El Mundial es el Mundial porque ninguna otra competición tiene la capacidad para desatar huracanes de tal magnitud como el que arrasó con la salud cardiovascular de todo aficionado con implicaciones sentimentales en el grupo E. España, en el epicentro de las convulsiones como protagonista, víctima, sanitario y rehabilitado al mismo tiempo, junto a su compinche Japón, compañera octavofinalista en condición de líder, y Alemania, de la mano de Costa Rica, en el papel de mártires, reinventaron el manido concepto de «grupo de la muerte» para redefinirlo como “grupo del infarto”.
Por milímetros, si acaso, en la acción de Kaoru Mitoma del gol de Ao Tanaka que culminó la remontada de Japón (2-1) ante los de Luis Enrique; por instantes, ya que en cuestión de segundos la última fue la primera, la primera la tercera… y así en una combinación imposible de resultados; o por ambas, el fútbol es inabarcable y el marco del Mundial, irreplicable. Y por supuesto, cualquier intento de predicción, absurdo.
🧮 Mucho más que números
La previa estuvo alimentada por la matemática. La prensa decidió plantear un estimulante, a la par que vacío, ejercicio numérico, que despropiaba al juego de sus capas de profundidad para reducirlo poco menos que a un par de combinaciones casuísticas. España ya estaba clasificada y debía dedicarse a elegir compañero, rival y cuadrante, en ese orden. Desde la atalaya de la invencibilidad y la concepción del juego como… juego, inalterable y banal, los que lanzaban los dados obviaron que el Mundial es la vida cada cuatro años y que el 7-o de ayer difícilmente podría replicarse hoy.
Asumiendo que es imposible controlar o cuantificar una derrota, delimitar cómo, cuánto y a quién infectará dentro del vestuario, lo más lógico parecía evitarla, por más que se empeñasen en subestimarla y mentarla a la ligera. Había que intentar mantenerse dentro de la expectativa generada, por difícil que parezca. Así las cosas, España no eligió perder ante Japón; España, simplemente, perdió. Y la derrota, por su forma, puso en entredicho algo más que su clasificación, que también, ya que cuestionó el discurso colectivo enunciado por su líder y desnudó su (no) fortaleza emocional para soportar los zarandeos.
🇪🇸 España, ni tanto ni tan calvo
Los pupilos de Luis Enrique, con Álvaro Morata, máximo goleador con tres goles en tres encuentros, a la cabeza, y un tramo inicial de propuesta reconocible, bajaron las revoluciones cuando asumieron que lo que oían debía ser cierto y que el asunto estaba resuelto. Con 1-0, redujeron el ritmo de la circulación, la agresividad de sus desmarques y choques, la fiereza de sus intenciones, y enfangaron en la maraña japonesa, que tenía forma de 1-5-4-1. A todo esto, Alemania, encantada, en ventaja ante Costa Rica gracias al tanto de Gnabry y, por primera vez en el Mundial, en puesto de acceso a las eliminatorias. Costa Rica y Japón, con la puerta de embarque ya presente.
Lo que pasó en la reanudación de la segunda mitad es inenarrable. Podría decirse que Kai Havertz salvó a España. O que fue España quien hundió a Alemania, además de hundirse a sí misma. Que un tiro de cámara más centrado apeó, por segunda edición consecutiva y primera vez en la historia, a ‘La Mannschaft‘ en fase de grupos. Que se marcha Thomas Müller sin batir a Miroslav Klose, que Hansi Flick no ha respondido a la sucesión de Joachim Löw, que nos quedamos sin ver a Jamal Musiala, que Joshua Kimmich se hunde.
Que la proeza de Costa Rica, después de encajar siete goles, estuvo a punto de completarse. Que Hajime Moriyasu volvió a cambiarlo todo con su dirección de campo y los nipones ganaron a dos campeones del mundo de forma consecutiva, aunque fueran incapaces de superar a Keylor Navas. Podrían trazarse tantas líneas de conexión entre lo que pasaba en unos campos y otros que todas serían ciertas y ninguna abarcaría a mostrar la foto completa.
🎡 Aquí, allá, dentro, fuera, primero, último…
Dos goles de Costa Rica, a pies de Yeltsin Tejeda y manos de Manuel Neuer, en propia, echaron a España momentáneamente, y de producirse otro tanto tico volvería a echar a ‘La Roja’, ya con el empate de Havertz en el marcador. Mientras, un gol de España metía a Alemania y apeaba a Japón, que se debatía entre ser primera o cogerse un avión. El grupo del infarto tenía en vilo a millones de personas, a un lado y otro del planeta, lanzándose el pulsómetro como una patata caliente. Todas tuvieron su momento. Costa Rica, que estuvo eliminada de principio a fin, también estuvo dentro. España, que tenía la mente puesta en Modrić y en Brasil, se pasó tres minutos inconsciente en la UVI. Japón terminó líder después de estar eliminada durante 36 minutos. Los mismos que Alemania pudo relamerse imaginando los octavos de final. Ganó (2-4), ayudó… y ya, por más que desplegaran un juego por momentos avasallador.
- 00’–10′: 1º 🇪🇸 | 2º 🇯🇵 | 3º 🇨🇷 | 4º 🇩🇪
- 10’–12′: 1º 🇪🇸 | 2º 🇯🇵 | 3º 🇩🇪 | 4º 🇨🇷 (⚽ Gnabry)
- 12’–48′: 1º 🇪🇸 | 2º 🇩🇪 | 3º 🇯🇵 | 4º 🇨🇷 (⚽ Morata)
- 48’–51′: 1º 🇪🇸 | 2º 🇯🇵 | 3º 🇩🇪 | 4º 🇨🇷 (⚽ Doan)
- 51’–58′: 1º 🇯🇵 | 2º 🇪🇸 | 3º 🇩🇪 | 4º 🇨🇷 (⚽ Tanaka)
- 58’–70′: 1º 🇯🇵 | 2º 🇪🇸 | 3º 🇨🇷 | 4º 🇩🇪 (⚽ Tejeda)
- 70’–73′: 1º 🇯🇵 | 2º 🇨🇷 | 3º 🇪🇸 | 4º 🇩🇪 (⚽ Neuer p.p.)
- 73’–85′: 1º 🇯🇵 | 2º 🇪🇸 | 3º 🇨🇷 | 4º 🇩🇪 (⚽ Havertz)
- 85’–90′: 1º 🇯🇵 | 2º 🇪🇸 | 3º 🇩🇪 | 4º 🇨🇷 (⚽ Havertz)
Al final, se cumplieron sus deseos de los que lanzan dados desde la atalaya. Japón, primera, contra Luka. Alemania, que podía ser un coco, a casa. Y España, a costa de la salud de su país, cayó al segundo puesto y esquivó a Croacia. Los de ‘Lucho’ no se las verán con Argentina ni con Brasil… de momento. Veremos si con tanta frialdad y, por qué no decirlo, puntería, los pronosticadores adivinan cómo combatir el calor y la pasión de Marruecos, vistos los problemas de España para salir de las arenas movedizas.
¡Salud!
