Las comidas navideñas para el Barça se han vuelto un suplicio. Entre polvorones y turrón, Laporta y compañía están preocupados. No es por la irregularidad del equipo, sino por la poca constancia de un futbolista que estaba llamado a liderar el proyecto. João Félix, 20 partidos después, no termina de arrancar. Y, a cada jornada que pasa, se acerca más el momento en el que deben tomar una decisión: hacer permanente la cesión o dejarle ir. Por mucho que quede mucho para el final de temporada, es el momento de empezar a considerar la respuesta al futuro de una de sus mayores apuestas.
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👍 João Félix y la inversión en su peculiar talento
A favor de pagar el traspaso por João Félix juega su talento. Siempre fue su mayor baza, pues es lo que le mantiene en la élite. En un fútbol cada vez más mecánico, el luso es un canto al virtuosismo. Todo lo hace bonito, y pocos lo hacen como él. Esto ha generado un aura que muy pocos jugadores tienen, pues es capaz de encontrar soluciones donde no las hay. Dentro de un equipo como el Barça y en la posición en la que juega, es algo difícil de encontrar en el mercado. A medio camino entre la media punta y la banda izquierda, su sola presencia ayuda a que su equipo gane amenaza sin importar lo plano que sea su juego.
João Félix funciona como el nexo de unión entre el talento que tiene Xavi Hernández en el medio y Robert Lewandowski. Esto, de cara a la decadencia del polaco, es vital. Por mucho que quiera seguir participando activamente en el juego, es más útil pegado a los centrales rivales. El luso funciona como el que ocupa ese vacío asociativo, y es algo que puede alargar la vida útil del que lleva el peso del gol azulgrana. Cuando esto funcionó bien, el equipo alcanzó su mejor nivel de juego. Aquellos partidos del Barça de los Joãos son el ejemplo de lo que quieren ser los culés, y esa imagen bien podría valer el traspaso. Si se le suma el precio de otro futbolista tan especial en un mercado tan inflado, las dudas respecto a su fichaje se desvanecen.
👎 Su actitud, el principal problema
La ironía de João Félix está en su paso de la teoría a la práctica. Cuando le toca jugar y se descuadra lo más mínimo de su utopía en el papel, se desconecta. Estos giros de guion en su plan de partido pueden ir de algo más grande a algo ínfimo, como el hecho de no tener el balón. Y si sucede, es difícilmente reconducible. Necesita tener el viento a favor para brillar, y los futbolistas de su precio no pueden vivir tanto de un contexto favorable. Esto provoca que esos momentos en los que saca su talento a relucir se sientan como un oasis en el desierto. Deslumbran, pero están rodeados de una travesía durísima.
No hay más que ver las indicaciones que le da Xavi durante todos los partidos. Es un futbolista que apenas se implica en la presión, por lo que acaba lastrando el esfuerzo de sus compañeros. Y, en consecuencia, el Barça defiende peor. Sin ser la principal causa de estos problemas que tiene su equipo cuando defiende arriba, sí es uno de los señalados habitualmente. Entonces, llega el punto en el que se debe compensar. Todo merecería la pena si esa demostración de su talento fuese más constante y extendida en el tiempo. Sin embargo, no lo es. En clave azulgrana, tener a João Félix supone dar mucho para recibir muy de vez en cuando. Y esto no invita al optimismo respecto a su fichaje.
El portugués es un titular habitual, pero no termina de arrancar.
💭 ¿Qué dicen los datos?
Por mucho que Xavi Hernández no fuese su principal valedor en el Barça —fueron Laporta y Deco—, no se puede negar su confianza. João Félix ha jugado el 72% de todos los minutos de esta temporada y es un titular usual. Pese a ello, el luso lo ha devuelto con 6 goles y 3 asistencias. Sin ser números nefastos, no son los que deberían corresponderse con un jugador cuyo traspaso rondará los 80 millones. Una vez más, da la sensación de que su enorme talento se pierde en su enorme impacto visual. Por muy bonito que juegue, no acaba de tener el impacto que sugiere. Vive en una especie de ‘quiero y no puedo’.
Lewandowski y un problema de juego, goles y dinero para el Barça
Si le hacen ahora mismo la pregunta a los encargados de tomar la decisión en la cúpula del Barça, parece complicado que la respuesta fuese positiva. Aun así, en septiembre parecía una obviedad que se daría ese movimiento. Por ello, el tiempo es ahora mismo el mayor aliado que tiene João Félix. Y, así como su talento, también puede ser su mayor enemigo. Queda medio año para tomar la decisión, tiempo más que suficiente para remontar o para tirarlo todo por la borda.
En este punto es en el que el titular del artículo se da la vuelta. El Barça, más que buscar la solución en primera persona, está a merced de lo que haga João Félix. Es quien se juega su permanencia en un club de élite, pues quedará en una posición complicada si no se da su fichaje definitivo por los culés. Esta incógnita gira en torno a su merecimiento, no sobre lo que debería hacer su club. Laporta, pese a la crisis del club, estará dispuesto a pagar por él si demuestra algo más de relevancia en el juego. Siempre fue así la relación del Barça con este tipo de futbolistas, y así seguirá siendo. Por ello, una vez más, todos los focos apuntan a João Félix. Ha comenzado la cuenta atrás que decidirá todo.
