De momento, el siglo XXI no está siendo el mejor para las selecciones sudamericanas en los Mundiales. Si entre 1986 y 2002 siempre hubo un representante en la final —Argentina o Brasil—, de un tiempo a esta parte, solo en la edición de 2014 ‘La Albiceleste’ representó al continente en la última instancia. En la cita de Catar, de las 32 selecciones que presentarán candidatura por el Mundial, solo cuatro son representantes de CONMEBOL. El mínimo posible. África (5) y Asia (6) envían más representantes, así como Centro-Norteamérica iguala en número a los contendientes sudamericanos. Para más inri, con Uruguay en horas bajas. Pero más vale calidad que cantidad. Y las dos favoritas son sudamericanas: Argentina, como reciente campeona de Copa América, quién sabe si en el último baile de Messi, con un equipo engrasado por y para él, y Brasil con una nómina de atacantes, determinación y genialidad apabullante, en fondo y forma.
Tite no tiene un puzle fácil de encajar. Más bien, el seleccionador de Brasil se enfrenta a uno de esos rompecabezas en los que más de la mitad de las piezas responden a un cielo azul, homogéneo… e indescifrable. Como en los puzles difíciles, Tite tendrá que empezar por las esquinas. En este caso, por los extremos. Vinicius Jr., en la banda izquierda. Antony o Raphinha, a la derecha, parecen decisiones sencillas. A partir de ahí, el resto de azules son piezas de lo más moldeables por todo el frente de ataque. Las figuras de Rodrygo Goes o Lucas Paquetá pueden funcionar en varios escenarios y de otras, como Neymar o Gabriel Jesus, tenemos claros indicios sobre la zona y rol que ocuparán.
👨🏼🏫 Reparto de roles en ataque
Partiendo de la base de que el 1-4-2-3-1, tal vez asimétrico, será el plan A del seleccionador, Neymar será el mediapunta sobre el que orbite la Canarinha. ‘Vini’, por su parte, actuará agitador desde el sector izquierdo; con más libertad para trazar diagonales hacia dentro que los mencionados extremos diestros, que, a su vez, compensarán a un lateral de menos recorrido. Gabriel Jesus, Rodrygo o Paquetá apuntan a repartirse los roles de ‘9’ o ‘falso 9’, en función de la mezcolanza que formen con Ney.
De hecho, estos tres perfiles guardan similitudes en extinción: son puntas desequilibrantes de la movilidad y la técnica en casi toda acción con balón, optimizadores de espacios y habilidosos ocupando zonas intermedias. A su manera, Rodrygo, Jesus y Paquetá podrían categorizarse como regateadores interiores. Mismo perro, con distinto collar, que diría aquel.
El atacante del Real Madrid es especialmente habilidoso en la recepción, el control y el giro, además de, por supuesto, en su faceta asociativa, como centro integrador y conector, en un rol que a buen recaudo estará bajo secuestro en posesión de Neymar. Por su parte, la estrella gunner es poderosa en el primer paso de salida, la conducción y el cambio de ritmo o dirección.
Cualquiera diría que pasaron su infancia idolatrando a Nazario, vaya.
Paquetá, desde la Copa América de 2021, es el mejor socio de Neymar. Marca diferencias, mayoritariamente, por su forma de acoger, proteger y mantener la tensión en las pelotas que caen en sus pies. Sus controles orientados, más académicos, le permiten superar líneas y adversarios de un plumazo. Es un bailarín que, en el mejor de los casos para los aficionados neutrales, partirá desde el centro del campo, en detrimento de Fred o Fabinho.
💥 Los revulsivos de Brasil
En la recámara, Tite guardará a Richarlison, que no llega en plenitud física, tras su lesión en el Tottenham, y a un Pedro que resulta ser todo lo contrario, tras marcar 12 goles en 13 partidos que le hicieron Bota de Oro con el Flamengo, recientemente campeón de Copa Libertadores. Un Fla que es cantera importante de esta Brasil, donde Vinicius Jr. y Lucas Paquetá coincidieron en 2017 y 2018. Entre las segundas espadas que Tite se guarda bajo la maga no estará Roberto Firmino, una de las principales ausencias en la lista de Brasil.