Iran - Estados Unidos
⚽ Mundial Catar 2022

Estados Unidos vuela alto a costa de la gesta mundialista de Irán

El partido ente Irán y Estados Unidos en el Estadio Al Thumama prometía un duelo vibrante. El que ganase, a octavos. El otro, fuera. Un duelo directo que acabó con victoria estadounidense por 0-1. A Irán le valía con un empate para meter a su país por primera vez en la historia en octavos de final, pero los de Gregg Berhalter no volvieron a desplegar toda su frescura para clasificarse, gracias al gol de Christian Pulisic.

🫣 Euforia y susto incluido

Estados Unidos volaba. Gracias a su notable circulación de balón, los yankees derribaron el muro de Irán, que terminó en ruinas. Con Pulisic y, sobre todo, Weston McKennie, que está firmando un Mundial excelso, los estadounidenses lograron hacer el campo amplio, al mismo tiempo que profundo. Antonee Robinson, por izquierda, y Sergiño Dest, por derecha, ganaron la línea de fondo tantas veces como el centrocampista de la Juventus quiso. De hecho, de esa conexión americana made in Serie A nació el primer tanto: cuando Weston levantó la cabeza, invirtió la orientación del juego sobre la proyección de Dest para que el lateral del Milan la sirviese en el punto de penalti. Allí esperaba Pulisic… que, en el remate, se llevó un golpe que alarmó a todos. Quedó en un susto, como colofón a la euforia del gol y del ferviente juego de los de Berhalter.

🔥 A centímetros de la historia

Los iraníes, superados, en desventaja, desprovistos de su contexto ideal y, a la postre, eliminados, tenían que revertir la situación. En actitud y, sobre todo, en los riesgos que implicaba dar un paso adelante, Carlos Quieroz cambió la cara de los suyos. Este click mental no tardó en dar sus frutos en forma de llegadas y ocasiones, ante una Estados Unidos cada vez más mermada físicamente, fruto del enorme esfuerzo del primer tramo. La llegada por la derecha que terminó en centro de Rezaeizan sobre la cabeza de Ghoddos, aunque acabó en nada, puso en alerta a los estadounidenses.

Irán sufría para generar ocasiones, pero el empuje de sentirse a un solo gol les invitaba a no dejar de intentarlo. Estaba tan cerca. Tan cerca como lo tuvo Mehdi Taremi, delantero del Oporto y su atacante de mayor relumbrón, contrastado y fiable, sobre la bocina. Le faltaron unos centímetros para rematar con limpieza un balón franco sobre el punto de penalti. Tan cerca. 

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