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Amenaza de huelga de árbitros en la liga de Estados Unidos

La nueva temporada de la Major League Soccer (MLS), es decir, la liga de fútbol profesional de los Estados Unidos, arrancará el próximo día 21 de febrero… o no.

El estancamiento de las negociaciones sobre el nuevo convenio colectivo que afecta a los árbitros de la competición podría conducir a que estos decidieran próximamente ponerse en huelga indefinida, lo que haría imposible la celebración de la primera jornada del campeonato.

El convenio actualmente vigente expirará el 15 de enero. Si en esa fecha no se ha llegado a un acuerdo, los colegiados podrían colgar sus silbatos y la MLS se vería ante la urgente necesidad de adoptar una medida en la que podría estar ya trabajando: contratar árbitros extranjeros para poder iniciar la temporada.

Las partes en conflicto

Los colegiados están agrupados en la Professional Soccer Referees Associaton (PSRA), una organización de naturaleza sindical que fue reconocida y certificada formalmente como su representante en 2013 y firmó su primer convenio colectivo al año siguiente.

En la actualidad, están asociados en ella los árbitros que dirigen los partidos oficiales de la MLS, de la National Women’s Soccer League (NWSL), de la United Soccer Leagues (USL) —equivalente a la segunda división— y otras ligas de fútbol profesional de Canadá y Estados Unidos.

Tiene al otro lado de la mesa negociadora a la Professional Referee Organization (PRO), creada en 2012 por las ligas de Estados Unidos y Canadá como entidad responsable de todas las cuestiones referidas al arbitraje de sus competiciones profesionales.

Y no se ponen de acuerdo. En palabras del Presidente de la PSRA, Peter Manikowski —un árbitro asistente internacional con 15 años de experiencia en la MLS—,»en estos momentos, las partes siguen muy alejadas en asuntos de gran importancia para la vida y el sustento de nuestros miembros”. Y ha añadido lo que podría parecer un aviso a navegantes: «junto con otros miembros de esta liga, desempeñamos un papel importante en la creciente popularidad y el éxito de este deporte”.

Malos tiempos para una huelga

En efecto, en el trasfondo de las palabras de Manikowski hay un disparo con bala, porque la posible huelga llegaría en un momento particularmente delicado para la MLS.

Y no porque le vaya mal, sino porque, como apunta el Presidente de la PSRA, ocurre todo lo contrario. Un conflicto de tal calibre podría poner en riesgo el crecimiento que está experimentando la competición en los últimos años: el valor de mercado de los clubes ha pasado de algo más de 800 millones de euros en 2021, a más de 1.100 millones en la actualidad; el número de espectadores se ha incrementado aún más, pues ha pasado de 6,3 millones en 2021 a casi 11 millones en 2023; y los ingresos por patrocinio se dispararon por encima de los 500 millones de euros en la temporada pasada, con un incremento anual del 15%.

Esto último debería ser de especial preocupación para los responsables de la MLS, pues las empresas no suelen considerar muy atractivo patrocinar competiciones, clubes o jugadores que sufren conflictos. Sobre todo, si de ellos se deriva que los partidos no se pueden jugar o se celebran de manera un tanto adulterada, como podría ser este caso.

La amenaza, aunque formulada aún en términos corteses, se puede leer muy bien entre líneas: «ahora es el momento de que la PRO y la MLS demuestren a los árbitros que valoran las contribuciones que hacemos a la competición», ha advertido Manikowski.

Lo cierto es que los síntomas al respecto no son buenos. Se comenta que la Federación de Fútbol de los Estados Unidos podría reducir en 1,8 millones de euros sus aportaciones al arbitraje.

Así las cosas, el partido con lejanos aromas de rivalidad española entre el Inter de Miami, del exazulgrana Lionel Messi, y el Real Salt Lake City, que no se llama “Real” por casualidad, sino por relación muy cordial con el club ”merengue”, podría no celebrarse en la jornada inaugural de la MLS. O hacerlo con árbitros no estadounidenses.

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