El Atlético de Madrid ha dejado claro que está en plena forma con una victoria contundente (3-0) sobre el Valencia, en la quinta jornada de LaLiga. Simeone y su equipo siguen exhibiendo una fortaleza defensiva impenetrable, firmando cuatro partidos consecutivos sin encajar un solo gol. Esta racha no es casualidad: la mejora en la posesión y el extraordinario trabajo de los especialistas defensivos, como Robin Le Normand y Conor Gallagher, han sido determinantes en esta inercia positiva. El Valencia, colista de la competición, no fue rival para un Atlético que maneja con mano firme cada aspecto del juego. La diferencia de nivel fue palpable desde el inicio. Mientras el equipo che parece navegar sin rumbo, los rojiblancos se consolidan como una máquina bien engrasada, tanto en defensa como en ataque, tanto para construir como para destruir, cerca y lejos de Jan Oblak.
Gallagher, intensidad de ídolo atlético
La gran actuación de Conor Gallagher destacó en un partido en el que también pudo espantar todos sus fantasmas Julián Álvarez y el bloque pudo rodar y rodar para seguir cogiendo sensaciones, especialmente a nivel defensivo. El inglés no solo mostró su solidez en tareas defensivas, sino que se estrenó como goleador, algo que los aficionados del Metropolitano celebraron con entusiasmo. ‘El pitbull’ Gallagher abrió el marcador tras una jugada iniciada por Griezmann y un pase preciso de De Paul. El argentino, que regresaba a la titularidad, ofreció un recital de pases que culminó con el gol del mediocampista inglés.
Pero la fiesta no terminó ahí. Tras el tanto de Gallagher, el Atlético continuó su dominio. Antoine Griezmann, siempre infalible, anotó el segundo cerca del minuto 60, tras un centro preciso de Marcos Llorente que Samu Lino desvió de una manera no demasiado ortodoxa para dejar al ‘Principito’ en una posición inmejorable. Griezmann, fiel a su estilo, no perdonó. Cuando el fútbol no funciona, el olfato no falla.
El gol que cerró la victoria fue obra de Julián Álvarez, que consiguió su primer tanto en España. Ya en el tiempo añadido, el argentino aprovechó un error de César Tárrega tras un centro de Rodrigo Riquelme para marcar el tercero. La sonrisa del delantero lo dijo todo: había llegado su esperado momento de gloria en el Atlético, para deleite de la afición.
El Atlético más defensivo de los últimos tiempos
Si algo caracteriza a este Atlético de Madrid es su solidez defensiva. Simeone ha encontrado el equilibrio perfecto entre posesión y seguridad atrás, algo que ha sido clave en la racha de partidos sin recibir goles. Le Normand y Gallagher, junto con Jan Oblak en la portería, forman una muralla prácticamente impenetrable, complementada con Giménez o Azpilicueta. El Valencia apenas pudo acercarse al área rival, y cuando lo intentó, se encontró con una defensa infranqueable. El Atlético ha sabido sumar calidad en todas sus líneas, y eso se refleja en un equipo que no solo es fuerte atrás, sino que también sabe tratar bien el balón… para poder presionar después. La incorporación de jugadores como Gallagher ha aportado energía y frescura, mientras que veteranos como Griezmann siguen siendo fundamentales para mantener la estabilidad, el equilibrio y el orden en el campo.
Por otro lado, el Valencia sigue en caída libre. Con solo un punto de 15 posibles, el equipo dirigido por Rubén Baraja parece no encontrar la fórmula para salir de la crisis en la que está inmerso. A la falta de ideas sobre el terreno de juego se suma el caos institucional que rodea al club, lo que complica aún más el panorama. Los intentos del Valencia por generar peligro fueron escasos. Javi Guerra tuvo un destello con un disparo desde larga distancia, y Sergi Canós estuvo cerca de aprovechar una falta lateral botada por Pepelu, pero ninguna de estas acciones logró inquietar a Oblak. El equipo che, más que un rival, fue una víctima del implacable dominio rojiblanco.
El Atlético de Madrid se mantiene a la altura de los grandes de la liga y acecha a Barcelona y Real Madrid. El equipo de Simeone, que sigue soñando con ser candidato a todo, tiene la Champions League en el horizonte, pero sin descuidar una liga en la que cada partido se convierte en una demostración de fuerza. Está camino de su mejor versión, un equipo que no solo defiende bien, sino que también sabe atacar con eficacia. La victoria ante el Valencia, un rival en horas bajas, no es más que una confirmación. El nuevo Atlético viene fuerte.