Ninguno somos contemporáneos a Pelé y todos, todos, lo somos. Lo fuimos desde que rozamos un balón por primera vez y lo seremos hasta que gritemos «gol» por última. Porque Edson Arantes do Nascimento es el fútbol del presente, también el del futuro, hablando desde el pasado, comunicándose a través del tiempo y las generaciones para decidir qué está por venir.
Y es que Pelé fue todos los jugadores antes de que todos los jugadores existieran, incluso los que todavía no existen. Un conglomerado categórico de todas las condiciones, las físicas, las técnicas, las mentales; todos los atributos, la sensibilidad, la inteligencia, la creatividad, la pasión, el entusiasmo. En un fútbol que apenas era, Pelé sintió el fútbol como deporte, como industria, como espectáculo de masas, como motor transformador, vehículo social y político. Como lo que sería dentro de muchos años.
Hagan este ejercicio. Localicen a un chaval cualquiera, de un rincón al azar del planeta, de única condición mínimamente futbolero —como cualquier chaval, por otro lado— y sitúenle frente al abismo, esto es, ante a la pregunta de las preguntas [«¿quién es el mejor de la historia?»]. Allí encontraréis a Pelé. Seguramente, el rabioso presentismo les llevará a esgrimir un rápido: «Messi». O un «Cristiano»… no sin la coletilla «bueno, a ver, y Pelé, pero es que no le he visto nunca». Aunque, sin saberlo, sí le han visto. Le ven todos los días. Porque Pelé vive en el fútbol.
El más precoz, en debutar, en marcar, en ganar el Mundial, en ser estrella; en jugar, en un sentido amplio del verbo. Pele fue el primero que elevó un mero deporte a un fenómeno global, imparable, el más grande de los entretenimientos del ser humano. Y fue el más longevo, porque perdura hasta hoy; hasta siempre. El Big-Bang. La creación. Y su legado, inmortal.
Pelé coloreó el balompié. Hizo de Brasil lo que es: cuna. De la Copa del Mundo, el cetro. Y del fútbol, el centro del universo. Pelé fue Hollywood y favelas. Fue récords antes de Guinnes y higlights antes de Internet. Tanto es así que circula por la web un videomontaje del brasileño que podría ser el manuscrito sagrado sobre el que se escribieron los límites del juego. Zidane, Iniesta, Cruyff, Ronaldinho, Roberto Carlos, Romario, Neymar, Cristiano, Ronaldo, Maradona, Messi; ruletas, controles, fintas, amagos, pisadas, sombreros, rabonas, faltas, remates, chilenas, croquetas, toques imposibles, quiebros impensables. Los mejores movimientos de los mejores que jamás practicaron este deporte, reunidos en un solo hombre. Pelé inventó el fútbol. Las cosas no existían antes de que Pelé las hiciera y solo pudieron existir desde que Pelé las hizo.
‘O Rei’ Pelé no se llora. Pelé se celebra.
Oh, Rey.