«No estoy triste porque se acabe, estoy feliz porque ha ocurrido». Con esta icónica frase nos despedimos de Marc Gasol, tal y como lo hiciera él de los Memphis Grizzlies, la primera de sus tres franquicias a las que representó en la NBA, a la que se marchó tras tres temporadas en el Barça y dos en el Akasvayu Girona. La última, elegido MVP de la ACB 2007/2008, la liga que ya había levantado tres campañas antes con el equipo azulgrana. Sus otros dos equipos americanos fueron Los Angeles Lakers y Toronto Raptors, en el que ganó su ansiado anillo en 2019, tras derrotar en la final a los Golden State Warriors por 4-2 en la serie.
Marc Gasol conquistó su primera y única NBA con los Toronto Raptors en 2019.
De vuelta a Europa, en 2021, regresó a su tierra para vestir los colores del Bàsquet Girona, fundado por el mismo en 2014. Una década después, anuncia a los 39 años su retirada como jugador de baloncesto, pero no de la disciplina ni del club. Continuará como presidente del conjunto que alcanzó la primera división en 2022.
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🫅 Leyenda, tras los pasos de su hermano
A lo largo de sus 21 años de carrera, Marc Gasol trascendió especialmente en los Memphis Grizzlies, la franquicia que ya acogió a su hermano Pau en 2001 y que, tras su marcha en 2008 a Los Angeles Lakers, de la mano de Kobe Bryant, trató de llenar ese vacío con su hermano Marc. Las comparaciones son odiosas, pero lo cierto es que el pequeño de los Gasol hizo carrera allí. Fueron once temporadas, en las que se convirtió en el máximo reboteador de su historia, tras superar a Pau y a otro mito como Zach Randolph.
Otras condecoraciones que ha recibido son la de mejor defensor de la NBA 2012/2013 y tres participaciones en el All-Star (2012, 2015 y 2017), además de ser incluido en el mejor quinteto de la NBA 2014/2015, en el segundo de la 2012/2013 y en el ideal del Eurobasket 2013, en el que España ganó el bronce. En su palmarés con ‘La Roja’ quedan el oro en el Mundial de Japón 2006 y el de China 2019, así como el Eurobasket de Polonia 2009 y el de Lituania 2011. Solo le faltó ganar unos JJ. OO., nada suficiente como para empañar su legado.
