Es de lo más común mirar las estadísticas de los partidos antes y después de que el balón eche a rodar. Delante de nosotros se presentan decenas de números y cálculos que ayudan a entender lo que puede pasar y, posteriormente, lo que ha pasado. Muchas veces sirven para calibrar la tendencia de un equipo, revisar lo sucedido en un encuentro, conocer más a un rival desconocido o a un futbolista recién llegado. Hay muchas plataformas que nutren de datos a los equipos, profesionales, periodistas y al espectador neutral. Desde empresas de pago como Opta, Statsbomb, Wyscout, Soccerment o Stats Perform hasta otras webs gratuitas como Fbref, WhoScored, Sofascore o BDFutbol.
Pero entre todas las estadísticas disponibles hay una que es cada vez más usual. Es una métrica vinculada a los remates que se conoce como «goles esperados» y que se expresa con dos letras cada vez más comunes en el fútbol: xG. Pero, ¿qué significa esta estadística de «goles esperados», cómo se calcula y cómo se puede interpretar?
Conociendo a Thomas Gronnemark, el lanzador de la banda de Klopp en Liverpool
🤔 ¿Qué son los «goles esperados» o xG y para qué sirven?
Los xG permiten analizar la calidad de los remates y oportunidades según varios factores y la probabilidad de que se marquen goles. De esta forma se pueden estimar cuántas dianas podría marcar un equipo y analizar la importancia de los fallos y los aciertos por los disparos calculados. Evidentemente, esta estadística se puede mirar a nivel colectivo y a nivel individual.
Es eso lo que más miran los analistas y los cuerpos técnicos. Por ejemplo, el Girona, la gran revelación de la liga, ha marcado un total de 69 goles esta temporada y su xG es de 58,5. Es decir, que ha anotado 10,5 goles más de los que se esperaba según sus oportunidades. En conclusión, los blanquirrojos han estado tremendamente acertados esta temporada de cara a portería. Es el mejor plantel en este apartado en Primera división.
Por contra, el Alavés, conjunto que se encuentra en la mitad de la tabla, tiene un balance de xG de -10,7. Esto se traduce que entre sus goles esperados (38,7) y anotados (28), el conjunto vitoriano ha estado realmente desacertado. Es el segundo con peor cifra, tras el Almería (-10,9). Sin embargo, eso no le ha lastrado para mantenerse en la máxima categoría. Pero en una situación normal, incluso podría haber aspirado a más. Un aspecto que tendrán que corregir de cara a la próxima temporada.
En cuanto a jugadores, también se puede ver que este curso, Alexander Sørloth, delantero del Villarreal, está rindiendo muy por encima de lo esperado, sobre todo en este 2024. Con un xG de 10,4, el noruego ya lleva 17 goles este curso, es decir, ha marcado 6,6 tantos más de los que calculaban las estadísticas según la calidad de sus oportunidades. En cambio, el peor en este aspecto es Cyle Larin, del Mallorca, con -5,5. El atacante, que sorprendió con el Valladolid el curso pasado, no está teniendo la misma efectividad en el conjunto bermellón.
Otro ejemplo, este para ver un partido real, es mirar lo que pasó en el encuentro de Champions League entre el Manchester City y el Real Madrid. Los blancos superaron los cuartos de final en la tanda de penaltis, después de empatar 1-1 en los 120 minutos que se disputaron. El conjunto de Ancelotti festejó, pero las estadísticas muestran que el City fue superior y que debió cerrar el encuentro con anterioridad. Remató 33 veces y su xG fue de 2,74 (solo anotó un gol), mientras que el del Madrid, con ocho disparos, fue de 1,44.
Al final, esta estadística ayuda, pero no es la realidad. Es una aportación para guiarse, pero nunca representa que ese valor vaya a materializarse con seguridad. Hay muchos otros factores que se ponen en juego en el momento de la verdad y nunca una métrica podrá ser definitiva en cuanto a los rendimientos finales. De esta manera, el factor humano e inesperado que tiene el fútbol juega un papel fundamental.
🔢 ¿Cómo se calcula el xG?
Esta métrica tiene en cuenta miles de remates y variables como el ángulo de disparo, la distancia a la portería, la calidad del pase recibido, la parte del cuerpo con la que se remata, la oposición del rival… Teniendo todo esto en cuenta, se comparan los remates con las mismas características, ya sea de un jugador o de un equipo en general. Cada disparo deja un rastro en cuanto al xG. Un valor entre el 0 y el 1, siendo el 0 lo más alejado y el 1 lo más próximo al objetivo, en este caso, del gol. Estos valores se suman al final para obtener una cifra aproximada del rendimiento general.
Para hacerse una idea, un disparo dentro del área pequeña y desde una posición centrada tendrá un valor de xG más alto que un tiro realizado desde fuera del área y des una posición lateral. Cuanto más grande sea el xG, mayor es la probabilidad de marcar un tanto. Por ejemplo, si una oportunidad de anotar tiene 0.40 xG, quiere decir que debe ser gol el 40% de las veces. Si es 0.90 xG significa que debería marcarse en el 90% de las ocasiones.
Cada empresa tiene sus propias estadísticas, lo que quiere decir que la estadística puede variar según dónde se mire. Aunque la diferencia no suele ser muy sustancial. Por ejemplo, en un penalti que lanza un atacante, el xG está en un 0,70 y 0,80, con lo cual hay un 70 u 80 por ciento de probabilidades que ese balón acabe besando la red.