Paralelamente a la pugna que viven los tenistas en la pista, las marcas libran su propia batalla fuera de ella. Rolex, Kia o BNP Paribas son algunas de las firmas más asociadas al deporte de la raqueta, según el último Barómetro de Patrocinio Deportivo elaborado por SPS Consulting, gracias a su presencia en multitud de torneos y competiciones como como la Copa Davis. Otros sponsors, en lugar de lucir su logo en las vallas publicitarias, prefieren vincular su imagen directamente con el deportista. Es el caso de Nike, Adidas, Lacoste, Uniqlo, Joma… Sobre todo firmas de ropa deportiva.
La gran protagonista, la que acapara a más jugadores, es Nike. En las dos últimas décadas han patrocinado a Roger Federer —hasta su cambio a Uniqlo—, Rafael Nadal, Serena Williams, María Sharapova… y un largo etcétera. De entre los grandes, solo Djokovic, ahora con Lacoste, ha quedado al margen de esta enseña.
Pero los tiempos cambian. Roger Federer está retirado y Nadal, si no varía sus planes, colgará la raqueta a final de 2024. Por eso Nike ha fijado su mira en el próximo big three, a priori conformado por Alcaraz, Rune y Sinner. Los tiene a todos atados, por el momento. El italiano es el único que ha ampliado su acuerdo recientemente; los otros dos tendrán que negociar más pronto que tarde una mejora de las condiciones.
Nike y un desembolso ¿justificado?
El problema para Nike es que va a tener que rascarse el bolsillo. El coste de la vida ha crecido, y tanto el prize money de los torneos como los contratos van al alza. Sobre todo después del multimillonario contrato que cerraron con el joven italiano, que en 2022 se comprometió diez años con la firma americana a razón de 150 millones de dólares —casi 140 en euros—.
Para retener a Rune y Alcaraz va a tener que hacer un esfuerzo más grande. Ambos tenistas son más jóvenes, carismáticos y están por encima del italiano en el ranking. El danés ocupa la sexta plaza de la clasificación ATP y, aunque ha ganado algún título menos, todo apunta a que firmará, mínimo, por la misma cantidad: 150 millones de dólares.
El caso de Alcaraz es diferente. Muy diferente. El murciano, que de un año a otro ha pasado de tener dos patrocinadores a una nómina que supera la decena —el último Louise Vuitton—, ocupa ahora mismo el trono del tenis con solo 20 años. El español, además, representa los valores del esfuerzo, el sacrificio y la humildad, tan presentes en Nadal. Es el sustituto perfecto del balear para abanderar a la marca los próximos 20 años.
Su contrato actual —del cual se desconocen las cifras— vence en 2025, pero no sería extraño que la renovación llegara antes. Sino, a Nike la jugada le puede salir aún peor. Si nada se tuerce, para ese curso Alcaraz podría tener un puñado de Grand Slam y echar un pulso más fuerte en la negociación. No obstante, la asociación con Nike puede elevarse hasta los 200 millones de dólares.
Nike tendrá que hacer, por tanto, un esfuerzo —probablemente— de más de 500 M€ para retener a Alcaraz, Sinner y Rune durante la próxima década. Si los pronósticos se cumplen, de esta manera cerraría al big three del futuro, ganando así la partida a otras enseñas como Adidas, Uniqlo o Lacoste.
