Los principales representantes públicos de Newcastle Upon Tyne están felices. El principal equipo de la ciudad —el Newcastle United, aupado en los petrodólares del Fondo Soberano de Arabia Saudí, propietario del 80% del club— ha conseguido esta temporada un brillante cuarto puesto en la clasificación final de la Premier League. Un gran éxito que le da derecho a participar en la próxima Champions, cosa que no conseguía desde hace 20 años.
No sienten solo orgullo futbolístico. “El regreso del equipo a la Liga de Campeones será enormemente positivo para la ciudad, su economía, su gente y su reputación mundial. Supondrá un aumento espectacular de los ingresos, impulsará el número de visitantes y beneficiará a la ciudad más allá de los límites del terreno de juego. Nos esperan tiempos apasionantes».
Son palabras de Stephen Patterson, director ejecutivo de la empresa NE1 Ltd, dedicada a la mejora del distrito comercial del centro de Newcastle.
A su vez —aunque el éxito no sea en este caso de alcance mundial, sino “solo” nacional—, no le va a la zaga el entusiasmo que muestran los representantes públicos de la ciudad de Sheffield. Y por partida doble. El Sheffield United jugará el año que viene en la Premier League, tras conseguir el ascenso a la primera categoría del fútbol inglés como segundo clasificado de la división de plata, es decir, de la English Football League Championship; y su eterno rival de la ciudad, el Sheffield Wednesday, lo hará en esta última tras vencer en el playoff de ascenso de la League One, la categoría inmediatamente inferior.
«Más de tres mil millones de personas en todo el mundo ven la Premier League, lo que podría reportar enormes beneficios para la regeneración de la ciudad y para nuestra industria turística”, asegura Martin Smith, presidente de la Comisión de Desarrollo económico del Ayuntamiento de Sheffield. “Estamos seguros de que habrá más visitantes en Sheffield que gastarán dinero en nuestros bares, hoteles y tiendas, y que difundirán la idea de que la ciudad es un gran lugar para visitar. Múltiples estudios han demostrado que el éxito del fútbol puede reportar enormes beneficios a la economía local, creando potencialmente cientos de puestos de trabajo».
Las matemáticas, a veces, engañan
En efecto, es indudable que el razonamiento de los representantes públicos de ambas ciudades tiene un peso notable. Lo normal sería que los acontecimientos se produjeran tal y como vaticinan.
De hecho, hasta tienen ya algún síntoma. Los que trabajan para atraer inversiones y nuevos puestos de trabajo a Newcastle aseguran que la mayor exposición internacional que ha supuesto la adquisición del Newcastle United por los saudíes está ayudando a la ciudad en los mercados extranjeros. Y añaden como ejemplo del brillante futuro que les espera que un reciente concierto del popular cantante Sam Fender, nativo de la región, celebrado en el estadio del club, el famoso St. James’ Park, ha dejado en la zona más de 17 millones de euros.
Además, ya está dicho, hay “múltiples estudios” que permiten augurar que los éxitos deportivos de sus respectivos clubes generarán “decenas de millones de euros en ingresos” y “cientos de puestos de trabajo”…
El problema es que esos “múltiples estudios” no dicen cómo conseguirlo y, además, se suelen centrar en los casos de éxito, omitiendo los fracasos. La ecuación “club en Champions o en Premier League = decenas de millones de euros + cientos de empleos” no siempre da, por desgracia, los mismos resultados.
Como bien saben los emprendedores de todo tipo, a veces por amarga experiencia, hay excelentes proyectos de negocio que cuentan con todos los factores objetivos que son aparentemente necesarios para triunfar… y que, sin embargo, terminan despeñándose. Y, muy frecuentemente, el desastre se debe a un problema que no se soluciona por sí solo: cómo “monetizar” el negocio, es decir, cómo conseguir que esa idea incuestionablemente genial pueda de verdad hacer que la gente pague dinero para disfrutarla.
Una extraña incapacidad
¿Por qué un espectáculo deportivo que es seguido por miles de millones de aficionados en todo el mundo, y que genera en derredor negocios multimillonarios de muy diversa naturaleza, está en manos de clubes-empresas que, en su mayor parte, terminan cada año con pérdidas o con importantes déficits presupuestarios, a pesar de ser miembros de flamantes asociaciones profesionales?
Hay probablemente más de un razón y el caso, por fortuna, recibe cada vez más atención. Pero parece claro que la “industria del fútbol”, es decir, la que sostienen esos clubes-empresas, no es capaz de quedarse con un pedazo siquiera razonable de los miles de millones de euros de los que se benefician las empresas de la “industria que genera el fútbol”; es decir, la que crece y crece alrededor de los clubes sin que estos sepan realmente aprovecharse de ella.
La presencia en la Champions League, en la Premier y en la Championship dará a los habitantes de Newcastle y Sheffield, dos ciudades económicamente muy castigadas, una oportunidad de oro. Qué duda cabe. Pero tendrán que trabajar con mucha inteligencia y eficacia para aprovecharla, porque sus frutos no vendrán solo porque sean lógicos, sino porque haya proyectos que consigan “monetizar” esa gran oportunidad.
Los españoles nacidos en los años 40 y los amantes de nuestro mejor cine recordarán con toda seguridad un extraordinario film de Luis García Berlanga, “Bienvenido Mr. Marshall”, que narraba la llegada a un pueblecito de la sierra madrileña de un gran Plan económico diseñado por los EE. UU., y bautizado con el nombre de su Secretario de Estado, para ayudar a la reconstrucción de Europa.
Ojalá que a los ciudadanos de Newcastle y Sheffield no les ocurra como a los de aquel imaginario “Villar del Río” y no se quede todo en el polvo que dejó la larga comitiva de coches negros que atravesó sus calles en apenas unos segundos a toda velocidad…