Japón - Take Kubo
⚽ Fútbol internacional

Japón amenaza con tiranizar el fútbol asiático

Siempre disciplinada, nunca exenta de hambre y cada vez más cualificada técnica y tácticamente. Así es la realidad que envuelve a la Selección de Japón, revelación de los últimos dos Mundiales y combinado más temible de Asia, con una plantilla capaz de dominar a los rivales de a pie y de sorprender a varias superpotencias del Viejo Continente. Básicamente, porque es algo que ya ha sucedido.

Estos son los motivos que han aupado a Japón durante los últimos años hasta la cima de Oriente Medio.

🤤 ¿Su mejor momento a nivel deportivo?

Estadísticas en mano, es irrebatible. El combinado nacional nipón viene de jugar unos octavos de final del Mundial hace poco más de un año, tras ganar a España (2-1) y Alemania (1-2) en la fase de grupos; y de nueve victorias consecutivas en sus compromisos más recientes de 2023. Cierto que la mayoría se dieron en partidos amistosos porque el clasificatorio rumbo a la Copa del Mundo de 2026 no comenzó hasta el mes de noviembre, pero, aun así, los resultados son llamativos: 6-0 a El Salvador, 4-1 a Perú, 1-4 de nuevo ante Alemania, 4-2 frente a Turquía, 4-1 contra Canadá y tres manitas (5-0) a Birmania, Siria y Tailandia.

La parte curiosa está en que Alemania despidió a ‘Hansi’ Flick la misma semana que Turquía hizo lo propio con Stefan Kuntz, a consecuencia de sus respectivos batacazos contra Japón. Una prueba que indica que fuera de las fronteras asiáticas se la sigue viendo como una selección del montón. Sin embargo, en territorio AFC, es el combinado más temible del continente. No solo la que mejores números tiene en el clasificatorio mundialista, también favorita para ganar una Copa Asiática que se les resiste desde 2011 y en la que cayeron en la última final, en 2019, ante la Catar de Félix Sánchez, anfitriona de esta próxima edición.

Japón

Japón es el país con más títulos (4) de Copa Asiática, por delante de los tres de Irán y Arabia Saudí.

En la confederación asiática hay precedentes en los que Japón partía ya como rival a batir. De hecho, es la selección más dominante de los últimos 30 años. La novedad ahora está en el crecimiento competitivo frente a los rivales europeos de una selección que hasta 1998 no pupo lo que era disputar una fase final de un Mundial y que, desde que lo probó, no se ha vuelto a perder ninguna hasta la fecha.

🦸‍♂️ Una generación sacada de un cómic

Hace apenas un par de ciclos mundialista, la mayor parte de sus internacionales jugaban en la liga local o en la Bundesliga alemana, país que claramente ejerció como precursor europeo en la captación de materia prima japonesa, con nombres como los de Shinji Kagawa, Makoto Hasebe, Genki Haraguchi o Yuya Osako, entre otros. Calidad-precio ha quedado demostrado que es una ruta mucho más que rentable para los clubes europeos, por lo rápido que se adaptan en términos generales, el rendimiento que ofrecen y por los precios. En pleno 2024, solo Kyogo Furuhashi (Celtic) supera los 3 millones de euros en traspasos procedentes de l a J1 League, según cifras de Transfermarkt.

En la actualidad, Japón cuenta con una de las plantillas más ricas en cuanto a variantes, bastante compensada en todas sus líneas dentro de que no tienen un portero de plenas garantías, y muy bien repartidos ya por toda Europa. Hiroki Ito es el central nipón de mayor presente y futuro, uno de los culpables que explican la rebelión del Stuttgart en la presente Bundesliga. También el otro central con mayor cartel procede de la primera división alemana, Ko Itakura (Borussia Mönchengladbach), aunque ahí acaba la hegemonía teutona. Son en total nueve los japoneses que juegan allí.

Takehiro Tomiyasu (Arsenal) y Yukinari Sugawara (AZ Alkmaar) son los laterales de más renombre. Aunque si por algo se caracteriza Hajime Moriyasu, seleccionador desde 2018, es por ser flexible e imprevisible a más no poder. Y una de sus muchas pedradas está en que, cuando apuesta por una línea de cuatro, Ito puede jugar como lateral y Tomiyasu como central, al contrario que lo habitual en sus clubes.

