Por todos es sabido que una Copa del Mundo atrae más reflectores que cualquier otra competición. Y el primer desconocido para las masas al que captaron las cámaras en este día 1 en Catar fue Jhegson Méndez. Un mediocentro que es antes jugador de equipo, o selección, en este caso, que futbolista en sí. Un pivote completo, que no ha hecho ruido durante estos últimos años, pero que da un paso al frente siempre que su Ecuador le necesita. Y su debut en un Mundial, supliendo al teórico titular, Carlos Gruezo (Augsburg), no fue la excepción.
🏃🏼♂️ ¿Cómo juega Jhegson Méndez?
La principal virtud de Jhegson Méndez es hacer que lo difícil parezca fácil. Un topicazo en el mundo del fútbol, aunque muy fiel a la realidad. Su lectura defensiva le sitúa como un gran recuperador de balones, interceptando envíos, oliendo cómo y dónde ganar posesiones divididas. Un pulpo en el centro del campo, con buena relación también entre técnica y agresividad defensiva para anticipar o rebañar esféricos en poder del adversario. Uno de sus peros, en ocasiones, está en su tendencia a defender de forma proactiva, hacia delante, que le lleva a desproteger su zona si no acierta.
Con la pelota, Méndez también interpreta bien cuándo, cómo y dónde debe ser protagonista. No arriesga hasta caer en situaciones límite, aunque sí se atreve a filtrar algún balón para romper líneas rivales. Y también luce un rango pasador amplio, capaz de activar a los compañeros que estén alejados para descongestionar así el juego y/o activarles en situación propensa para encarar en uno contra uno.
👨🏻🏫 ¿Cuál es su mejor contexto?
Técnicamente, Jhegson Méndez es aseado, sin llegar al nivel de Moisés Caicedo, su socio en la medular de Ecuador. No obstante, está lejos de su compañero del Brighton en sus capacidades como receptor. En cuanto a elasticidad corporal y al primer control orientado existe una notable diferencia. Cualidades que, en el fútbol actual, marcado por las presiones, multiplica el valor de un centrocampista. Ahí tiene margen de crecimiento, aunque su físico nada más pueda pulirlo y no cambiarlo. Debido a esta cuestión, es necesario facilitar el juego a Méndez, para que vea las jugadas de cara, no de espaldas. Y, a ser posible, de Perogrullo, mejor si entra en juego liberado de presión. Esos escenarios, tal vez, sí podrían enseñar más carencias que virtudes.
Dicho y hecho. Gustavo Alfaro, muy coherente con las características no solo de Jhegson, sino también de Caicedo y de los laterales, diseña habitualmente un plan que consigue potenciar a todos ellos. Su 1-4-4-2 o 1-4-2-3-1, en salida de balón, muta a una línea de tres, con el mediocentro (mayoritariamente Jhegson Méndez, Caicedo en contadas ocasiones) incrustándose entre centrales, y los laterales ganando altura.
Moisés, más cualificado, actúa como fijador en la siguiente altura, desde donde también se desliza a los costados de la línea de tres con el objetivo facilitar una progresión lateral, más controlada y segura. Ahí entran en juego los laterales: Estupiñán y Ángelo Preciado lucen más, recibiendo en carrera, con espacios que atacar, como potenciales centradores de valor gol, sea ganando línea de fondo o con sus envíos tensos desde más atrás.
🛡️ Desempeño en clubes
Con este rol y rendimiento, llama bastante la atención que, a sus 25 años, no haya dado el salto a Europa o a los países punteros de Sudamérica. Actualmente, milita en Los Angeles FC de la MLS estadounidense, tras tres años allí ligado al Orlando City. Y, lo más extraño de todo, es que sea suplente en dicho club, por lo que se deduce que podría salir por un módico precio.
Jhegson Méndez es uno de los «hijos» de Independiente del Valle, la cantera que más nutre a la selección de Ecuador (Gonzalo Plata, Piero Hincapié, los propios Ángelo Preciado y Moisés Caicedo…) y que tan buen rendimiento está dando en Europa.
Emigrar a Europa, incluso, como suplente para un equipo puntero, sería una opción coherente para todas las partes. Básicamente, porque ha lucido ya ante rivales contrastados en el fútbol del viejo continente y aceptando su condición de gregario. Haciendo de ella hasta una fortaleza, que le ha acabado dando la confianza de El Lechuga Alfaro.