Debe de haber pocos jugadores que mejoren a Gerard Moreno en cuanto a técnica y visión de juego para fantasear en la frontal. Atributos por los que el mundo del fútbol se mata hoy en día. Sin embargo, lo que ha llevado al delantero español a estar en el lugar que le corresponde, han sido sus fuertes convicciones. Las culpables de transformar sus frustraciones en el hambre necesario para figurar en lo más alto de la lista de goleadores históricos del Villarreal.
Gerard se ha convertido en el 𝐌𝐀́𝐗𝐈𝐌𝐎 𝐆𝐎𝐋𝐄𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐇𝐈𝐒𝐓𝐎́𝐑𝐈𝐂𝐎 del Villarreal tras ser el autor del gol del triunfo ante el @RCD_Mallorca (0-1).
Con el de hoy, ha marcado un total de 𝟏𝟎𝟕 𝐠𝐨𝐥𝐞𝐬 como groguet y ya supera a Adriano García.… pic.twitter.com/tcsZABHIar
— Villarreal CF (@VillarrealCF) August 18, 2023
🧗 El niño que no paró de trepar
A 22 de agosto de 2023, lo lógico es pensar que un talento como el suyo, criado en las inferiores del Espanyol y Villarreal, que ha acabado por representar a España en una Eurocopa, habrá tenido muchas facilidades para llegar a ser el futbolista que es. Pero nada más lejos de la realidad. En parte, porque cuando Gerard Moreno recaló en el juvenil del cuadro groguet, el club apenas llevaba diez temporadas en la élite del fútbol español. La apuesta por la cantera era firme, pero los castellonenses aún se estaban asentando en la élite. Algo que, a día de hoy, ya es una realidad. Gracias, en parte, a jugadores de la talla del delantero de Santa Perpètua.
Desde pequeño, Gerard Moreno tuvo que enfrentarse a muchas trabas. Comenzó, como todo hijo de vecino, jugando por las calles de su pueblo. Eso explica el curioso origen de su cicatriz, por ejemplo. ¿A quién no se le ha colado alguna vez la pelota en casa ajena y ha tenido que arreglárselas para que continuase la pachanga? La diferencia es que el delantero del Villarreal fue uno de esos niños a los que le quedó una herida de guerra, tras precipitarse en mitad del allanamiento y recibir más de 20 puntos de sutura en la cara. Todo curte y hay marcas que delatan de qué pasta está hecho cada uno.
🤷♂️ El Espanyol no estuvo a su altura
Más allá de esta anécdota, la infancia futbolística de Gerard Moreno no fue coser y cantar, nunca mejor dicho. A su llegada al equipo barcelonés, con 9 años, tras dar sus primeros pasos en la cantera de la Damm, probablemente se las prometía muy felices. El tiempo ha demostrado su amor por el cuadro periquito. Y viceversa. Pero sus inicios allí no fueron sencillos. A los 15 tuvo que marcharse, después de que el Espanyol considerara que no estaba preparado físicamente para la exigencia del primer nivel. No ha sido, ni será, por desgracia, el único adolescente al que le pasa esto. En lo que no hay muchos que le ganen a Gerard es en persistencia, la suficiente como para darle la vuelta a una tortilla que parecía estar perdida desde que rompió su cascarón.
Fue el Badalona el equipo que le acogió. Y Gerard se reivindicó, con 41 goles en los 34 partidos que disputó la 2009/2010. Eso llamó la atención del ‘Submarino Amarillo’, que no dudó en hacerse con sus servicios para terminar de formarlo en sus inferiores. En Villarreal, demostró que era más que un goleador, siempre se le vieron hechuras de ese delantero moderno que se puso tan de moda en Europa por la época. Sin embargo, tuvo que llegar un descenso, inesperado a más no poder, en 2012, para que Gerard Moreno debutase con el primer equipo. Y ni siquiera en la segunda división del fútbol español pudo ganarse la confianza del míster.
Gerard vio como su equipo ascendía, mientras que a él le volvía a tocar quedarse en la estacada. Su cesión al Mallorca fue clave en su crecimiento. José Luis Oltra apostó por él, le dio 26 partidos en la categoría de plata y Gerard le devolvió la confianza con 12 goles. Al Villarreal no le quedó otra que darle minutos en primera, visto lo visto. Y, aunque Gerard Moreno no desentonó y terminó como segundo máximo goleador (7) a las órdenes de Marcelino García Toral, la competencia tan feroz que había en el primer equipo (Luciano Vietto, Ikechukwu Uche, Gio Dos Santos, Joel Campbell o Denis Cheryshev) hicieron que se volviera prescindible. Un juguete roto, pensaron muchos. Hasta que vieron que quien llamaba a su puerta era el Espanyol, con las orejas gachas. Qué paradoja.
😌 El Villarreal también se arrepintió
El resto es historia. Gerard Moreno creyó en sí mismo más de lo que lo hicieron casi todos sus entrenadores por el camino. Y, pese a las innumerables lesiones sufridas desde entonces, no paró de escalar. En el Espanyol se convirtió en jugador franquicia y, cosas de la vida, el Villarreal también se unió a ese efecto boomerang y no paró hasta conseguir que el hijo pródigo regresara al Madrigal. Ahora sí iba a convertirse en el capitán del ‘Submarino’, que desembolsó 20 millones de euros por el entonces fichaje más caro de su historia. Cinco años después, Gerard Moreno llega a la cima. Premio para quien trabajó, peldaño a peldaño. Muchas veces la vida no es un carrera de velocidad, sino de resistencia.