Sergio Pérez afronta su tercera temporada en Red Bull consciente de que solo le resta un año de contrato. El debate, en estos momentos, no gira en torno a la posibilidad de que renueve el vínculo actual con la marca de bebidas energéticas, sino en si llegará siquiera a cumplirlo. El regreso de Ricciardo al gran circo —en Alpha Tauri, filial de del equipo de Christian Horner—, asoma como una amenaza directa al mexicano tras sus últimos resultados, aunque no parece que pueda producirse un despido.
Sergio Pérez siembra dudas
Desde que desembarcó en Red Bull, Sergio Pérez ha sembrado dudas con su rendimiento, siempre eclipsado por un pletórico Verstappen al que todos reconocen como líder de la escudería. La resistencia a Lewis Hamilton en Abu Dhabi 2021 y los dos triunfos cosechados al inicio de esta temporada no ocultan que su rendimiento no es el esperado. En 2021 acabó más cerca del quinto clasificado (Carlos Sainz) que del tercero (Valtteri Bottas), en 2022 se quedó sin el subcampeonato y en 2023 su segunda plaza está en el aire, pese a la superioridad manifiesta de Red Bull.
El mexicano tiene 40 puntos de ventaja sobre Fernando Alonso, pero está a 125 de su compañero Verstappen. Es la segunda mayor diferencia a un parón veraniego desde que se implantó este sistema de puntuación. Su mala racha, con cinco carreras consecutivas sin llegar a la Q3, ha puesto en tela de juicio su nivel. Sin embargo, Red Bull tiene motivos incluso para renovarlo, y no precisamente deportivos.
‘Checo’ Pérez, un emblema en México
El mexicano no se ha metido en demasiados líos, pese a que ha tenido motivos para ello. Verstappen ha desobedecido órdenes de equipo que han perjudicado a Sergio Pérez, pero él ha guardado silencio. Sin embargo, más allá de asumir su rol y no protestar, el aval del piloto de Red Bull es la imagen que proyecta en México. Es todo un icono, un emblema, que en redes sociales suma los mismos seguidores que, por ejemplo, un bicampeón del mundo como Fernando Alonso.
De hecho, cuenta con una extensa nómina de sponsors. Sergio Pérez está asociado a firmas como Telcel, Telmex, Xades, Tag Heuer, Kavak, Banorte, Unifin y Marca Claro, del multimillonario Carlos Slim. En 2022, según Tudn, el mexicano ganó más de 15 millones de dólares solo por estos acuerdos, a los que hay que sumar los ingresos generados por el documental sobre su vida que estrenó hace unos meses Amazon Prime Video.
En alguna ocasión Pérez ha manifestado que ser mexicano es un perjuicio a la hora de pilotar en la Fórmula 1, pero lo cierto es que en Red Bull están encantados con la exposición que tiene su piloto en su tierra natal. Las marcas, también. Y para colmo, a la escudería austríaca ‘Checo’ le sale barato. Proyecta como nadie la imagen de la bebida energética en el otro continente, y cobra solo una quinta parte (10 millones de dólares) de lo que percibe Max Verstappen desde su renovación. Pese a que está en el mejor equipo, es el sexto en esta clasificación económica, por detrás de su compañero, Hamilton, Leclerc, Norris y Sainz.
El regreso de Ricciardo, por tanto, no debe atemorizar a Pérez. El australiano ansiaba un regreso y Red Bull, con él, se asegura rendimiento y expectación, ya que ha sido uno de los iconos del equipo en la última década. El mexicano, aunque no deportivos, da motivos a la escudería para retenerle, como mínimo, hasta 2024.