En el centro del campo, Wataru Endo, otro ex del Stuttgart cada vez más adaptado al mediocentro del Liverpool, es el jerarca. Las variantes para complementarle e imprimir verticalidad al juego son múltiples, desde Hidemasa Morita (Sporting CP), hasta Reo Hatate (Celtic), pasando por un Daichi Kamada que no acudirá a la Copa Asiática por decisión técnica. Ya decíamos que su estratega no se casa con nada ni con nadie, ya dejó al propio Furuhashi fuera del Mundial para llevar a su compañero Daizen Maeda, que no es indiscutible en el propio Celtic. Y, no contento con ello, lo ha vuelto a hacer, pese a no contar con ningún ‘9’ consagrado. Ayase Ueda, suplente de Santi Giménez en el Feyenoord; y Takuma Asano, del Bochum, son las otras alternativas.

Japón

Japón se quedó a las puertas del Mundial de 1994, con Hajime Moriyasu como jugador. Entonces, se marcó como objetivo indispensable estar en el de 1998, algo que conseguirían por primera vez. Ahora, con Moriyasu de seleccionador, han convertido la clasificación en rutina.

La joya de la corona está en tres cuartos de campo, motivo que invita a pensar que el 1-4-2-3-1 es el dibujo más coherente, el recientemente utilizado por Moriyasu. Takefusa Kubo (Real Sociedad) y Kaoru Mitoma (Brighton) son las estrellas y principales factores de desequilibrio individual. El segundo de ellos, tocado en este tramo de temporada, entre algodones para la Copa Asiática. El renacido Takumi Minamino en la mediapunta del Monaco, el diferente Ritsu Doan en el Freiburg, y Junya Ito y Keito Nakamura, ambos del Stade Reims, completan una amalgama de trequartistas que no muchas selecciones en el mundo mejoran.

🇯🇵 Las causas del crecimiento futbolístico de Japón

Para revisar los motivos que han traído al fútbol japonés hasta el lugar que ocupa hoy en día, contactamos con Antonio Portillo, creador de la cuenta Balón de Japón, quien nos señala que es «una selección que cada vez te pone en más problemas y a la que ya no solo se recuerda por lo limpios que dejan los vestuarios en los Mundiales«. Sin ir más lejos, hablamos del primer país asiático en el ranking FIFA actualmente, que en el ámbito de clubes también luce al Urawa Red Diamonds como vigente campeón de la Champions continental. Es el rival a batir de la AFC.

Lo primero que vale la pena señalar es que allí no es el deporte rey, sino que los más seguidos son el beisbol o el sumo, tal y como nos cuenta Antonio: «El fútbol japonés no es nuevo, pero sí es muy joven en cuanto a su profesionalismo. Esta temporada se cumplen 30 años del nacimiento de la J1 League, lo que ha contribuido al desarrollo local y, sucesivamente, fuera de sus fronteras. El potencial siempre ha estado ahí, solo que al principio los equipos eran corporativos, derivados de empresas (principalmente automovilísticas) como Mitsubishi, Toyota, Mazda, Nissan. Ha costado que cale en el seno de la población, aunque ha ganado mucha popularidad en la última década».

El fútbol femenino japonés se convirtió hace una década en un espejo para la selección masculina, así como para el resto de combinados femeninos.

Otra clave en su desarrollo tiene que ver con la construcción de infraestructuras, apoyadas por el gobierno, así como con los éxitos del fútbol femenino, cuya selección absoluta fue campeona de la Copa del Mundo en 2011 y subcampeona en 2015. Sembró un precedente. Algo que, para Antonio, explica que el beisbol cuente mayoritariamente con hombres entre sus seguidores, mientras que en el fútbol tengan mucha más cabida las mujeres a raíz de aquel hito. «El fútbol es un deporte muy diverso, no hay más que ver que 41 de las 47 prefecturas (territorios) estén representadas en las tres primeras divisiones de un país cuya metodología está inspirada en los modelos balcánicos, ingleses, alemanes e, incluso, españoles, a raíz de la era dorada de ‘La Roja’. Con un toque mágico del fútbol brasileño también, muy palpable siempre».

Para terminar, Antonio nos habla de que cada vez es más frecuente ver ojeadores en torneos juveniles, tanto nacionales como extranjeros. Los clubes profesionales se dan más prisa en firmar a los talentos del futuro, porque el escaparate ha crecido sobremanera. Nos pone el ejemplo de la All Japan, un torneo anual y centenario, en el que participan adolescentes y que hoy en día ya se emite en abierto ante las masas, por la televisión pública japonesa. «La final es todo un evento, se juega en el Estadio Olímpico de Tokio y atrae a entre 50.000 y 55.000 espectadores, algo que también contextualiza su éxodo de talentos cada vez más jóvenes, que se adaptan rápido a Europa porque es un fútbol bastante basado en la técnica y no tanto en lo físico», concluye.

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