Tras un año extenuante, fruto de un apretado calendario, los ocho mejores tenistas del circuito están en Turín para disputar las Nitto ATP Finals —más conocida como Copa de Maestros—. Novak Djokovic figura como el gran favorito, con la posibilidad de erigirse en el hombre que más veces ha ganado este evento (7). Frente a él, una horda de aspirantes cuyo mayor exponente, Carlos Alcaraz, llega a la cita en el peor momento de la temporada.
Carlos Alcaraz y la maldición de Nadal
Carlos Alcaraz conquistó en 2021 las Next Gen ATP Finals, el torneo de maestros para menores de 21 años cuyo resultado en la RACE no les permite disputar las Nitto ATP Finals. De ahí el español saltó a la más absoluta élite con un 2022 y un 2023 impropios de alguien de su edad. Sin embargo, ambas temporadas han tenido un factor común: un desenlace oscuro.
En 2022, desde su triunfo en el US Open a mediados de septiembre, Carlos Alcaraz solo fue capaz de consumar seis triunfos. Cayó a las primeras de cambio en Kazajistán, e hizo semifinales en Basilea y cuartos en París antes de anunciar su ausencia en Italia a final de curso. Este 2023 ha sucedido algo similar. Desde su derrota en la penúltima ronda de Nueva York frente a Medvedev sus resultados han sido discretos: semifinales en Pekín, cuartos en Shanghái y segunda ronda en París. Y de nuevo con su físico en entredicho.
En esta ocasión, por mermado que esté, el murciano no va a caerse de Turín. Por fin debutará en este prestigioso torneo, pero lo hace con esa extraña sensación de que no es su momento, como tampoco lo era el curso pasado. Algo que, habitualmente, le pasó a su compatriota Rafael Nadal. El español tiene en la Copa de Maestros una de las pocas espinas de su carrera. Las condiciones de la pista nunca jugaron a su favor, pero el físico y sus finales de temporada, tampoco.
Ahora Carlos Alcaraz debuta con esa fría percepción, a sabiendas de que su participación, en unos años, será una rutina, como probablemente sus triunfos. Pese a las dudas, si se reencuentra, es el gran temor de Novak Djokovic.
Djokovic, incuestionable
Realmente, miedo es el que siembra ‘Nole’. El serbio, pese a que ha cumplido un calendario más corto —lógico a sus 36 años— tiene el número uno bajo el brazo. Gracias, en parte, a las derrotas de Alcaraz, pero también a sus números, que escapan de cualquier comprensión. El de Belgrado no pierde un partido desde julio, en la final de Wimbledon, precisamente frente al español. Desde entonces son 17 victorias consecutivas —más una en Copa Davis— y tres títulos: Cincinnati, US Open y París.
En estas Nitto ATP Finals podría cruzarse de nuevo con Carlos Alcaraz, en una rivalidad que puede ser histórica si la retirada de Djokovic queda tan lejana como parece. De momento se han enfrentado en cuatro ocasiones, siempre en eventos relevantes, con un balance de 2-2. Sin duda, es la final soñada en Turín, donde prácticamente se han vendido las más de 160.000 entradas, pero en la torna hay otros candidatos.
Medvedev, Sinner y compañía
De momento, en el grupo verde, Djokovic tendrá que lidiar con Jannik Sinner, que en el segundo tramo de la temporada ha demostrado estar capacitado para cotas mayores. Entre esos cuatro miembros también está Tsitsipas —campeón en 2019—, que ha otorgado a este evento una importancia superior a los Grand Slam, y Rune, que parece que de la mano de Boris Becker ha recuperado su mejor versión.
En el grupo rojo, Alcaraz tendrá que convivir con Medvedev, su verdugo en el US Open, que, si está en su máximo esplendor, se erige como la principal alternativa a los dos primeros cabezas de serie. Menos temor infunden, en principio, Rublev, que se adapta bien a estas condiciones, y Zverev, que tras una larga travesía en el olvido su físico le ha permitido de nuevo estar en la cita.