B-boy Xak - breakdance - Juegos Olímpicos
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B-Boy Xak, el español que quiere llevar el ‘break dance’ a la cima en París: «Ganar una medalla me cambiaría la vida»

¿Te imaginas la Torre Eiffel del revés? ¿O de lado? ¿O girando como una peonza, como ese tótem que utilizaba Leonardo DiCaprio en la película Orígen para distinguir la realidad del sueño? Así sería la visión de esta joya arquitectónica francesa para un b-boy (ellos) o una b-girl (ellas) en plena acción. De esta forma se les conoce a los que practican el break dance, una disciplina que combina música, baile y acrobacias corporales. Nacido como un grito de rebeldía en el Bronx estadounidense y criado en las calles de todo el mundo, el breaking se estrenará como deporte olímpico este verano en los Juegos de París.

Juan de la Torre Sánchez, más conocido como B-Boy Xak, es el número uno en España y uno de los mejores bailarines del mundo. Saltos, volteretas a una mano o sin manos, elevaciones y movimientos imposibles y, sobre todo, batallas. A sus 37 años, el cordobés está ante la oportunidad de su vida. «Hacemos cosas extraordinarias y sobrehumanas, pero somos humanos, que tiene mucho más mérito», confiesa el deportista a Legal Sport a las puertas de la Final Nacional de Red Bull BC One, la competición más importante, prestigiosa y reconocida del panorama. Después, en verano, el break dance se colará durante unos días entre el atletismo, el fútbol, la piscina o el hockey en los Juegos. Los focos estarán puestos en 32 elegidos, 16 por categoría, que transportarán su estilo underground a uno de los eventos deportivos más antiguos que existen.

😏 Un soplo de aire fresco para los Juegos Olímpicos

Hablar de break dance es adentrarse en un ecosistema infinito. Quien lo practica acaba diciendo que el break es una forma de vida y de expresión. «Es mi día a día. Mi ocio es trabajo y mi trabajo es ocio. Estoy haciendo lo que me gusta y a la vez nunca desconecto de trabajar», nos cuenta Xak. Nacido y criado en Lucena (Córdoba), ahora reside en Madrid, donde entrena como un jabato en el Centro de Alto Rendimiento (CAR). «Mi rutina es entrenar aproximadamente 5 o 6 horas, 6 días a la semana. La mitad es técnico y la otra mitad es más físico. Eso, sin obviar la preparación mental, nutricional y estratégica con el entrenador. La verdad es que nunca acaba», remarca.

Xak de la Torre comenzó a bailar con 15 años cuando vio a un amigo en la escuela realizar movimientos de breaking entre las clases. Se dejó llevar por el corazón y ahora, 20 años después, está a pocos meses de debutar en unos Juegos Olímpicos. Aunque todavía no se lo acaba de creer: «La verdad que aún no estoy sintiendo el calor de los Juegos. He ido un poco sobre la marcha. Ir quemando etapas, estar en un estado mental y físico óptimo y ajustarme al resultado que se necesitaba para estar». Es la primera vez en la historia de los Juegos que el break se cuela entre las mejores disciplinas mundiales. «Obviamente, ha aumentado la profesionalización. Le estamos dedicando más tiempo y todo es mucho más exigente. Básicamente, ahora mi prioridad es esto, y luego todo lo demás», resalta el cordobés, tres veces ganador del Red Bull BC One.

Desde que se anunció que el break dance entraría como nueva modalidad en los Juegos, ha habido críticas y alabanzas casi a partes iguales. Pero Xak lo tiene claro: «Va a sorprender al público. Va a aportar frescura a los Juegos. Es algo que tanto por su parte artística, por su tipo de música, por la explosividad y por la dinámica te llama la atención. Tanto como si lo conoces como si no lo conoces. Esa sorpresa va a hacer que la gente acabe hablando bien de esto», reflexiona el bailarín.

