Caroline Wozniacki regresará al tenis tres años después de anunciar su retirada. Tras más de dos décadas por el circuito, la danesa puso punto y final a su trayectoria principalmente por dos motivos: salud y familia. Después de haber sido madre, y en óptimas condiciones para competir, no descarta siquiera optar a ganar el US Open, por muy utópico que suene. La exnúmero uno del mundo no llegó a ejercer una gran hegemonía en su época, pero se erigió como una de las más constantes en su momento: de 2008 a 2018 nunca abandonó el top 20. Su inesperada vuelta está llena de interrogantes.
¿Un interés económico?
La vida privada de Caroline Wozniacki siempre ha trascendido por la fama de sus parejas. Tan conocida fue su ruptura con el golfista Mcllroy —justo antes de la boda—, como su matrimonio con el exjugador de la NBA, David Lee. La danesa fue en su día un perfil similar a Ana Ivanovic: no necesitó ser siempre la mejor en la pista para captar la atención de los medios de comunicación. La ganadora de 30 títulos WTA no generó el dinero que con facilidad ganan tenistas del continente asiático como en su día Na Li o ahora Osaka, pero fue un atractivo que trascendió más allá del tenis, con multitud de revistas en pugna por conseguir un posado o una exclusiva de la tenista.
Su nombre estuvo ligado a un sinfín de marcas de renombre como Adidas, Babolat, Rolex o Sony Ericsson. En 2011 estaba entre las 10 mejores pagadas del mundo según la lista Forbes, con más de diez millones de dólares en patrocinios. Una década después, aunque con la mitad de beneficios, seguía en esa privilegiada nómina. Muchos de estos contratos, concluidos, podrán ‘reanimarse’ ahora que ha anunciado su vuelta. Precisamente uno de los interrogantes es si las empresas estarán a su lado en un regreso repleto de dudas a sus 33 años. No la debería faltar sustento por el perfil de tenista que es y lo que puede generar su vuelta, independientemente de su nivel.
El dinero puede ser uno de los motivos por los que ha decidido volver a competir. No por necesidad —solo en premios se embolsó más de 35 millones de dólares—, pero sí para engordar la cartera y emprender nuevos proyectos. Caroline Wozniacki fue aceptada en Harvard en 2019 y, como muchos otros deportistas, probablemente tenga entre manos algún tipo de inversión. Y un regreso mediático siempre puede ayudar.
¿Puede ganar Caroline Wozniacki el US Open?
Cada vez es más habitual que los tenistas opten por tomarse un paréntesis a conciencia, o que reculen tras una retirada. Kim Clijsters es un buen reflejo en el que debe mirarse Caroline Wozniacki. La belga volvió dos años después y, en 2009, se convirtió en el primera mujer en ganar un Grand Slam siendo madre. Sin embargo, un puñado lo han intentado sin éxito, o al menos sin el esperado.
Caroline Wozniacki no ha expresado sus planes más allá de regresar a la competición. Probablemente su estancia en el circuito perdurará lo dicte su nivel. Lo que parece temerario por parte de la danesa es postularse como candidata a ganar el US Open, cuando en tres lustros de carrera, a pleno rendimiento, tan solo fue capaz de levantar un major.
Desde su salida hasta ahora el tenis no ha variado demasiado. La potencia que ahora exhiben las primeras cabezas de serie ya estaba presente en la etapa de la exnúmero uno del mundo. Sin embargo, han emergido nuevos talentos, con frescura y un servicio potente. Con 33 años y tras tres de inactividad —pese a que no haya dejado de lado los entrenamientos— resulta complicado imaginar que la danesa pueda imponerse a Sabalenka, Swiatek, Ons Jabeur y un largo etcétera.
El regreso de Caroline Wozniacki fue inesperado, porque no sigue ningún patrón. La danesa ha marcado unas altas expectativas, que pueden propiciar que su aventura sea corta. Más allá de su nivel y del beneplácito de los torneos —deberán concederla una wild card—, es una maniobra de marketing perfecta. La campeona del Abierto de Australia podrá tejer nuevos contratos y generar una expectación que, salvo sorpresa, no estará a la altura del rendimiento que pueda ofrecer en la pista.