River Plate.
⚽ Fútbol internacional

Los descensos en la liga argentina: un sistema complejo… y variable

Por lo general, en casi todas las Ligas importantes, la identificación de qué equipos descienden a la categoría inferior al término de cada temporada ofrece pocas dudas al aficionado: una vez que se sabe cuántos son, también se sabe que, contando ese número desde la cola y hacia arriba, “esos” son los equipos que descienden.

No es así en la Liga Argentina. Desde los años 80, en la determinación de los descensos se tiene en cuenta, además, el famoso “promedio”; es decir, el número de puntos por partido que cada equipo ha conseguido en el conjunto de las últimas tres ediciones de la Liga y de la Copa de la Liga Profesional, contando la actual.

El sistema, aunque largamente aplicado, nunca ha dejado suscitar cierta controversia; entre otras cosas, porque es obvio que favorece a los equipos grandes y penaliza a los “chicos”.

Un intento de racionalizar el calendario

En principio, para esta temporada, la AFA (Asociación del Futbol Argentino) había dispuesto como novedad que, de los 28 equipos que disputan la primera división, descendieran tres: el que consiguiera la menor puntuación en la tabla general y los dos que tuvieran los peores promedios en los últimos 79 encuentros que se disputaran en las competiciones mencionadas. En el caso de los equipos que ascendieron en 2022, que son Barracas Central y Tigre, se les computarían los 40 partidos correspondientes a ese año, en tanto que a Instituto de Córdoba y Belgrano de Córdoba solo se les tendría en cuenta los puntos correspondientes a 2023.  A su vez, desde la Segunda División ascenderían solo dos equipos.

Liga Argentina: los riesgos del ‘criptopatrocinio’ son algo más que riesgos

Con este nuevo plan, es decir, ascendiendo dos equipos y descendiendo tres, se lograría llegar al año 2029 con 22 competidores en Primera División. En ese momento, se eliminarían los tres descensos y se pasaría a solo dos, que quedarían definidos estrictamente por la puntuación final obtenida, eliminando así el sistema de promedios.

El fundamento de esta nueva reglamentación era la necesidad de restringir el número de equipos, a fin de que la celebración de dos confrontaciones anuales de Liga entre cada dos equipos —una como locales y otra como visitantes— fuera más compatible con un apretado calendario al que se suman los torneos internacionales, como la Copa Conmebol Libertadores y la Copa Sudamericana, así como otras competiciones argentinas en las que participan clubes clasificados de distintas categorías.

Sin embargo, como se ha dicho antes, esto era “en principio”…

Una novedad muerta antes de nacer

El pasado 22 de junio, todo este plan fue tirado por la borda en una Asamblea Extraordinaria de la AFA.

En ella, 45 representantes de los clubes federados, de los 46 que estaban convocados, votaron en favor de desistir de la novedad introducida para este año y de mantener el régimen previo de dos descensos: uno por la puntuación final y otro por promedio; si bien considerando que, si el último club en puntuación y promedio resultara ser el mismo —como de hecho ocurre en estos momentos con Arsenal—, le acompañaría en el descenso el siguiente con menor puntuación, sea cual fuere su promedio, que de momento es Huracán.

Naturalmente, los clubes de la primera división que veían peligrar su permanencia fueron los principales motores para desistir de la reforma. Pero, curiosamente, se vieron acompañados en la votación incluso por aquellos que están lejos de esa triste circunstancia.

Ni unos ni otros tuvieron problema en cambiar la regla cuando aún no había acabado la temporada, pues se sienten beneficiados por ella en mayor o menor medida. Así pues, se podría calificar la decisión de la AFA como una especie de “control de daños preventivo” y una llamada a la disciplina a los clubes que son menos afectos a las actuales autoridades de la asociación.

Por otro lado, es posible que en la decisión haya jugado también un papel relevante la postura del propio presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, un ex jugador que fue presidente de Barracas Central entre 2001 y 2020. Se trata de un club recientemente ascendido, presidido ahora por su hijo y que podría ser víctima en algún momento de la disposición ahora derogada, pues su promedio está solo a mitad de tabla.

En cualquier caso, no está dicho todo. Y no solo porque entre el 28 y el 31 de julio se juegue la última jornada de la Liga, sino porque para el cómputo de los descensos se han de tener también en cuenta los partidos de la próxima Copa de la Liga Profesional, que se desarrollará desde mediados de agosto hasta mediados de diciembre.

Así pues, los decensos de la Liga argentina serán decididos este año mediante una regla que se cambió cuando aún no había acabado la competición y cuyo resultado definitivo sólo se sabrá seis meses después de que haya terminado.

Ir al contenido