aún no le han tirado a puerta. Una efeméride que solo había conseguido antes Francia en 1998. Los franceses ganaron ese Mundial. Veremos qué sucede en Catar, pero, de momento, Brasil está en octavos.