Tranquilidad, nada más. Eso es lo que buscan aficionados y periodistas en este verano. Todo se puede ver perturbado por un solo nombre: Kylian Mbappé. Él es el «culpable» de agitar cada mercado de fichajes, y eso que lleva seis años en el mismo club. Pese a ello, parece que esa ansiada tranquilidad en materia de fichajes está cerca. El ‘caso Mbappé’ (ese en el que todos mienten y, al mismo tiempo, dicen la verdad) está a punto de llegar a su fin. Esta vez sí que sí. El problema es que el final de este culebrón solo es el paso previo al siguiente. Y, por supuesto, tendrá al mismo protagonista. De los creadores del fichaje del francés por el Real Madrid llega la nueva cantinela: ¿encaja Mbappé en el sistema del conjunto blanco? Esta, al menos, va a durar menos que la anterior.
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🧩 Mbappé y Vinícius, ¿capaces de jugar juntos?
La cuestión más repetida alrededor de esto es como será su relación con Vinícius. En lo personal, no parece que vaya a haber problemas tras los guiños que le ha hecho el brasileño a Mbappé durante esta saga de fichajes. El problema, claro está, es en lo futbolístico. Ambos son jugadores tocados por una varita, con capacidad goleadora y que atacan por la misma zona del campo. De momento, el fútbol no se juega con dos balones, y el exceso de jugadores en una zona no suele ser beneficioso. Ahí está el primer problema de base, y el que quizás es más importante. ¿Cómo puede hacer Ancelotti para solucionar este contratiempo en la división del espacio?
Hay que aclarar algo al respecto: Vinícius es un extremo al que le gusta acabar por dentro y Mbappé es un delantero al que le gusta empezar por banda. Puede parecer lo mismo, pero no lo es. El brasileño es más capaz a la hora de buscar línea de fondo, pudiendo asistir o marcar él mismo desde ahí. Si bien ha añadido gol a su juego, su potencial está en su desequilibrio. Mbappé, en cambio, está más asociado a la finalización. Si empieza desde lejos del área es por estar cogiendo carrerilla para arrasar con todo. Por poner un símil con la NBA, Antetokoumpo hace lo mismo. Si sale al triple, no es para tirar ni buscar el pase, sino para coger fuerza de cara a su entrada.
💭 La banda izquierda, ¿problema o solución?
Esa banda que comparten ambos debe ser la solución a los problemas en ataque del Real Madrid. Si bien se ve como un problema por la posibilidad de que se entorpezcan unos y otros, de ahí debe salir todo lo demás. Karim Benzema, en sus inicios, era un delantero centro con tendencia a caer a banda y a recibir por estar en contacto con el juego. Esto, lejos de ser un problema, le ayudó a desatar el potencial de Cristiano Ronaldo y formar un dúo tremendo con él. Y es que, al final, los jugones se entienden. Quizás Vinícius no tenga con Mbappé ese feeling posicional que sí tenía con Neymar en París, pero es indudable que dos jugadores así se deberían entender bien.
No es que estemos hablando de dos cualquiera, sino de dos de los jugadores llamados a ser los referentes de esta generación. Es como si se hubiese quitado mérito a una dupla que hubiesen formado Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Sin ser perfectamente complementarios, hubiesen funcionado. Y lo más importante: su equipo hubiese sacado beneficio de ello. Plantearse el encaje de dos cracks como algo negativo no es la cuestión, por lo que hay que buscar las soluciones para que saquen el máximo partido de su asociación. A Ancelotti, que ha trabajado con los mejores, no parece que este aspecto le vaya a importar demasiado.
⚙️ El nuevo sistema no debería ser un problema
Resuelto el tema de la compatibilidad de los dos teóricos mejores jugadores que podría tener el Real Madrid en ataque, el último punto de fricción en lo futbolístico es el sistema. Ancelotti ha asegurado que seguirá apostando por el 1-4-4-2 en diamante, buscando así salir de lo encorsetado que estaba el equipo con el 1-4-3-3. Lo cierto es que, de primeras, hay que sacrificar a un jugador importante si se mantiene esa doble punta. Ya sea un centrocampista por bajar la posición de un Bellingham que ya es indiscutible o por un atacante, alguien debe ir al banquillo. Es cierto que con tantos cambios permitidos estamos yendo a un fútbol en el que la titularidad no es tan importante, pero no deja de ser llamativo.
Una vez más, parecen problemas producto de lo que serían los primeros días con Mbappé, de esos que se resuelven en cuanto el balón echa a rodar. Así como esa supuesta incompatibilidad con Vinícius, son contratiempos impostados que esconden una lectura positiva. Si el Real Madrid tiene variantes, será mejor que sin tenerlas. Esa ausencia de Plan B es un error que lleva acompañando tiempo a los blancos, reflejándose el año pasado ante el Manchester City. Y, si acaba llegando un futbolista del nivel de Mbappé, esta podría resolverse. Luego, como siempre, será el fútbol el que reparta la razón. Mientras tanto, solo queda hacer conjeturas y buscar la dichosa tranquilidad en lo que acaba el culebrón del francés.