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El patrocinador de la selección femenina de Canadá interviene para solucionar un conflicto

General Electric Appliances (GE), patrocinador de Canada Soccer, la federación de fútbol canadiense, ha ofrecido incrementar en 100.000 dólares su aportación a la selección femenina del país.

La noticia no tendría más alcance que ilustrar la generosidad de GE si no fuera por el motivo que está detrás de esta oferta. Con ese incremento, el patrocinador quiere contribuir a zanjar definitivamente el conflicto laboral que enfrentaba a las jugadores del equipo nacional con Canada Soccer desde hace más de un año y hacer económicamente más viable el acuerdo al que han llegado ambas partes hace apenas unos días.

Como se verá más adelante, esta actitud de GE no es precisamente la más habitual en el mundo del patrocinio, por lo que bien merece la pena hacer un recuento de los hechos.

Un año de conflicto

El enfrentamiento se gestó no bien las jugadoras del equipo canadiense fueron informadas de que se producirían importantes recortes presupuestarios en su selección para 2023. Esto, aparte de las imaginables dificultades que supondría para competir a buen nivel, haría cada vez más difícil conseguir una remota equiparación con las condiciones que se aplican a los jugadores del equipo masculino.

«Llevamos más de un año negociando pacientemente con Canada Soccer», decían las futbolistas en un comunicado. «Ahora que se acerca nuestra Copa del Mundo, a las jugadoras de la selección nacional femenina se nos está diciendo que nos preparemos para rendir a un nivel top mundial sin el mismo apoyo que recibió la selección nacional masculina en 2022” —compitió en Catar— “y con recortes significativos en nuestro programa: simplemente, que nos conformemos con menos».

Hubo, incluso, una amenaza de huelga el pasado 10 de febrero, poco antes de la disputa de la Copa She Believes, que no se llevó finalmente a cabo, pero que se transformó en alguna protestas simbólicas, como el uso de camisetas moradas durante la competición.

Finalmente, el pasado 2 de marzo Canada Soccer y las jugadores firmaron un nuevo acuerdo que recoge las condiciones que se aplican a la selección nacional masculina, incluidos los incentivos por partido y la compensación basada en los resultados.

«Se trata de respeto, se trata de dignidad y se trata de igualar el entorno competitivo en un mundo que es fundamentalmente desigual», declaró en ese momento el Secretario General de Canada Soccer, Earl Cochrane. «Hemos sido coherentes y hemos hecho pública la necesidad de que la equidad y la igualdad salarial sean los pilares de cualquier nuevo acuerdo con nuestras jugadoras, y hoy lo estamos cumpliendo. Aunque se trata de un importante paso adelante, y es una señal de progreso, aún queda trabajo por hacer para garantizar que nuestros dos programas nacionales reciban los recursos y apoyos necesarios para prepararse y competir.»

Una situación muy diferente en España

Por cierto, que, sin ánimo de hacer comparaciones ofensivas, es conveniente recordar que la situación de las jugadoras del equipo nacional femenino español es muy diferente desde hace cinco años al de las futbolistas de la selección canadiense.

Antes de la toma de posesión en 2018 de la actual directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), cada futbolista convocada por nuestra selección recibía 40 euros por día de concentración. Ahora, además de cobrar dietas y primas mucho mayores, obtienen incluso derechos de imagen.

Tampoco había antes de 2018 un presupuesto destinado exclusivamente al fútbol femenino en la RFEF, mientras que ahora hay uno cercano a los 27 millones de euros que se distribuye a las selecciones nacionales de todas las categorías, a las competiciones, a los clubes, a las jugadoras…

Asimismo, el pasado verano se firmó un acuerdo para que las jugadoras de la selección absoluta femenina cobren el mismo porcentaje de primas y tengan las mismas condiciones de viajes que los jugadores de la masculina, además de mejorar sus cifras de reparto de derechos de imagen y patrocinio.

Y cabe añadir también que las jugadores de las selecciones nacionales de los niveles inferiores cobran lo mismo que los jugadores de su mismo nivel.

Una iniciativa muy poco habitual

Como antes se ha señalado, pocos días después de que Canada Soccier y las jugadoras de la selección de ese país llegaran a un acuerdo, GE Appliances envió una carta a esa federación expresando su «profunda preocupación» por la disputa entre las dos partes y mostrándose dispuesta a poner sobre la mesa una importe adicional de 100.000 dólares en patrocinio «explícitamente dirigido a apoyar el programa del equipo femenino».

«La disputa entre Canada Soccer y la selección nacional femenina ya había durado bastante tiempo», declaró entonces Bob Park, director de Marca de GE. “Por ello, queríamos participar, ofrecer soluciones, ser una fuerza positiva en el fútbol. Estamos en el fútbol porque queremos que se nos conozca como una verdadera empresa que apoya este deporte en Canadá. Y para animar a otros patrocinadores, actuales o potenciales, a que arrimen el hombro también «.

A miles de kilómetros de distancia, es difícil valorar plenamente la actitud de GE sin conocer más detalles. Pero, del relato desnudo de los hechos, parece derivarse un positivo comportamiento que no es muy habitual en el mundo del patrocinio deportivo o del patrocinio en general.

En este ámbito, es bastante habitual que los patrocinadores se limiten a entregar al patrocinado las cantidades acordadas en los contratos y a esperar pasivamente el retorno de esa inversión. Consideran que no es cosa suya por qué colaborar o intervenir cuando el patriciado afronta problemas… salvo para retirar el patrocinio si piensan que esos conflictos perjudican su imagen pública.

Peor es casi la actitud de la mayor parte de los patrocinados, que consideran que el patrocinador, en paráfrasis indirecta del título de un conocido film de Woody Allen, tienen que ajustarse a un “pon el dinero y calla”, y abstenerse de realizar lo que juzgan como intromisiones intolerables en su gestión.

Desde la distancia, da la impresión la actitud de GE rompe con esta filosofía vetusta y se apunta más bien a la idea de que un patrocinador y un patrocinado son, ante todo, los socios de un mismo proyecto de interés común y general en el que, aunque en muy diferente grado y forma, han de compartir derechos y responsabilidades.

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