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‘Mentalmente sano y feliz’, un repaso a la nueva psicología

Según una estadística, una de cada cuatro personas sufre o sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar psíquico que permite a las personas hacer su vida normal sin que pueda ver alteradas actividades como descansar, trabajar, aprender o comunicar. Mientras que la felicidad se define como una emoción subjetiva que se caracteriza por la satisfacción y la alegría, percibe como un estado de satisfacción debido a la propia situación en el mundo que influye en la psicología, las actitudes y los comportamientos de las personas.

Es evidente que hay una relación entre salud mental y felicidad. ¿Pero es una relación de dependencia? ¿Se puede ser feliz sin estar mentalmente sano? En el libro Mentalmente sano y feliz, el doctor José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de Trastornos de la Personalidad, hace un amplio repaso a los términos de salud mental y felicidad desde un prisma académico, social y humanístico, ayudándose en sus páginas de grandes filósofos y pensadores.

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😊 La felicidad es individual

Una persona puede estar sana físicamente y funcionar bien, pero no ser feliz; no sentirse feliz. ¿Parece una contradicción, no? Salud, esa maravillosa palabra que impera en pleno siglo XXI. Todos aspiramos a tenerla, a encontrarnos bien. Salud, amor y dinero. Los tres grandes anhelos. ¿Pero eso te acerca a la felicidad? «Una persona que está sana del corazón, de los pulmones, del abdomen y de la tripa está en mejores condiciones de buscar la felicidad porque puede iniciar proyectos y ser optimista. Pues igual pasa con la salud mental, cuando uno tiene una salud mental más o menos equilibrada, está en mejor disposición de poder buscar la feliz», razona para Legal Sport, José Luis Carrasco.

Para el catedrático, «la clave de la salud mental está en la promoción de la tolerancia al estrés y a las emociones y no en su evitación. El estrés es inevitable, aunque hay herramientas para que ese estrés disminuya», explica. A lo que continúa dando con una de las claves para entender la mente: «El cerebro es un órgano bidireccional. Nos influye, pero nosotros también podemos mejorarlo». Aunque, sin duda, eso es un trabajo que cada uno tiene que hacer individualmente. Porque cada uno es dueño de sus actos, de su vida… y de su felicidad.

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Dentro de los humanos hay diferentes personalidades. Entonces, en cuanto a recomendaciones de salud mental, hay que ver primero el tipo de persona que hay delante. «Hay personas que son muy autoexigentes y se machacan mucho. La recomendación no puede ser que sea más constante y machacarle más. El consejo ante un problema no es siempre el mismo. Lo que sí que se repite es que hay mucha gente que teniendo todos los ingredientes, pues está infeliz. Y eso no lo va a arreglar el psicólogo o el psiquiatra», resume José Luis.

🤯 Las humanidades dentro de la psicología

Carrasco piensa que hay algo más para que una persona pueda ser feliz o infeliz y que va más allá de la salud mental. Y eso tiene que ver con «los valores». Immanuel Kant pensaba que había una organización prefijada que daba forma a todo lo que conocemos y que nuestra organización mental solo es posible si se ajusta al orden universal de todas las cosas. «Estar sanos mentalmente depende más de criterios más humanos dentro de lo que sería el humano más natural, con sus mecanismos de regulación del pensamiento, de las emociones o de los impulsos. La honestidad, la bondad, la aceptación, el agradecimiento, la trascendencia, la responsabilidad o la fe también influyen en nuestra salud mental y felicidad», explica el psiquiatra.

Aparte de la biología y la psicología, el catedrático añade las humanidades como otra pata para entender el componente mental de las personas: «Estas facetas nos ayudan a distinguir a las personas que, no teniendo un problema de salud mental, son infelices y están amargados. Hay pautas y fármacos para tratar algunos problemas de salud mental, pero hay algunos aspectos que se nos escapan y que tienen que ver con lo antropológico y lo humanístico y que impiden a muchos alcanzar la felicidad. Hay que empezar a reflexionar sobre aspectos más profundos y personales». José Luis no titubea al afirmar que, poco a poco, los especialistas en salud mental irán introduciendo nuevas corrientes de pensamiento sacadas de los grandes filósofos de la humanidad y que tienen que ver con aspectos intangibles.

Gente sonriendo - psicología

Una pareja sonríe al tomarse una foto.

«En el libro pongo el ejemplo de James Bond como la persona perfecta. Lo tiene todo. Es una máquina de salud mental. Ahora, ¿es feliz o no? Habría que verle en situaciones como en una pérdida de un ser querido, ante el envejecimiento, ante una falta de reconocimiento… Por eso separo siempre la salud mental y la felicidad», revela el autor del libro, que recomienda huir de pensamientos comparativos y de prejuicios, algo que «perjudica nuestra felicidad». Y entre los valores que resalta en el ejemplar, el catedrático se queda con el sentimiento de trascendencia. «El sentimiento de trascendencia nos invita a ser amables con los demás y nos da razones para ser compasivos y equitativos», resume.

🧠 Es más importante querer creer que creer en muchas cosas

Hay una diferencia clara entre estar bien y sentirse bien. Estar bien es objetivo (no tener enfermedades, tener un poder adquisitivo cómodo, tener pareja), y sentirse bien es un término subjetivo: cada uno tiene su forma de expresar que no se siente bien. Pero la actitud y la manera de afrontar las cosas determinan muchos comportamientos de los humanos. Como también no es lo mismo mirar que ver o escuchar y oír. Todo se diferencia basándose en la intencionalidad. En su libro también se habla de propósitos, objetivos, metas y finalidades, que guardan relación con las frustraciones, los éxitos y los fracasos. «Cuando hay una meta, generalmente bloquea. En cambio, una finalidad es un proceso casi inacabable y algo que nace de uno», expresa Carrasco.

Las personas mentalmente sanas son capaces de aislarse de todo el ruido exterior y quedarse abstraídas con su silencio interior. «Nosotros estamos en un cerebro. Y debemos entender que en el cerebro hay muchas cosas que vienen hechas, pero hay mucha plasticidad. Este órgano nos influye en nuestra forma de ser. Una vez somos conscientes del yo interior, podemos variar ciertos patrones con nuestras conductas, nuestros hábitos, nuestros deseos… Eso se ve muy bien en la psicoterapia, que modifica aspectos que llegan al cerebro y que cambian posturas de conducta», analiza el escritor.

Para acabar, el doctor considera que sigue habiendo un estigma muy marcado en torno a la salud mental. «Cuando a uno le duele la rodilla no tiene problema en decirlo, pero cuando alguien tiene depresión, ya se le mira diferente. Al final es lo mismo, algo en nuestro cuerpo que no funciona correctamente. Y hay que trabajarlo. Estás enfadado, pues hay que aceptar la ira. Conversar con ella y aceptarla. Seguro que poco a poco irá desapareciendo para convertirse en algo productivo para nosotros», enfatiza José Luis Carrasco, que intenta con su libro que la gente sea más consciente de qué es la salud mental y de cómo llegar a tener un bienestar más interno que externo para estar más cerca de la felicidad.

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