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La huelga que convirtió al Real Madrid en el mejor equipo del mundo

La historia se la suelen contar los madridistas más veteranos a sus hijos y nietos. Y tiene ribetes legendarios. Hubo una vez un jugador genial, llamado Alfredo Di Stéfano, que jugaba en el River Plate argentino. De pronto, se desató una huelga en el fútbol argentino y aquel crack tuvo que irse al Millonarios de Colombia para seguir jugando. Era ya tan famoso, que el Barça y el Madrid quisieron contratarlo en 1953. Pero, como la liga argentina estaba en la FIFA y la colombiana no, hubo un lío.

El Barça negoció con River y el Madrid con Millonarios. La FIFA trató de resolver el entuerto con una solución salomónica de cumplimiento inviable: que el futbolista jugara en ambos clubes en años alternos. Como el Barcelona ya había fichado para entonces a otra gran estrella, Kubala, aceptó displicentemente una indemnización a cambio de renunciar a Di Stéfano.

El resto es, también, historia: antes de Di Stéfano, el Real Madrid había ganado dos Ligas en 50 años; con él, ganó ocho Ligas en diez temporadas, amén de cinco Copas de Europa, una Intercontinental, una Copa del Mundo de clubes… y empezó a convertirse en el mejor equipo del mundo.

🗣️ La leyenda, pero bien contada

Sin embargo, un libro recientemente publicado, cuyo autor es el periodista y escritor argentino Ariel Borenstein (Los muchachos futbolistas, Ed. Aguilar), recuerda con precisión que algunos detalles muy significativos de esta leyenda son inexactos.

Por ejemplo, Di Stéfano no se fue a Colombia en medio de una huelga, sino cuando esta ya había acabado. Y en su venida a España en 1953 tuvo mucho que ver que, en el caso de no haberlo hecho, el llamado “Pacto de Lima” firmado en 1951 entre la FIFA y la Liga profesional de Colombia (por el que “devolvería” a sus respectivos clubes de origen, y no más tarde de 1954, a todos los jugadores argentinos que habían emigrado a ella) le habría obligado a regresar al River Plate y a una Liga, la argentina, en la que los derechos elementales de los profesionales seguían siendo sistemáticamente pisoteados.

En efecto, la historia laboral de los futbolistas argentinos era tirando a dantesca. Se les había reconocido el estatuto de profesionales en 1931 y solamente después de una huelga en la que tuvieron que apelar hasta al Presidente de la nación, el general Uriburu. Pero el panorama seguía siendo esperpéntico: se les aplicaba un tope salarial de 1.500 pesos, los jugadores de Segunda no tenían salario mínimo, los clubes dejaban de pagar unilateralmente a los futbolistas que no rendían lo que ellos esperaban, era imposible cambiarse de equipo al final de un contrato si el club de origen no lo permitía…

A Nicolás Palma, un jugador de Estudiantes, la policía le detuvo cuando iba a subir a un avión que lo llevaba a jugar a la Liga mexicana. El club lo había denunciado porque no había devuelto su equipación. Como Palma explicó a los agentes, la equipación la había pagado él mismo de su bolsillo, según era norma en la época, amén de que el club le adeudaba aún varias mensualidades…

🔨 Una huelga histórica

Por estas y otras cosas, los jugadores se pusieron en huelga en 1948. Y la mantuvieron, a pesar de que los clubes acabaron la competición con futbolistas aficionados y decidieron dar por clausurado el profesionalismo y volver a la situación anterior a 1931.

Real Madrid Los muchachos futbolistas Di Stéfano

Alfredo Di Stéfano, con River Plate.

Fracasaron. Ante el aguante de los jugadores y la deserción de los aficionados, que vaciaron las gradas de los estadios, los clubes (y Gobierno) tuvieron que dar marcha atrás.

La huelga se desconvocó en abril de 1949, una vez que los profesionales consiguieron buena parte de sus reivindicaciones; entre ellas, el reconocimiento legal de su sindicato, Futbolistas Argentinos Agremiados, solo cinco años después de su creación.

🇦🇷 Más de 100 jugadores se van de Argentina

Pero no consiguieron eliminar el tope salarial, lo que hacía de la libertad de contratación mero papel mojado. Por ello, Di Stéfano y su compañero Pipo Rossi se fueron a la Liga profesional colombiana, que estaba fuera de la FIFA y, por tanto, no tenía que pagar traspasos ni sujetarse a las normas de los clubes argentinos.

No fueron los únicos. Se calcula que hasta 105 jugadores argentinos de primer nivel abandonaron el país desde 1948 rumbo no solo a Colombia (allí solo se fueron unos 60), sino a Italia (donde varios de ellos serían después miembros del equipo nacional), México, etc. En un partido celebrado entre Racing y Millonarios en 1951, solo un jugador de este último equipo era colombiano.

Así pues, no fue exactamente una huelga, sino sus consecuencias no resueltas, lo que llevó a Di Stéfano y a varias decenas de estrellas argentinas a Colombia. Y no fue únicamente el inmenso atractivo del fútbol español, sino la necesidad de evitar la vuelta a un entorno laboral indeseable, lo que le trajo al Real Madrid.

📖 Un libro que cuenta mucho más allá del Real Madrid

No vea el lector en las líneas anteriores una operación de spoiling. Están centradas en el caso de Di Stéfano, por ser Don Alfredo quien es. Pero este tema, a pesar de estar tratado con atención, apenas ocupa unas pocas decenas de páginas, aunque de lectura casi obligada para todo buen madridist, en el libro de Borenstein.

Di Stéfano

Di Stéfano.

Este reconstruye la historia del fútbol argentino desde aquellos sucesos de 1931 hasta finales de los años 50, unos antecedentes sin los que resulta difícil comprender la reacción emocional de los aficionados argentinos tras el reciente Mundial ganado en Catar.

Con abundante despliegue de datos, hechos, declaraciones y anécdotas, y un estilo narrativo muy ameno y atractivo en el que se advierten las huellas del buen periodismo, pasan por sus páginas Pedernera y Lostau; Boyé y De la Mata; Labruna y el “Tucho” Méndez; Pontoni y Peucelle; Carrizzo y Rugilo, el “león de Wembley”; la economía y la política; la selección y los clubes… Y, por supuesto, Perón y Evita.

Así pues, el libro de Borenstein constituye una excelente vía no solamente para situar con detalle a D. Alfredo Di Stéfano en el contexto histórico del fútbol sudamericano, sino para conocer la historia de un balompié, el argentino, con el cual el nuestro está muy estrechamente relacionado.

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