🥇 El verano que puede cambiar la vida de Xak

Aunque parezca que todo en el breaking esté improvisado, no se deja nada al azar. Sobre unos géneros musicales como breakbeat, funk, rap y soul y unos movimientos base, el bailarín empieza a crear. Las piruetas y posturas nacen, se repiten y se perfeccionan. «Es algo que es parte de nosotros, crear, inventar, jugar con la música, con el suelo y con los compañeros», señala Xak, que se siente muy seguro de sus posibilidades. «¿Si me veo con opciones de medalla? Sí, me veo. Al final, para lo bueno y para lo malo, el break es muy subjetivo, pero después puede pasar cualquier cosa». Lo que Xak tiene por seguro es que ese metal le «cambiaría la vida».

breakdance - B-boy Xak- Juegos Olímpicos

B-boy Xak haciendo una de sus piruetas durante una Red Bull BC One.

En 2016 apostó por arriesgarlo todo. Salir del nido y del negocio familiar. «Decidí que me quería dedicar a esto de forma profesional y para serlo tenía que ser artista full time». Abandonó los pleitos, las leyes y la empresa de abogacía que tenía su familia en Lucena para ir a comerse el mundo desde Madrid. Aunque esa marcha suponía muchos riesgos y compartir piso. Y él era consciente. El breaking, pese a ser ahora olímpico, sigue siendo un deporte minoritario y en el que es complicado ganarse la vida: «Creo que vivimos en un país que a veces es muy costumbrista, es muy tradicional y le cuesta apostar por algo nuevo. Esperan a ver por donde va la corriente y por ahí tiran la mayoría. Hay muy pocos valientes que dicen, voy a apostar por este tío».

 

Casi se podría decir que Xak es la excepción que confirma la norma. Pocos pueden vivir del breaking. Incluso alguien puede caer en la tentación de criticar a un grupo de gente vestida con ropa ancha y que baila en el suelo al ritmo de música urbana: «Siento que no hay tanta gente que practique este deporte y, por ende, que no mueva tanto dinero como en otros deportes. Por eso siento que, a veces, nos pueden tratar con menos respeto que a otras profesiones», intenta explicar el b-boy, que espera que la competición de París sea el salto definitivo para que se reconozca el break y a los artistas que forman parte de él.

😍 Unos referentes conocidos por todos

El cordobés vive por y para el break: «Nunca he sido muy de deporte, o sea, igual sí de salir a correr, de hacer algo de comba, de hacer algo de gimnasio, pero nunca he estado relacionado con los deportes». Cuesta creer de alguien que tiene un físico exuberante para levantar con una mano desde el suelo todo su peso. Aunque si ampliamos la mira, Xak sí ve en su pasión algunas similitudes con otros deportes. «Puede tener elementos de gimnasia artística y rítmica, aunque en lo que más se parece es a la lucha. Es un enfrentamiento en el que depende mucho del rival. No solo depende de ti. Creo que en la preparación, en la resistencia y en la recuperación se parece mucho a la lucha».

B-boy Xak - Juegos Olímpicos

La disciplina para poder realizar estos movimientos es clave para progresar.

Y aunque sus competidores, algunos, también pueden servir de fuente de inspiración, el artista también se ve reflejado en otros deportistas: «Me fijo en figuras como Rafa Nadal o Cristiano Ronaldo, deportistas que tienen una edad parecida a la mía y que intentan mantenerse en lo más alto. Pero también conozco ejemplos más cercanos y que veo en el CAR como Carolina Marín, Ray Zapata, el equipo de rítmica…». Y, sobre todo, destaca el aspecto humano de estos deportistas, que se han caído, han sufrido lesiones, derrotas y al final se han levantado. «El break es muy demandante. Creo que la constancia, la determinación, la paciencia, la perseverancia y la confianza es lo más importante que hay que tener para avanzar. Sin eso, en la vida no vas a poder hacer nada», apunta el b-boy.

Y otra cosa relevante que Xak remarca sin parar: «el amor por esto»: «Necesitas amarlo para pasar por ciertos procesos. Si no lo tienes, empiezas a desmotivarte y lo dejas». El mismo amor y la misma determinación que acompañarán el corazón y el cuerpo de Xak de la Torre a París en su intento de colgarse una medalla en unos Juegos Olímpicos que empezarán el próximo 26 de julio.

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