La selección nipona de Hajime Moriyasu tiene una gran oportunidad en este Mundial. Cierto que ha quedado encuadrada, junto a España o Alemania, en el «grupo de la muerte»; aunque, por ello, también con los reflectores que la gran mayoría de sus jugadores no suelen tener. Bajo un estilo, presumiblemente, más atrevido de lo que muchos puedan imaginar, Japón cuenta con varias piezas interesantes en su convocatoria, liderada por un Wataru Endo que, a sus 29 primaveras, lleva tiempo matándolas callando.
🏃🏼♂️ ¿Cómo juega Wataru Endo?
El mediocentro del Stuttgart destaca por su rigor posicional, capacidad para salir de situaciones comprometidas gracias a sus buenos controles orientados o la facilidad para combinar a dos toques. Rango pasador completo para habilitar compañeros en corto, en distancia intermedia o en largo. Un centrocampista al que le preocupa más limpiar las jugadas, mejorarlas o acelerarlas/pausarlas según convenga, que lucirse con florituras vistosas de menor utilidad.
Lo mejor que se puede decir de Wataru Endo es que es astuto y altruista. Lo cual no quita que, en ocasiones, también se salga un poco del guión y se aventure con alguna conducción o pruebe fortuna con disparos de media distancia.
Es muy completo y, físicamente, también tiene un lenguaje corporal acorde con sus ideas. Voluntarioso, capaz de repetir esfuerzos. Su gran posicionamiento y lectura defensiva le convierten en una pieza que intercepta balones al tapar líneas de pase o anticiparse a lo que sucederá con determinación. En el cuerpo a cuerpo, Endo no tiene la carrocería de otros compañeros de profesión en la medular, pero sabe buscarse la vida para ganar duelos. Incluso, aéreos, a pesar de su 1´78.
👨🏻🏫 ¿Cuál es su mejor contexto?
Al tener pocos defectos y muchas virtudes, Wataru Endo acaba siendo muy permeable para lo que requieran de él sus estrategas. Puede actuar en cualquier demarcación de la medular y aceptar distintos roles sin que acabe desnaturalizado. Apto para recibir entre centrales y comandar los ataques estando de cara, o hacerlo de espaldas por delante sin que esto suponga un gran hándicap para él. En tiempos de highlights y mayor consumo de Tik Tok que de 90 minutos, es un metrónomo algo anacrónico con el fútbol actual, pero, seguramente, valorado como pocos por sus entrenadores.