Semana de retiradas. Tras la de Gareth Bale o la de Hugo Lloris de la selección gala, João Miranda, artífice del cambio de paradigma y leyenda del Atlético de Madrid entre 2011 y 2015, ha anunciado que cuelga las botas a sus 38 años, después de 597 partidos. Campeón de la Europa League en 2012, finalista de Champions en 2014, ganador de la liga española y la Supercopa de España ese mismo año y, ante todo, la figura más recordada por la consecución en 2013 de la Copa del Rey. Su Copa del Rey, bautizada por la afición rojiblanca como ‘El Mirandazo’. Fuera de Madrid, relucen en su palmarés también tres Brasileirãos consecutivos con São Paulo entre 2006 y 2008, una Copa América con la absoluta de Brasil, donde sumó 58 internacionalidades e, incluso, una Superliga china de la mano de Jiangsu Suning.
🧑🏻❤️💋🧑🏽 El mejor amigo de Diego Godín
La mejor y la peor noticia para Miranda en el Atlético de Madrid, fue la misma: coincidir en el Vicente Calderón con Diego Godín. Una pareja que nació separada, pero que estaba predestinada a encontrarse, por su complementariedad mitológica en aquel año en el que, remontarle un partido a los colchoneros, era más difícil que salir del Ikea. Dupla de esas en la que dos estilos diferentes formulan la clave del éxito. La gallardía del charrúa, temperamental y líder sonoro por excelencia, junto a la sobriedad tímida del brasileño. Miranda transmitía la sensación de que en los entrenamientos daba más instrucciones de las que recibía.
De profesión, defensa. Uno que, más allá de su facilidad para imponerse en los duelos aéreos cuando el Atlético de Madrid se blindaba muy atrás, no tenía los atributos de su compañero, pero sabía buscarse la vida para paliarlo desde la concentración, posicionamiento, vigilancias y coberturas. No solo en bloque bajo. Fue un soldado al que, seguramente, Simeone no habría cambiado en su prime ni por uno de los pelos tan frondosos que han heredado sus hijos.
😅 Su gran obra, la que prometió Florentino
De un tiempo a esta parte, hemos leído mucho sobre las obras del Santiago Bernabéu. Las contrastadas, con grúas y avances visibles en la Castellana. Porque antes, en cada final de Copa del Rey que no jugaba el Real Madrid, el estadio de la capital nunca estaba disponible por la reforma de baños, vomitorios u otros menesteres. Si no, concierto de Bruce Springsteen. El caso es que hasta que el Real Madrid llegó a «su final», en 2013, la última instancia no se disputó allí. Aquel año el Atlético asumió el reto de ganar a su archienemigo en su feudo, para que cupiesen más hinchas con ganas de ver la que iba a preparar João Miranda en Concha Espina.
Cristiano Ronaldo, primer goleador de la noche, y su Real Madrid, se las prometían felices; pero los postes y Thibaut Courtois, la de vueltas que da la vida, mantuvieron con vida a los de Neptuno. Hasta que Diego Costa empató la contienda y, en el minuto ocho de la prórroga, llegó ‘El Mirandazo’. Centro templadito de Gabi tras un saque de esquina infructuoso y martillazo de testa de João, cargando como un avión el primer palo para anticipar a Diego López, que desenlazó en uno de los títulos más celebrados de Copa del Rey de los últimos tiempos. Por el cómo, el dónde y contra quién de la historia. Adeus, Miranda.