David Villa despuntó en el Zaragoza y deslumbró en el Valencia antes de dar el salto al Barcelona y vivir una segunda juventud en el Atlético de Madrid. ‘El guaje’, máximo anotador en la historia de la selección, se retiró a los 38 años con un currículum envidiable, tanto a nivel individual como colectivo. En una entrevista concedida a Men’s Health, el delantero —ahora comentarista de Dazn— ha desvelado la obsesión que vivió para mantener su cuerpo en forma durante tanto tiempo.
“Yo quería tener una carrera larga y los últimos años miraba todo: desde lo que comía, las calorías, incluso las líquidas, hasta el descanso o las horas de sueño”, ha confesado el futbolista al citado medio. David Villa ha asegurado que el gimnasio no era obligatorio en todos los clubes por los que pasó, pero que a él si le gustaba ejercitarse de forma habitual. “No metía mucha caña en el tren superior, porque yo vivía de la velocidad. El tren inferior sí lo entrenaba bastante en el gimnasio, y también para prevenir lesiones”, ha afirmado.
El jugador, que asegura no haber tenido secuelas tras romperse el fémur con cuatro años, ha señalado que mantiene su actividad deportiva. Entre sus pasiones destacan la bicicleta, el running o el pádel. “Siempre por las mañanas llevo a los niños al cole y luego intento hacer mínimo una hora de ejercicio. Y si no, tengo mi rodillo en el gimnasio de casa”, ha asegurado.
David Villa ha destacado que antes de romperse la clavícula realizó, entre otras, la carrera Indurain, que eran siete horas sobre la bicicleta. Entre sus próximos retos está participar en la Titan Desert, una prueba durísima sobre el desierto. “Tengo que cuadrarlo bien, porque son muchos días, y ahora no puedo, tengo muchas responsabilidades. Y además hay que entrenar bien. Algún día la haré…”, ha concluido.