«Moussa Diaby rechazó el dinero árabe por el Aston Villa, Moussa Diaby«, rezaba un cántico de los aficionados villanos durante la temporada pasada. Un año después, el cántico ha perdido todo el sentido. Hace ya varios meses que se fue el menudo extremo francés de Birmingham, y lo hizo para poner rumbo a la Península Arábiga. El Al-Ittihad de Benzema ha sido su destino. Desde allí, se ha perdido todo a cambio de llenarse su bolsillo. Porque sí, Diaby estaba llamado a hacer algo más que acabar en la liga saudí a sus 25 años. ¿Qué pasó para que acabase todo así?
¿Es legal lo que han hecho en la Premier para eludir el Fair Play Financiero?
💰 El Fair Play Financiero, el principio del fin
El Aston Villa, que ha vuelto a la élite del fútbol europeo en la presente temporada, se vio forzado a afrontar ventas dolorosas para cuadrar su Fair Play Financiero. Fueron uno de los equipos metidos en los extraños movimientos de canteranos previos al mes de julio, y siguieron vendiendo a lo largo del mercado. Los estrictos reglamentos económicos de la Premier League así lo exigieron, y a ellos no les quedó otra que cumplir. Más aún, claro está, tras la sanción que sufrió el Everton por lo mismo y la que parece que sufrirá el Manchester City en el futuro. Dentro de este marco tan complicado, casi todo estaba en venta. Y ahí apareció el Al-Ittihad dispuesto a pagar por Diaby.
No obstante, el traspaso se recibió con tibieza por parte de los aficionados del Villa. El francés fue uno de sus mejores jugadores de la pasada temporada, y prometía ser una de las grandes estrellas del club en su regreso a la Champions League. Además, él mismo había rechazado el dinero árabe un año antes para jugar en Birmingham. Fue el abanderado de los futbolistas que preferían quedarse en la élite en vez de marcharse a ganar dinero. Era el elegido, pero solo le duró esa vitola un año. Volvió la tentación, y el Aston Villa le invitó a salir. Diaby, ante la ingente cantidad de dinero que le ofrecieron, cayó.
Al galo hay que entenderle. Si te abren la puerta y te ofrecen solucionar la salud financiera de tus próximas generaciones, todos hubiésemos hecho lo mismo. Lo que duele es ver a ese ídolo caído por las circunstancias y las normas financieras. El sistema pudo con el futbolista que nadó a contracorriente. Ahora, un año después, Diaby ha remado en la dirección que favorece a toda esta estructura. Y es que, una vez más, la liga saudí gana. No por nada son como la banca en el mundo del fútbol. El traspaso del francés a Al-Ittihad es un ejemplo más de la creciente influencia del fútbol saudí en el panorama global. Han pasado de ser un destino secundario a convertirse en un polo de atracción para figuras de renombre mundial. La llegada de jugadores como Karim Benzema al mismo Al-Ittihad es un fiel reflejo cómo el proyecto ha dejado de ser algo pasajero.
😥 ¿En qué lugar queda Diaby?
El quid de la cuestión es en qué lugar queda Diaby. Él es el que se ha tenido que marchar del fútbol europeo, por lo que es sobre el que recae todo este asunto. Ya no importa ni la banca ni la estructura, sino el siguiente paso que dará. Porque sí, sigue teniendo el nivel suficiente como para ser titular en cualquier grande del fútbol europeo. Sin embargo, cuesta creer en que alguno vaya a llamar a su puerta en el futuro cercano. Por mucho que haya buenos jugadores en la liga, es una competición de menor nivel. Excepto en lo económico, ha dado un paso atrás en todo lo demás.
Para echarle más leña al fuego, su inicio en el Al-Ittihad no ha sido tan deslumbrante como cabría esperar de un futbolista de sus condiciones. Si no es por el encuentro en el quese pasearon ante el Al-Wehda (7-1) y dio cuatro asistencias, solo llevaría un pase de gol en cuatro encuentros. Y, claro, no ha anotado ningún tanto. Es evidente que ha bajado el ritmo, porque sabe que le da para mantenerse en la liga saudí sin ir al 100% de su capacidad. No obstante, aquí se crea un círculo vicioso que no le conviene. Si quiere ganar dinero y luego regresar a la élite, no le va a llamar nadie con esta actitud. Es la pescadilla que se muerde la cola: no tiene motivos para rendir como debe, lo que provoca que no se aplique tanto y que nadie le pueda sacar de allí.
Por ello, el caso de Diaby duele. Ni él tuvo culpa de la situación financiera del Aston Villa, ni seguramente le querían vender, pero la realidad es la que es. El francés, a sus 25 años, se ha quedado en ese fuera de juego futbolístico que es la liga saudí. Y el otro gran problema es que no se sabe cuando va a salir, o si se va a acomodar al sueldo de fuera de mercado que le ofrecieron. Todo se ha vuelto gris e indeciso para un futbolista cuyo futuro estaba llamado a esclarecerse en los grandes escenarios, y no lejos de ellos. Él ha pagado el pato, y solo él puede romper el círculo.