Chus Mateo
🏀 Baloncesto

Chus Mateo naufraga en el Clásico

El primer Clásico del 2023 queda atrás. El WiZink Center acogió uno de los partidos más anticipados de la temporada, el mítico Clásico navideño entre el Real Madrid y el FC Barcelona. En una maniobra que ya viene caracterizando a la ACB desde hace muchos años, y que aprovecha estas fechas para dar visibilidad a la competición a través del choque más importante con el que cuenta. Lo más interesante se encontró en el propio juego, que evidenció muchas cosas en los dos equipos y da bastante margen para el análisis. La victoria cayó del lado azulgrana, que vio como su rival, naufragaba en los minutos finales con un Chus Mateo desmañado.

🙄  ¡Aquí no defiende nadie!

Tanto Chus Mateo, como Sarunas Jasikevicius, trataron el duelo de inicio con la importancia que se merecía, y salían con los que, a priori, son sus quintetos de gala. El Real Madrid, con Nigel Williams-Goss como director de juego. Es evidente que a día de hoy es el mejor base con el que cuenta el cuadro merengue, distribuye bien, ordena a sus compañeros y es un defensor contrastado. De hecho, de inicio, aunque en esto también influye el tamaño, fue el designado para ocuparse de Nicolás Laprovittola. El argentino está siendo el faro en ataque del Barça y Dzanan Musa muestra muchas carencias en ese lado de la pista, por lo que Goss era el idóneo para la tarea. El propio Musa, junto con un ‘Gaby’ Deck, que no tuvo su noche, Guerschon Yabusele y Edy Tavares completaron el quinteto.

En el Barça, ‘Saras’ optaba por sus cinco principales. Tomas Satoransky junto con ‘Lapro’ en el backcourt, con Nikola Kalinic, Nikola Mirotic y Jan Vesely en el frontcourt. Un quinteto gigante en cuanto centímetros, que buscaba paliar uno de los mayores debes del Barça esta campaña, cerrar el rebote. El Barcelona salió con dos marchas más y una intensidad brutal que aportó Jan Vesely en los primeros minutos. El pívot checo está cada vez más cómodo y protagonista en el esquema de Jasikevicius y en el encuentro se notó mucho.

La primera mitad evidenció, que ambos conjuntos se están mostrando muy irregulares esta campaña, y se convirtió en un continuo de micropartidos. También, brilló por su ausencia defensiva, y dejó muchos parciales para uno y otro equipo, llegando incluso a intercambiarse hasta en ocho ocasiones el liderato. Eso sí, las mejores sensaciones las expiraban los blaugranas, que llegaron a poner una máxima ventaja de 7 puntos, con los buenos minutos de la segunda unidad en el segundo cuarto. Sin embargo, todo esto daba igual, ya que, el Real Madrid siempre se mantuvo en el partido, e incluso se marchó por delante al descanso, con la primera mandarina del año para Sergio Llull.

🧩  La segunda unidad del Barça encauza la victoria

‘Saras’ se marchó pensativo, y a su vuelta, demostró esa madurez que poco a poco va alcanzando como técnico. Sabiendo estar tranquilo, en los momentos en los que toca, y activo cuando lo necesitan sus jugadores. Rápidamente, leyó que el partido necesitaba ese punto físico que ninguno de los dos estaba aportando. Y es precisamente lo que hizo, jugadores como Oscar da Silva, Sertaç Sanli o Cory Higgins dieron ese plus en defensa que necesitaba el partido.

El mismo Higgins, con 18 puntos, se unió a Laprovittola, con 19, para aportar en ataque y desde ahí construyó el Barça, que apenas utilizó a Nikola Mirotic en la segunda mitad. «Con Niko –Mirotic–, se trata de sacar minutos de calidad, no cantidad» avisaba ya el lituano durante la previa. Con esto, anuló a los blancos, incluso ganaron el rebote, y más sorprendente aún, el rebote ofensivo. Para esa tarea, el joven brasileño Da Silva hizo un partido descomunal, siendo la pieza final del puzle con 9 rebotes.

🫤  Chus Mateo inhábil en los minutos finales

Pese a que el Barcelona había encontrado su mapa a seguir hasta ganar el partido, el Madrid estaba todavía con opciones de cambiarlo en el último cuarto. De hecho, llegó a colocarse 62 a 62 en el último periodo. Aquí es donde su técnico no supo elegir la hoja de ruta. Mateo no encontró el quinteto para igualar la superioridad física y defensiva del Barça. La baja de Rudy Fernández fue clave, puesto que el de Palma es un defensor de élite y aporta ese nervio que se debe tener en los momentos calientes.

Mario Hezonja podía haber sido utilizado más minutos, ya que si aporta esa dureza y carácter. El croata necesita al mismo tiempo conocer su rol en ataque y sentirse importante para aportar a su vez atrás. Sin un deber específico, dentro de un ataque, que se basó casi exclusivamente en lo que Tavares y Vincent Poirier rascaban en la pintura, Hezonja no encontró su sitio. Si a esto le sumas que el Sergio Rodríguez estuvo casi inaudito, un pobre Alberto Abalde, y sin Adam Hanga, los merengues adolecieron, nuevamente, de no contar con un point guard de la élite europea.

Las comparaciones son odiosas, si bien, se vio a Chus Mateo demasiado impotente, muy parado y con las manos en los bolsillos en unos momentos finales muy calientes. Todo el WiZink Center esperaba estallar al unísono con los aspavientos de su entrenador, como lo hacía con Pablo Laso, algo que no ocurrió. El Barcelona gestionó esos momentos y acalló a un Palacio que esperaba entrar en ebullición. Y no fue un día puntual. El Real Madrid ha salido derrotado en prácticamente todos los finales apretados ante el resto de transatlánticos europeos. Salvo Fenerbahçe y Anadolu Efes, el resto les ha vencido. Baskonia, dos veces, el Barça, otras dos, Olympiacos y Monaco más de lo mismo y es una clara asignatura pendiente por parte de Chus Mateo si quiere seguir en el banquillo blanco.

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