Un futbolista que para muchos entrenadores, como Gareth Southgate, no contaría; y que para otros como Klopp es más imprescindible que su gorra, tiene que ser especial. Para lo bueno y para lo malo. Porque Trent Alexander-Arnold tiene virtudes y defectos muy acentuados. La cuestión está en conseguir que pese más lo primero. En la mayor parte de temporadas, a diferencia de la presente, Klopp ganó esa batalla. Lo que no se le puede recriminar es osadía. Como buen amante al rock & roll y al lema de «quien no arriesga no gana», nunca le ha templado el pulso.
🏹 Trent es una catapulta humana
Hablar de las fortalezas del lateral derecho inglés implica hacerlo de uno de los mejores pasadores del fútbol contemporáneo. Y eso que no lo parece. Por las rastas jamaicanas, medias bajas y cuerpo espigado, tiene más pinta de driblador, que de dibujante de envíos inverosímiles. De todo tipo, además. Domina el cambio de orientación, las paredes, los toques de primeras gracias a su agilidad corporal, las filtradas, los pases verticales picados a la espalda de la defensa… Y, cómo no, los centros. Hace tiempo que Twitter Fútbol ya asumió que entre él y Joshua Kimmich estaba el mejor del mundo en esta faceta.
Traslados precisos y con distinta tensión, de los que llevan un mensaje oculto para el remitente, porque se controlan solos e invitan al sus compañeros a hacer lo que Trent pensó que era lo mejor. Al pie o al espacio, a balón parado o corrido, asentado en campo contrario o desde su propio terreno. La amalgama de recursos con balón es infinita. Y, evidentemente, no es raro que también lo aproveche para probar suerte con disparos de media distancia. Aunque, dadas sus cualidades, lo intenta poco. Marca menos goles de los que debería en un equipo como el Liverpool, de hecho. Tu techo está en cuatro dianas, la 2019/2020.
👨👦 No puede ir sin guardaespaldas por la vida
¿El problema? Que su idiosincrasia de jugón le lleva a permitirse más licencias de las que le corresponden a un lateral de equipo hegemónico, que debe estar siempre activo en las vigilancias a los rivales, incluso al atacar, para que, en caso de pérdida, sea más resolutivo corrigiendo situaciones límite. Los famosos pesimistas a los que alude Ancelotti, como Nacho Fernández. Trent Alexander-Arnold es lo contrario, un tipo marcelesco, optimista por naturaleza. Con tendencia a desconectar o a perder su sitio. Lo segundo, justificable en algunos casos. No se puede estar en misa y replicando. La falta de tensión o indisciplina táctica, inaceptable a este nivel.
Trent Alexander-Arnold:
«Klopp es la persona más importante de mi carrera. Sin él, quién sabe qué hubiera pasado. Es el que más oportunidades me ha dado, más de las que puedo pedir».
Especialmente, donde sufre Trent es en contextos defensivos posicionales. Lo que desatasca el ataque, en multitud de ocasiones, lo tira por la borda ante equipos que hallan puertas abiertas al encararle o atacarle la espalda. De ahí que Klopp se fie más del ’66’ para presionar y de Robertson para emparejarse con los atacantes rivales cuando Arnold sale lejos. Para improvisar y defender por instinto y físico —dentro de que no es un repetidor de esfuerzos—, es capaz de mejorar sus prestaciones. Sin embargo, cuando toca estar concentrado, la película cambia.
Eso explica, en parte, que el central derecho red no sea van Dijk, sino otro zaguero más exuberante como Konaté o Joe Gomez, pese a tener menos talento defensivo y lectura. Se necesita explosividad, determinación y valentía saliendo de zona. Cosa en la que Virgil no es tan experto.
🧠 ¿Reconversión a mediocentro?
Con este caldo de cultivo, Jurgen siempre quiso que fuese más que un lateral convencional de subir y bajar la banda. Tenía un talento generacional para desequilibrar sin necesidad de correr. En parado, gira defensas rivales como nadie, por cómo y dónde pone a volar al resto. De ahí que se dejase caer por dentro en muchas ocasiones y que Klopp también probase ciertas asimetrías, esas que están tan de moda en el fútbol europeo.
La novedad ahora está en que ese aspecto es cada vez más descarado, hasta convertirse en un laterior. Como Zinchenko con Arteta o Cancelo y Bernardo Silva con Guardiola, pero en la derecha. Lateral para defender, centrocampista para atacar. Tiene sentido para ganar creatividad e imprevisibilidad con balón. También seguridad, un apoyo al que dársela porque falla pocos pases si no está encimado. La visión es digna de un mediocentro o interior. Aunque, sin pelota, puede que Klopp le esté dando una excusa más a Trent para justificar los agujeros que deja. Al fin y al cabo, es alejarle de la zaga y hacer que aumenten sus recorridos. En distancia y en necesidad de hacer esfuerzos más pronunciados.
Esos 124 pases completados se convierten, desde esta misma noche, en el registro más alto de su carrera con la camiseta del Liverpool. What a game! https://t.co/mCfdNhMxK1
— 🏴 (@Coque_PL) April 17, 2023
La consigna está bastante clara y su mera presencia en esas zonas ya condiciona. Dejarle recibir libre de marca no es buena idea. Por tanto, no solo será un activo importante cuando entre en contacto con el esférico, en modo playmaker; también cuando, simplemente, ocupe la posición de segundo mediocentro para atraer miradas que liberen otros sectores.
🤔 ¿Cómo afecta esto a otros compañeros?
Con él por dentro, la línea de pase para que Salah reciba abierto, en disposición de encarar, estará más despejada. Una forma indirecta de habilitar al egipcio al pie y que no todo surja al espacio. También puede otorgar más tiempo y espacio para que los centrales del Liverpool piensen y ejecuten, ante la reacción precavida de unos oponentes que prioricen no presionarles para tapar a Trent.
En cualquier caso, habrá partidos y partidos. No es lo mismo jugar ante rivales que muerdan, que contra equipos que compacten su bloque y replieguen en su propio campo. Robertson puede ser más útil que él para proyectarse por sorpresa y marcar diferencias con su cambio de ritmo y llegada. Al igual que Alexander-Arnold lo sea para activar a sus compañeros más alejados. Es la mejor pieza de Anfield para asistir a 75 metros de la meta rival. Lo cual no quita que, una vez la jugada madure, él pueda acercarse al pico del área, pese a ser, teóricamente, menos profundo que el escocés.
🔺 El triángulo de Merseyside
Lo que no puede perder Klopp, utilice donde utilice a Trent, es su mejor sociedad colectiva. La que conforman Henderson, Salah y Arnold en el flanco diestro. El primero puede que no sea exquisito con la pelota y que cada vez vaya a tener que seleccionar mejor sus esfuerzos. Ahora bien, para unir a los dos futbolistas más difíciles de maniatar, es único. Más su carácter ganador, claro. Insustituible para Jurgen. Interpreta y les complementa como nadie, por el campo que abarca y las soluciones que les ofrece. Con y sin balón. El triángulo Trent-‘Hendo’-‘Mo’ es patrimonio de la humanidad.
Nos guste más o menos, Trent Alexander-Arnold ya no engaña a nadie. A los adversarios con algún pase, si acaso. Pero los pros y contras de tenerle sobre el césped, son bastante evidentes. Las cartas están echadas. Ahora toca ordenarlas. Y él es el as de oros.