«Aunque alguien vuelva a hacerlo después, nosotros seguiremos siendo los primeros en conseguirlo. Es algo que quedará en la historia, y, sin importar lo que la gente diga, todo el mundo recordará que el Arsenal fue Invencible», dijo Thierry Henry. Lo hizo con la medalla de campeón de la Premier League al cuello, en White Hart Lane y tras una temporada entera sin perder. El líder del equipo que había tocado el cielo no estaba de celebración, sino mandando una amenaza: querían más. ‘Los Invencibles’ fueron muy buenos en el campo, pero fueron aún mejores lejos del verde. Para el regocijo gunner, ha surgido un heredero de semejante dominio de los intangibles. Mientras el resto construye, Ben White marca territorio.
El día que el Arsenal se hizo ‘Invencible’ con su remontada ante el Liverpool
⚔️ El chico para todo al servicio de Arteta
Hace un lustro era inimaginable el cambio de Ben White. Víctor Orta, ahora director deportivo del Sevilla y anteriormente del Leeds, suele contar una anécdota sobre él. Pese a que era canterano del Brighton que no contaba para el primer equipo, podía ser un central idóneo para el segundo año de bielsismo en Elland Road. Su buen trato de balón enamoró al madrileño, pero le acompañaba la etiqueta de «blando» como a todos los de sus características. Es algo que surge desde fuera y arrastran todos los centrales con unas características similares, por lo que no iba a ser distinto con él. En su primer partido con el Leeds, ante el Bristol City, Famara Diédhou vio a White con el balón y no dudó. El estadio contuvo la respiración; se avecinaba el fallo por la supuesta fragilidad mental del zaguero. No obstante, ejecutó un pase estratosférico que rompió la presión y que inicio la jugada del primer gol de los suyos. White acababa de dar un golpe sobre la mesa: él no era un «blando«.
Poco a poco, siempre bajo aquella demostración de carácter, el inglés creció a pasos agigantados. Consiguió el deseado ascenso a la Premier del Leeds, volvió al Brighton con la vitola de indiscutible y se ganó el traspaso al Arsenal. Al igual que Orta, Arteta vio en White a un central idóneo sobre el que edificar la salida de balón de los suyos. No iba mal dirigido, pero no acabaría siendo exactamente así. Espoleado por su carácter y las lesiones de su equipo, Ben White se hizo con el lateral derecho gunner. Pasó de ser un central de toque aterciopelado a ser el guardaespaldas de Bukayo Saka. No es que dejase de lado su versión más preciosista, sino que alimentó su fuego interno. Tenía más metros para dar rienda suelta a su juego.
Ben White shithousery on corners pic.twitter.com/K2mGftN4sl
— Hesh (@HeshComps) April 29, 2024
La supernova futbolística de Ben White se puso al servicio del equipo en el sentido más amplio de la palabra. Al estar en un equipo de virtuosos, él ponía la contraparte de intensidad y garra. Junto a Gabriel Magalhães, cada córner era el inicio de una pequeña guerra en la que siempre figuraba. Ya fuese para molestar al portero, hacer un bloqueo o cualquier otra cosa que no se ve en las estadísticas, ahí aparecía White. Y, como no podía ser de otra manera, también hacía acto de presencia en cada tángana. Si el Arsenal hiciese hakas antes de cada partido, no habría dudas de que el de Poole sería el líder. Suma pases e importancia en la posesión de balón, sí, pero también ha derrumbado aquella etiqueta de blando a base de intangibles. Como pasaba con muchos de ‘Los Invencibles’ de Wenger, nadie aúna mejor la garra y el talento.
❤️ White solo trabaja para el Arsenal
Semejante futbolista debería ser importante para los planes de Gareth Southgate. No obstante, lleva tiempo sin aparecer en las listas de la Selección inglesa… y no es por culpa del seleccionador. Ben White, directamente, no quiere que le lleven. «No puedo sentarme aquí y decir que no merece estar. El Arsenal nos llamó la semana pasada para decirnos que no quiere ser convocado en este momento (…). Hablé con él después de Qatar porque quería llamarlo, pero había claramente reticencias por su parte y no sé del todo por qué», explicó el preparador de los three lions ante las ausencias del inglés. Precisamente, todo estalló en Catar, durante el Mundial. White tuvo un encontronazo con un ayudante de Southgate, ya que este le recriminó que no le interesaba el fútbol. No tardó en irse de la convocatoria para no volver más.
La rumorología se adueñó de los tabloides ingleses, tratando de encontrar la cauda real por el abandono de White. ¿Por qué un futbolista así no querría jugar internacionalmente? Hay mil hipótesis, a cada cual más surrealista que el anterior. Pese a ello, todo apunta a lo más sencillo: el ayudante de Southgate llevaba razón. A Ben White no le gusta lo suficiente el fútbol como para estar concentrado lejos de casa, sino que él se lo toma como un trabajo. El Arsenal es el equipo que le paga, y por ellos es por los que va a partirse la cara en el campo. Es un soldado que sabe cuál es su trabajo. Lo que se diga de él da igual mientras cumpla su misión.
Desde hace meses, hay un GIF que se ha hecho viral entre los aficionados del Arsenal. En este, los futbolistas observan a sus rivales de manera intimidante, como si pretendiesen avisarles de lo que está por venir. No hay rastro de Odegaard o Saka, pues solo resalta la mirada fría e imperturbable de Ben White. Es la muestra definitiva de que a él no le gusta el fútbol, sino que le gusta ser jugador del Arsenal. Así como Patrick Vieira, Sol Campbell o cualquier otro futbolista de sangre caliente, vive por los suyos. Solo una Premier League le podrá colocar a la altura de los nombres que le precedieron. Lo bueno para él es que, a final de cuentas, tocar metal tampoco es tan importante. Para Ben White, lo divertido de todo esto es ganar sus pequeñas batallas dentro de la gran guerra que se forma en cada partido. Con ello, él es feliz. Y, por consiguiente, sus compañeros también lo serán.