Durante el partido de ida de la semifinal de la Copa de Italia entre la Juventus y el Inter, el delantero belga del Inter, Romelu Lukaku, fue víctima de varios cánticos racistas por parte de los aficionados de la Juve. Un ataque que terminó por “costarle” una doble amarilla y, por tanto, la expulsión del terreno de juego, cuando celebró su gol de penalti, transformado en el minuto 99 y que supuso el empate a uno definitivo, mandando callar a la grada que le había insultado.
Aunque el partido se jugó el pasado 4 de abril, no fue hasta el pasado lunes 25 que la Dirección de Operaciones Especiales (DIGOS) de Turín anunció una dura medida contra 171 seguidores de la Juventus que entonaron cánticos racistas contra el jugador interista.
Estos “aficionados” fueron sancionados con lo que en Italia se conoce como Daspo (“divieto de accedere alle manifestazioni sportive”), que consiste en la prohibición de acceder a eventos deportivos, más la imposición de una multa por infringir las normas del uso de las instalaciones deportivas.
La Policía de Turín no ha especificado el tiempo de la sanción y continúa su investigación, pero ahora contra la hinchada del Inter que reaccionó de mala manera a los insultos contra Lukaku gritando «¡Liverpool, Liverpool!».
Sí, por desagradable que resulte explicarlo, era una referencia a la Tragedia de Heysel (Bélgica), una avalancha que tuvo lugar en 1985 en el estadio de ese nombre, antes del inicio de la final de Copa de Europa entre Juventus y Liverpool, que terminó con 39 muertes, 32 de ellas de aficionados italianos.
Razones “serias” para indultar a Lukaku
Al jugador interista, la celebración le costó la expulsión y un partido de suspensión, según medida impuesta por el Juez Deportivo de la Serie A el 6 de abril. El Inter apeló esta decisión, pero fue confirmada por el Comité de Apelación. Sin embargo, la cosa no acabó así. Pese a los pronunciamientos en firme, Gabriele Gravina, presidente de la Federación (FIGC), tomó cartas en el asunto y, basándose en el artículo 43 del código de justicia deportiva italiano, “indultó” al jugador belga. Un oportuno acto de justicia poética, sin duda.
«El principio de la lucha contra todas las formas de racismo es un elemento fundamental del sistema deportivo», ha explicado la FIGC. Por ello, «hay razones serias para conceder un indulto excepcional y extraordinario a Romelu Lukaku, considerando que del informe del fiscal federal se desprende inequívocamente que el mencionado jugador ha sido objeto, en varias ocasiones, de manifestaciones graves, repetidas y deplorables de odio y discriminación racial que justifican un comportamiento formalmente no reglamentario».
Gracias a la decisión de la FIGC, el entrenador del club milanés, Simone Inzaghi, pudo contar con Lukaku para el partido de vuelta contra la Juve que se jugó el miércoles 26 en el mítico San Siro. De hecho, le hizo entrar en el terreno de juego cerca del minuto 70 y, aunque no fue decisivo para el resultado final del encuentro, contribuyó discretamente a que su equipo venciera 1-0 a la “vecchia signora” y pasara a la final de Copa.