Walcott Arsenal
⚽ Fútbol internacional

Theo Walcott se retira: adiós al hombre que no pudo con las expectativas

En medio de un fútbol en el que cada vez sus protagonistas alargan más sus carreras, noticias como estas sorprenden. Theo Walcott se retira del fútbol a los 34 años. Podía haberse ido a Arabia Saudí o a otro destino exótico a ganar una millonada, pero ha sentido que su carrera debía acabar en el sitio en el que empezó. Estaba sin equipo desde que acabó su compromiso con el Southampton, dándole punto y final a una carrera notable. Aun así, es inevitable que su repaso escape de las bestiales expectativas que tuvo sobre sus espaldas. Walcott fue, por desgracia, otro starboy inglés que se perdió por el camino.

🌟  La gran promesa inglesa

Walcott saltó desde muy joven al estrellato. El Arsenal de Arsene Wenger le fichó a los 16 años, poniendo los focos a su alrededor. Era, junto a Rooney, el mayor proyecto de futbolista en Inglaterra. Su velocidad y habilidad le ponían en primera plana, siendo el prototipo de extremo perfecto. Y, además, estaría bajo la tutela del legendario entrenador francés. La confianza en su irrupción estaba ahí, yendo al Mundial de 2006 con 17 años y convirtiéndose en el jugador que más joven debutó con los Three Lions, dándose justo antes de la cita mundialista. El cielo era el límite.

Los flashes le señalaban a él. Si el Manchester United confiaba en el jovencísimo Cristiano Ronaldo, había confianza en que el extremo inglés fuese algo parecido para este Arsenal post-Invencibles. Su juventud hacía ver que en algún momento explotaría. Poco a poco, más lento de lo que exigía su fútbol, fue quemando etapas en el norte de Londres. Hasta 2010 no consiguió asentarse en la titularidad. Con 21 años, había superado el bache de la inexperiencia para comenzar a desarrollar ese potencial. Ya no necesitaría destellos en los minutos que salía, sino iluminar a su equipo. Era la cara de un Arsenal rejuvenecido, y con potencial para volver a ganar la Premier.

Un lustro sin Arsène Wenger: un antes y un después en el Arsenal

🤕 El ligamento cruzado acabó con Walcott

Junto a los Ramsey, Oxlade-Chamberlain y compañía, la base del equipo era eminentemente británica. Eso sí, ellos eran los personificaban ese intento de modernización del fútbol inglés. Ya no era solo kick&rush, sino muchísimo más. Encadenó dos temporadas con unos números tremendos (promedió 0.67 contribuciones a gol por partido entre las campañas 2011/2012 y 2012/2013). Para el recuerdo queda su partido ante el Newcastle en la última jornada del año 2012, marcando tres goles y dando dos asistencias. Lo de que el cielo era el límite no era un eslogan más, sino una realidad. Con un par de fichajes acertados, el Arsenal podía pelear por todo. Mesut Özil llegó para reforzar esa idea, soñando con repetir los éxitos cosechados a principio de siglo. Cerraron el 2013 siendo líderes de la Premier League. Habían vuelto.

De cara al Mundial de 2014, Walcott debía ser uno de los grandes referentes de Inglaterra, continuando esa línea ascendente. Podía llegar a Brasil con un título bajo el brazo. Pese a ello, su año comenzó de mala manera. Tras haber superado una lesión en los músculos abdominales y haber vuelto a coger ritmo, todo se terminó cuando Danny Rose se le cayó encima durante un derbi del Norte de Londres. Sin querer, el lateral acababa de romper el ligamento cruzado a su compañero de selección. Se había acabado la temporada para él en un frío 4 de enero de 2014. El Arsenal, fruto del shock, acabó cuarto ese año. Hacía mucho frío sin la luz de su estrella.

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Walcott se perdió mucho más que el Mundial con aquella lesión: nunca volvió a ser el mismo.

 📉 ¿Del todo a la nada?

Walcott nunca llegó a recuperarse de esa lesión. Dejó de ser tan explosivo, quedando esa progresión que tenían en papel mojado. No logró volver a alcanzar ese nivel. Su salto al estrellato llegó siendo un adolescente y terminó a los 25 años, en el momento en el que debía tener el mundo a sus pies. Los traicioneros flashes le abandonaron, pasando los años mientras iba a la deriva. Como si fuese un paralelismo con su club, el Arsenal fue con él de la mano hasta que separaron sus caminos. Ambos podían haber sido todo, y quedaron en una incómoda mediocridad. Para reencontrarse con su fútbol fichó por el Everton, pero seguía estando atrapado en aquel partido ante el Tottenham. Todos sus récords de precocidad solo fueron el preludio de un doloroso descenso a la mediocridad.

En medio de la pandemia del COVID-19, Walcott decidió volver a casa. El Southampton implicaba volver adonde empezó todo, asumiendo que su carrera debía acabar donde empezó. Allí salió queriendo pintar el fútbol de colores, siendo tan vibrante como lo era con el balón. Regresó siendo un currante más del fútbol, estando encasillado en esa escala de grises tan incómoda para un jugador de su talento. Ni en casa logró reencontrarse. El tiempo no le dio la segunda oportunidad que se merecía. Descendió con el Southampton en su última temporada como profesional, remarcando más ese descenso a los infiernos.

Pese a ello, sobra con un vistazo rápido a sus números para darse cuenta de que el fútbol no se portó tan mal. Jugó casi 400 partidos en la Premier y casi 50 con la Selección Inglesa, así como que tiene 3 FA Cups en su palmarés. Puede saber a poco después de todo lo que se vislumbraba por su talento, aunque es solamente cuestión de perspectiva. Muchos hubiesen firmado con sangre tener su carrera, así que como otros con menos talento lograron más. Es la viva imagen de lo que sucede con las expectativas más altas, consiguiendo difuminar todo lo que consiguió por una percepción errónea de algo que no ha pasado. Sus mejores momentos fueron cortos e intensos, siendo un aviso de que nunca hay nada claro en el fútbol. Que la suerte acompañe a Walcott lejos del terreno de juego.

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