Los últimos años no están siendo nada fáciles para la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), sobre todo desde que fue suspendida por el Comité Olímpico Internacional (COI) en 2019 a causa de irregularidades en la gobernanza, la transparencia, la sostenibilidad y la integridad de sus procesos de arbitraje.
Como consecuencia de ello, el COI asumió la organización de los torneos preolímpicos y decidió que los campeonatos continentales serían la vía principal de clasificación, cosa que no sentó muy bien a la IBA.
El último problema al respecto es que, en los campeonatos europeos que se disputarán en la ciudad polaca de Cracovia entre el 23 de junio y el 3 de julio de este año, no se admitirá la participación de atletas rusos y bielorrusos. Por consiguiente, estos se quedarían automáticamente fuera de los Juegos Olímpicos de París 2024, una situación que la IBA considera discriminatoria. Por ello, ha instado al COI para que revoque el estatus clasificatorio, a efectos olímpicos, de las competiciones continentales.
La IBA ha reiterado públicamente su compromiso con que se establezcan “oportunidades justas para todos los atletas”, independientemente de su nacionalidad, y con la defensa de sus derechos individuales. “El enfoque de ‘el atleta, primero’ debe prevalecer, y no puede haber lugar para la política en nuestro deporte”, ha declarado.
Es necesario recordar, porque no es un detalle precisamente menor, que la IBA está presidida desde diciembre de 2020 por un ciudadano ruso, Umar Kremlev, al que se considera muy próximo a Vladimir Putin.
COI e IBA: una difícil relación
A esta circunstancia hay que añadir, aparte de las irregularidades anteriormente citadas, que se le acusa de ejercer su mandato de manera personalista y para su prioritaria promoción personal; que el año pasado consiguió evitar que se convocaran nuevas elecciones a la IBA a fin de mantenerse en el cargo, y que este organismo tiene como único patrocinador principal al gigante empresarial ruso Gazprom, que ha apoyado públicamente la invasión de Ucrania.
La IBA ha admitido recientemente la participación de atletas rusas y bielorrusas en campeonatos del mundo femeninos en representación de sus respectivos países. Ha discrepado así de la recomendación hecha por el COI en el sentido de que las federaciones deportivas deben buscar alternativas para que los deportistas participen en las competiciones internacionales en calidad de neutrales, ya que no ha tomado aún una decisión acerca de la admisión de atletas rusos y bielorrusos en los Juegos Olímpicos de París.
En todo caso, el futuro olímpico del boxeo no pinta bien, al menos a medio plazo. De momento, no está incluido en el programa deportivo de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028; y, si el COI se planteara volverlo a incluir, lo haría sin duda alguna bajo su propia autoridad, ya que las irregularidades que atribuye a la IBA no han sido subsanadas.
Por lo pronto, la IBA seguirá estando bajo la estricta vigilancia del COI, que monitorea la gestión y la evolución de cada una de sus prácticas.
