Hace una década, la realidad era muy diferente para el FC Barcelona. El club continuaba el legado de los años de Pep Guardiola, los que fueron los mejores de su historia. Todo el mundo quería vestir de azulgrana porque ellos tocaron el cielo con su fútbol. El futuro era brillante. Pese a ello, la situación es muy diferente en la actualidad. Su pasado glorioso ha quedado muy lejos, y la crisis económica que les acompaña amenaza con tirar todo por tierra. Cuando se ponen a mirar las causas de esta situación, hay un agujero que sobresale respecto al resto. En los últimos 10 años, el Barça es el equipo que más dinero se ha gastado en traspasos.
📉 600 millones de pérdidas durante una década
El Observatorio del Fútbol CIES ha revelado un estudio que muestra la cruda realidad de las finanzas azulgranas en el mercado. Si se tiene en cuenta el gasto neto en el mercado de fichajes con jugadores que no son canteranos entre 2014 y 2023, el Barça es el que más ha perdido. Por mucho que los clubes de la Premier League gasten a espuertas, nadie supera los 634 millones de pérdidas de los culés. El Chelsea, que es el segundo, ha perdido casi 50 millones menos. Incluso el PSG, club que suele llevar la voz cantante en el mercado, se queda lejos de ese enorme agujero en las cuentas de los culés.
Las cantidades abismales que se ha dejado el Barça en traspasos han ido acorde a los designios del mercado, por lo que el problema no está ahí. Este radica en que, tras pagar millonadas por jugadores concretos, su rendimiento no ha sido el esperado. Por ello, su valor en el mercado bajó en picado y se convirtieron en un peso muerto para el club. Si tenemos en cuenta sus sueldos, se veían obligados a venderlos cuanto antes. Esas prisas no son buenas consejeras para este tipo de negocios, pero estaban entre la espada o la pared. Debían dejarles marchar por un precio infinitamente inferior al de su compra para, al menos, recuperar algo de dinero.
La bocina ‘salva’ la temporada de un Barça rácano con el gol
❌ Coutinho, Dembélé, Griezmann… así fueron los negocios del Barça
Hay varias compraventas que engordan enormemente ese gasto neto. Según Transfermarkt, Philippe Coutinho le costó 135 millones al Barça y se fue 20; y por Ousmane Dembélé pagaron lo mismo y se marchó por 50. De ahí salen 200 millones de las arcas azulgranas, lo que supone casi un tercio de esos más de 600 millones negativos que refleja el estudio de CIES. Ambos son la cara de esa decadencia de la última década, pues son los ejemplos del riesgo que tiene el invertir cifras tan grandes en fichajes. Luego está el caso de Antoine Griezmann, que llegó por 120 y dejó 20 millones cuatro años después de su fichaje.
Como la lista de traspasos durante la década es larga, hay otros casos que son sangrantes pese a que sí tuvieron un mejor rendimiento. El más destacable, quizás, es el de Luis Suárez. Llegó en 2014 por 80 millones y se marchó en 2020 al Atlético de Madrid por 9. Es otro ejemplo de mala gestión de las ventas de sus futbolistas, ya que estas venían empujadas por las necesidades del club. En cuanto le veían las orejas al lobo, cundía el pánico y cualquier oferta era buena por sus futbolistas. Así, venta a venta, rara vez han ganado más dinero del que invirtieron. Se han empobrecido en cada traspaso.
🔄 ¿Una problemática que puede repetirse?
El futuro no es esperanzador para el Barça. A sabiendas de su necesidad de empezar a ganar consistentemente, aparecieron en juego las palancas financieras. Estas le aseguraban al club de la Ciudad Condal el dinero que no tenían, pero llegaba a cambio de hipotecar el futuro del club. Dicho de otra manera, compraban el pan de hoy con el hambre de mañana. Con esos millones, Laporta y el resto de la directiva pudieron moverse por el mercado para conseguir nuevos futbolistas. El problema es que el rendimiento de estos no está siendo el esperado y la situación económica sigue siendo preocupante. Son los mismos ingredientes que en el pasado.
Por eso mismo, ese agujero negro en la contabilidad del club puede crecer aún más. El Barça, dentro de sus imperiosas necesidades económicas, deberá afrontar otro verano con la misma losa que arrastra desde hace una década. Con esta sobre su espalda, ha visto como el legado de Guardiola se ha desvanecido. Es un aviso a navegantes de lo caprichoso que es el fútbol en cuanto a sus tiempos y sus ciclos. Por muy grande que sea un imperio, el paso del tiempo puede deshacerlo por completo.