Desde el inicio del expediente sobre la elegibilidad de Osasuna para participar en la UEFA Conference League de la próxima temporada, resulta curioso observar cómo el director general de la entidad, Fran Canal, ha centrado su discurso en atacar a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y a su presidente, sin el más mínimo rubor ni rigor, olvidando de forma intencionada que el verdadero origen y causante del problema que hoy en día sufren ese club y su afición es el Sr. Tebas.
Es preciso recordar que fue el presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LNFP) quien puso en conocimiento del club la auditoría complementaria que había solicitado al Consejo Superior de Deportes (CSD) y que “obligó” a Osasuna a denunciar los hechos judicialmente, dado que, casualmente, a los pocos días, la LNFP iba a presentar una querella contra diferentes directivos del club.
Tampoco es casual que la patronal haya intentado por todos los medios, pero sin éxito jurídico —como es frecuente y habitual, gracias a sus servicios jurídicos— la condena penal de Osasuna.
Por ello, la afición rojilla no simpatiza con el Sr. Tebas, a pesar de que el Sr. Canal guarde silencio y olvide que fueron los propios socios de Osasuna quienes declararon a Tebas persona non grata en el año 2016; y, por si había alguna duda, también en 2018.
Es sorprendente que el Sr. Canal, que ha llegado a asesorar simultáneamente tanto a Osasuna como a otras entidades futbolísticas —y que pasa gran parte de su tiempo no en Pamplona, sino en las cercanías de la sede federativa de Las Rozas—, trate de encubrir, de forma descarada, al presidente de la LNFP, anteponiendo sus intereses personales y los del Sr. Tebas a los de Osasuna y sus aficionados.
Y, por añadidura, tampoco es “casual” que el Sr. Canal silencie el apoyo de la RFEF a Osasuna en el expediente. Más aún, ha llegado a manifestar a la RFEF que “sé, por noticias leídas en prensa, que Osasuna no es un equipo querido en la familia”, recordándonos a personajes célebres, como Pablo Escobar, quien afirmó en famosa frase que “la familia termina siendo nuestro talón de Aquiles”.
Un sospechoso silencio
De ahí que ahora sí tengan lógica las actuaciones del Sr. Canal, cargando tintas contra la RFEF y olvidándose del verdadero causante de los problemas de Osasuna.
¿Por qué este silencio? ¿Está actuando, como es habitual, de acuerdo con las instrucciones que recibe del Sr. Tebas? ¿Por qué no ha realizado mención alguna a que el origen del procedimiento contra el club proviene de actuaciones de la LNFP dirigidas por el presidente de esta asociación?
La respuesta, como todo en la vida, tiene una explicación. Fue el Sr. Tebas quien sugirió al presidente de Osasuna que el Sr. Canal se incorporara a la estructura del club, tal y como ha hecho de manera repetida en otras entidades. Es la magia de la familia del fútbol profesional español.
Una magia que conlleva que el Sr. Canal muestre, en agradecimiento a los servicios prestados, una subordinación total y absoluta a lo que se le indica desde la patronal.
Están claras sus preferencias: antes que defender a Osasuna o a su afición, mejor defender al amo de la LNFP. Así lo demuestra a diario en la Comisión Delegada de la Asamblea General de la RFEF, leyendo literalmente los mensajes que le llegan desde la LNFP sobre cualquier asunto que en ella se trate, por absurdo que sea y por mucho que así ponga en ridículo el buen nombre de Osasuna y de su afición.
Son incontables los momentos en los que el Sr. Canal, a pesar de ser plenamente consciente del ridículo que le obligan a perpetrar desde la LNFP —como a veces ha llegado a reconocer a los asistentes a esas reuniones—, procede a la lectura de la pertinente hoja parroquial que le remiten, quedando en evidencia cuando se ve impotente a la hora de rebatir las cuestiones que le plantean los demás miembros de la Comisión sobre sus afirmaciones.
Por todo ello, es momento de que Osasuna y su afición sean conscientes del verdadero origen del problema que tienen a día de hoy; y lo sean también de las actuaciones que su director general, subordinado a otros intereses que antepone a los de ese club y esa afición, está llevando continuamente a cabo a través de unos servicios cuya retribución resulta “casualmente” imposible conocer a la fecha actual, a pesar de las exigencias de transparencia legalmente aplicables.
Esperemos que, en este caso, la familia del Sr. Canal no sea el talón de Aquiles de Osasuna, y que el Club y su afición disfruten de la UEFA Conference League. Eso sí, siendo conscientes del problema que tienen encima.