Catar 2022 ha apostado por convertirse en el Mundial más sostenible, desde el punto de vista medioambiental, de la historia. Sin embargo, por las polémicas en las que se ha visto envuelta su celebración (derechos de la mujer, situación de los trabajadores extranjeros, derechos de la comunidad LGTBI, acusaciones de corrupción en su elección como sede, etc.), se corre el riesgo de que algunos logros queden ocultos, como los que se han conseguido en materia medioambiental, en los que el Comité Organizador y el propio gobierno catarí han trabajado intensamente.
Estos logros han dado lugar, por ejemplo, a que Catar 2022 sea el primer Mundial de la historia que ha obtenido la certificación ISO 20121, un estándar internacional cuyo objetivo es ayudar a las organizaciones a mejorar la sostenibilidad en la gestión de eventos y que está en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Sistemas solares… y un balón sostenible
Los hechos en los que se sustenta la obtención de esa certificación son muchos y variados. Por ejemplo, gracias a una tecnología de refrigeración inteligente, el estadio Al Janoub, con capacidad para 40.000 espectadores e inaugurado el pasado 16 de mayo para la final de la Copa del Emir, cuenta con un techo retráctil y un sistema alimentado por energía solar que permite que jugadores y espectadores disfruten de una temperatura adecuada durante los partidos. Además, gracias a los sistemas de climatización utilizados en los estadios, la temperatura es de 22°C en todos ellos, muy por debajo de los 29ºC típicos del ‘invierno’ de Catar.
Por otro lado, se han instalado sistemas de iluminación solar en estacionamientos y áreas próximas a los estadios mundialistas, así como una serie de paneles solares que proveen la energía necesaria y que, una vez superado el pico de consumo, distribuyen el exceso disponible a la red eléctrica de la ciudad.
Por otra parte, se ha logrado optimizar el proceso de filtrado del agua salada. Orjan Lundberg, experto en sostenibilidad y medio ambiente, y miembro del Comité Supremo de Entrega y Legado (SC) del Mundial, ha destacado que el agua dulce disponible proviene esencialmente de la desalinización; y que la que se usa para el riego es por lo general reutilizada. Concretamente, el agua de las duchas procede de la desalinización y las residuales van a las plantas municipales de tratamiento para ser utilizadas en el riego de los campos de juego. Se estima que todo ello reducirá en un 40% el consumo de agua.
Otra aportación medioambiental ha sido la elaboración de un informe titulado «Mejores prácticas de gestión de residuos para obras de construcción: estudios de casos de los estadios de la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022». Su objetivo ha sido informar a los contratistas locales, y a la industria de la construcción en general, sobre las estrategias más eficientes para la gestión de residuos y la reducción al mínimo de las emisiones de carbono. Por ejemplo, en la gestión de residuos se pretende crear un compost, a través de un proceso de reciclaje, que podrá ser reutilizado posteriormente en la naturaleza.
En materia de reducción de emisiones, es importante tener en cuenta que la geografía catarí permite que los desplazamientos entre estadios sean mucho menores que en Mundiales anteriores. En efecto, no es necesario tomar un avión para ir de uno a otro, pues la mayor distancia entre ellos es de solo 65 kilómetros, que son los que separan el Al Bayt, ubicado en el municipio de Jor, del Al Janoub, ubicado en Al Wakrah. Al eliminar drásticamente la necesidad de vuelos internos, se reducen también en gran medida las emisiones de CO2.
A su vez, el balón de Catar 2022, llamado Al Rihla —que en árabe significa «el viaje»— es el primero de un Mundial que ha sido fabricado con materiales sostenibles: está hecho con pegamentos y tintas de base acuosa y, además, cuenta con un 20% de poliéster reciclado. Además, incorpora la tecnología CRT-CORE, que mejora la precisión y la rotación, y permite conservar una mayor velocidad cuando se desplaza por el aire.
El legado de las infraestructuras
En las últimas ediciones, antes de cada Mundial, el Comité Local organizador (LLC) y el Comité Supremo de Entrega y Legado (SC), bajo aprobación de la Secretaria General de la FIFA, ha de presentar su estrategia de sostenibilidad. En el caso concreto de las infraestructuras de Catar 2002, esta estrategia contiene sus compromisos para la construcción de seis de los ocho estadios mundiales y sus aprovechamientos posteriores. Por ejemplo, una vez concluido el torneo, el estadio Education City será la nueva sede de la selección nacional femenina de Catar.
A su vez, el Estadio 974, anteriormente llamado Ras Abu Aboud, ha sido construido en más de un 80% con materiales reutilizados o reciclados, incluyendo metales, madera y residuos de oficina, entre otros. Casi 70.000 toneladas de concreto y asfalto fueron trituradas, probadas y almacenadas para su edificación. Además, es completamente desmontable y podrá así ser destinado a otros usos tras el torneo, ya sea para volver a edificarlo en un lugar diferente, hacer con él campos más pequeños, o donar todos o parte de sus módulos a diversos beneficiarios. Por todo ello, ha recibido una calificación de 5 estrellas del Global Sustainability Assessment System (GSAS), tanto por su diseño como por su construcción.
Otro aspecto interesante es que el aprovechamiento de componentes modulares permitirá retirar hasta 170.000 asientos de casi todos los estadios, una vez finalizado el campeonato, para donarlos asimismo a varios beneficiarios. Esto facilitará la creación de nuevos estadios de tamaño adecuado para promover el fútbol local y otros eventos deportivos.
Por supuesto, todas estas iniciativas abren algunos interrogantes, como saber quién se responsabilizará del seguimiento del completo desmontaje del Estadio 974 o de las donaciones de los materiales reutilizables procedentes de todos los campos. Esto habrá de quedar sin duda reflejado en el «Informe final de sostenibilidad» que habrá de publicarse el año que viene. En todo caso, se puede ya pronosticar que Catar 2002 será, en efecto, el Mundial más verde de la historia.