Garbiñe Muguruza es conocida en todo el mundo. La tenista hispano-venezolana llegó a consolidarse como una de las jugadoras más importantes del cuadro femenino de la WTA hace no demasiado tiempo. Desde sus inicios, siempre se le ha visto con un talento fuera de lo común.
Sin embargo, y a pesar de haberse codeado en varias ocasiones en lo más alto del ranking, Garbiñe Muguruza es también famosa por sus innumerables irregularidades pues, más allá de sus triunfos, también ha pasado por derrotas difíciles de asumir.
Es más; si damos una vuelta a sus últimos años, vemos que tiene como logros más destacados sus victorias de Grand Slam —Roland Garros en 2016 y Wimbledon 2017—, su participación en dos Juegos Olímpicos, Río 2016 y Tokio 2020, su Open de Australia de 2020 y su victoria final en la Copa de Maestras de 2021; todo ello en un camino que le permitió llegar al número 1.
Garbiñe Muguruza deberá pelear por volver en su mejor forma
Pero todo eso ya queda lejos. Tanto la pasada campaña como el inicio de esta han dejado una versión de Muguruza que nada tiene que ver con la de años anteriores. Porque, a pesar de que nunca fue excesivamente regular, siempre se las apañaba para brillar algunas semanas y alcanzar un nivel de juego que la convertía prácticamente en imparable, pues pocas tenistas cuentan con los tiros de la hispano-venezolana cuando está inspirada.
Es fácil decir, entonces, que Garbiñe Muguruza represente el presente del tenis español, puesto que es una jugadora joven que todavía tiene una extensa y prometedora carrera por delante. Pero, al mismo tiempo, sus lesiones pasadas y su actual y personal tiempo de descanso nos dicen que le costará volver a su mejor altura.
El motivo de ello es que, luego de haber anunciado que se retiraba de forma temporal para volver con más fuerza en el futuro como simple recuperación tras su crisis de 2022, vio claro que su mala racha no era cuestión de un par de partidos, sino que era de más de un año sin estar al nivel que un día mostró —la última vez que conquistó un torneo fue las WTA Finals de 2021—.
Es por eso que su vuelta a las pistas no parece que sea la tarea más sencilla. La temporada europea sobre polvo de ladrillo era el objetivo de Garbiñe Muguruza, pero es ese buen tiempo de descanso el que le puede motivar a seguir fuera del ciclo constante de torneos algunos meses más.
Se espera un posible regreso en verano
Sus malos resultados y ausencia, la han posicionado como la número 132 del ranking de la WTA, aunque aún podría perder cerca de 60 posiciones más durante su periodo de descanso.
Si bien la tolosarra de 29 años muestra su intención de recuperar el estatus perdido, es preciso mencionar que hacía una década que la jugadora no salía del top 100, por lo que este es un añadido más al que será su difícil regreso a los circuitos.
Como ya ha sucedido, diversas participaciones de Garbiñe deberán tomarse por invitación de los propios torneos, las conocidas como wild card que, como en su caso, se otorgan a jugadores estrella que han caído en la clasificación, o jugadores locales jóvenes cuya ubicación no es lo suficientemente alta para una entrada directa. Ya ocurrió en Adelaida a principios de año y en el WTA 250 de Lyon.
Empezar de cero
Considerada una de las jugadoras más importantes del circuito, el agravio es que no siempre se puede contar con la fuerza necesaria para volver tras tanto tiempo apartada, por lo que coger ritmo será un proceso llevadero.
De la misma forma, Garbiñe Muguruza no tiene ranking en estos momentos para disputar ningún torneo importante, por lo que estaría obligada a jugar eventos de menor categoría que quizás puedan ayudarla a adquirir la confianza necesaria para volver a plantar cara a las mejores jugadoras del mundo.
Por su parte, Garbiñe Muguruza sigue afirmando que tiene motivación para seguir y que su deseo es reaparecer en algún momento —se estima que podría volver para el verano—, algo que ya ha hecho en varias ocasiones y que a pesar de que ahora parezca más complicado, a la tenista hispano-venezolana también se le recuerda por sacar puntos imposibles a rivales de igual a igual. Y este partido puede ser uno de ellos.
