Tras un pequeño barullo en el área, el balón le cayó a Lamine Yamal al inicio del Chipre – España. Parecía que iba a chutar, pero él decidió parar el tiempo. Dejó al portero en el suelo, y, de paso, hizo que un pobre defensor que pasaba por allí corriese el mismo destino. Marcó a placer su segundo gol con la Selección Española en su tercer partido. Por mucho que ‘La Roja’ haya vivido muchos sinsabores con jóvenes tocados por una varita, el extremo del Barcelona ya se ha ganado el corazón de todos. Pese a ello, las numerosas ausencias en su puesto hacen que esto pueda ser una mera casualidad.
Una España de pruebas deslumbra y después se pasea en Chipre
🔀 La España de los extremos… ¿a pesar de las ausencias?
Dentro de un panorama político en el que todo se lleva al extremo, la Selección de Luis de la Fuente ha abrazado lo menos tóxico de esta situación. Su España vive por y para las bandas, pues por ahí tiene a dos fantásticos generadores como Nico Williams y el ya mencionado Lamine Yamal. Ellos son los que rompen la norma de aquel equipo tan mandón como previsible con el balón que se vio hace un año. El problema de todo esto es que, realmente, Luis de la Fuente no ha tenido al 100% a los extremos que sí tuvo Luis Enrique en el Mundial de Qatar. No es lo mismo jugar con Marco Asensio y Dani Olmo en banda que hacerlo con los dos jóvenes que ocupan los flancos ahora mismo. Puede haber abrazado la verticalidad por necesidad.
Sin menospreciar el talento y el potencial de Nico y Lamine, no se puede negar la ascendencia de Olmo y Asensio. Son dos futbolistas absolutamente diferenciales que no están por distintos motivos. Con ellos, si les sumamos a Oyarzabal y Ferran Torres, hay un overbooking considerable en las bandas. Uno que puede cambiar el signo de esta España de los extremos. Aquí entraría el beneficioso punto de tener varios perfiles distintos en una convocatoria, pues permiten cambiarle la cara al equipo cuando el partido no va bien. Sea como fuere, esto no quita el foco de este posible cambio en los jóvenes extremos de España, sino que lo refuerza. En la fase clasificación, ante equipos teóricamente inferiores, los jóvenes son los titulares; en los días grandes, ya veremos.
⚔️ La meritocracia contra la veteranía
El mayor ejemplo de ello es el visto en la Nations League. Luis de la Fuente apostó por el recientemente lesionado Yeremi Pino y un extremo más veterano, y no le fue mal. Prefirió mezclar la pausa con la agitación de los jóvenes. Cuando se necesitaba algo distinto, daba paso a Nico Williams para que España ganase algo de amenaza al espacio en esos minutos en los que fallan las piernas. Por ello, tiene pinta de que ese protagonismo en los últimos parones de selecciones de Lamine Yamal y el de Athletic no será así para el próximo verano. O, dicho de otra manera, el discurso tan aplaudido de hoy será un recurso en Alemania. Todo viene porque, aunque sean los que más brillan, no son el motor del juego. Los extremos son el complemento.
Esto hace que la meritocracia choque frontalmente con la veteranía. No deja de ser la historia de siempre, pero es algo que debe sortear Luis de la Fuente. Si obviamos a Rodri Hernández, los dos jóvenes extremos son los que están recibiendo más cumplidos por su nivel. Con ellos se adorna esa España tan dinámica, la que abraza el juego en banda y abandona esa posesión más tranquila. Quizás se lleven más halagos por el cansancio generado por el anterior juego de la Selección, pero es innegable que son los que provocan más halagos al rendimiento de España en los últimos partidos.
💭 ¿Por dónde debería tirar Luis de la Fuente?
En medio de esa encrucijada está Luis de la Fuente. El seleccionador se ha mostrado como un buen gestor en el vestuario, dirigiendo con mucho tino los problemas a los que se enfrentaba la Selección con el fin de la etapa de Luis Enrique. Por ello, este nubarrón que se avecina promete volver a ponerle a prueba. Tiene claro que su España debe ser más directa, y ha demostrado que puede llegar a ese mismo punto con unos y otros. Ya sea por el aire fresco que trae esa generación que personifican Lamine Yamal y Nico Williams o con el talento que ha heredado, De la Fuente tiene más variantes que nunca.
Claro que puede generar tensiones, pero, en un torneo corto como es la Eurocopa de 2024, mejor tener donde elegir en un grupo. Esta teórica complicación se hubiese visto como una bendición en el pasado, cuando los atacantes españoles que tenían nivel de Selección estaban todos cortados por el mismo patrón. Cuando todo dependa de poder sacar ese as bajo la manga que se esconde en el banquillo, no habrá que echarse las manos a la cabeza. Luis de la Fuente tendrá más opciones en ataque que nunca. Y, si bien no asegura el volver a tocar metal, sí hace a España mucho más peligrosa. Así, entre la casualidad y la causalidad, se edifica un aspirante al título.