Zalgiris Kaunas
🏀 Baloncesto

Zalgiris Kaunas quiere jugar ‘su’ Final Four

Zalgiris Kaunas es uno de los principales animadores de la Euroliga 2022/2023. El conjunto lituano se ha destapado como firme candidato a entrar en el playoff para luchar por el título. Dirigidos desde el banquillo por Kazys Maksvytis y con una plantilla que, a primera vista, no parecía lista para luchar por algo que no fuera evitar ser colista, se mantienen en la pugna. La Final Four de esta campaña se disputará en Kaunas, su ciudad, y quieren cumplir el sueño de jugarla ante su gente.

🇱🇹 Tradición made in Lituania

En Lituania, el baloncesto es el deporte nacional. Muy pocos eventos excitan más a los habitantes del país báltico que el de la pelota naranja. Los aficionados más casuales no son conscientes de que Zalgiris Kaunas podría considerarse poco menos que un gigante europeo. La Euroliga así lo reconoció, entregándole en su creación como liga privada —y casi cerrada— una de las llamadas licencias A. Esta autorización permite al cuadro lituano jugar cada temporada la competición sin importar sus resultados.

Campeón de Europa en 1999, subcampeón en 1986 —todavía parte de la Unión Soviética— y tercer clasificado hace relativamente poco, en 2018. La edición de la Final Four de Belgrado fue la última que ha conseguido disputar el Zalgiris. El Real Madrid salió campeón y los bálticos fuero derrotados por Fenerbahçe en semifinales antes de vencer a CSKA de Moscú por el honorífico tercer lugar en el cajón. Todos estos equipos tuvieron un nexo común: estaban representados en su mayoría por jugadores locales. Tal como pasa en la actualidad.

🫢 Una apuesta sorpresiva

Como ya se ha mencionado, Zalgiris Kaunas planificó su año Euroliga en base a luchar por no ser uno de los peores equipos del campeonato. Al menos eso hacían entender sus incorporaciones veraniegas, sin apostar por ningún jugador de renombre. Su máxima inversión fue el base norteamericano Keenan Evans, que a sus 26 años dejó Maccabi después de varios cursos dando tumbos por el Viejo Continente. También cerraron el fichaje de Rolands Smits. El ala-pívot letón llegaba tras tener un rol de secundario en el Barcelona.

Estos dos jugadores fueron su mayor inversión, con la intención de juntarlos con el ídolo local Edgaras Ulanovas, que había regresado desde Fenerbahçe un año antes. Nada más lejos de la realidad, porque poco invitaba a pensar que el playoff era una posibilidad. Además, Zalgiris colocó el destino de su banquillo en manos de Kazys Maksvytis. Técnico lituano, eso sí, recién nombrado seleccionador del país, pero sin experiencia anterior en Euroliga.

  😳  ¿Rendimiento inesperado?

Sorpresivamente, Zalgiris Kaunas comenzó a funcionar muy por encima de sus propias expectativas. Keenan Evans se echó el equipo a la espalda y se convirtió en uno de los máximos anotadores de la máxima competencia europea con 15,9 puntos por noche y lanzando con un 45,8% de acierto en triples. Ulanovas y Smits han completado el tridente ofensivo y defensivo, ya que suman en ambos lados de la pista. El lituano con 11,3 tantos y el letón con 9,9. También se une a la fiesta Ignas Brazdeikis, que con 9,8 puntos representa con orgullo al club de su ciudad y de su vida.

Tras este arranque de ensueño, llegó una noticia que todos los fanáticos al baloncesto en Lituania estaban esperando. La Final Four se disputará en el Zalgiris Arena de Kaunas. El balance positivo y la expectación local han provocado que Zalgiris busque refuerzos de lujo para intentar asegurar su presencia en playoff y tener opciones de jugar la F4 ante su público.

Es cierto que la reciente lesión de Evans ha dejado tocado al cuadro de Maksvytis. El base se perderá lo que resta de temporada, ya que estará de baja entre seis y ocho meses. Al menos no han escatimado en traer refuerzos: Isaiah Taylor firma desde Anadolu Efes para sustituir al bueno de Keenan y, también desde el vigente campeón, entra en escena Achille Polonara. El alero italiano es un potente jugador que puede hacer las veces de tres y de cuatro, e incluso de cinco, en quintetos pequeños. Es cierto que le costó en Turquía cuando se marchó de Baskonia, pero su impacto ha sido inmediato.

Ni los más expertos en la competición contaban con Zalgiris Kaunas como posible candidato a jugar la Final Four. Ahora, nadie quiere verlos ni en pintura. El conjunto lituano quiere honrar a la herencia de sus antepasados y poner el nombre de su ciudad, así como del baloncesto lituano, en lo más alto del baloncesto europeo.

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