Damian Lillard
NBA

Damian Lillard, Trail Blazer de por vida

Damian Lillard es uno de los mejores jugadores de la NBA. Aunque no lo parezca, es una estrella de la competición en el mismo escalón que los gigantes de su generación. Pocos pueden criticar que Lillard se haya ganado el derecho a dirigir su propio futuro. En un mundo tan cambiante como, parece que el destino que de Lillard estará eternamente ligado a una única camiseta, por su propia elección, y a una sola franquicia. Damian quiere ser el ídolo indiscutible de Portland Trail Blazers.

😡 Ninguneado en sus inicios

Damian Lillard desembarcó en la NBA en 2012. Elegido en el puesto número seis del draft por Portland Trail Blazers, rápidamente dejó claro que su llegada a la liga sería todo un acontecimiento. Sería una de esas elecciones que cambiarían el rumbo de una franquicia. El californiano debutó frente a Los Angeles Lakers la noche de Halloween. No fue un debut cualquiera, puesto que el novato tuvo como pareja de baile a la leyenda Steve Nash.

Un Nash en horas bajas, sí, en el final de su carrera. Pero aquellos Lakers provocaron un terremoto al reunir en el mismo quinteto al canadiense, junto a Kobe Bryant, Ron Artest, Pau Gasol y Dwight Howard. El experimento de Los Lakers no salió bien, pero la presentación en la liga de Lillard, con 23 puntos y 11 asistencias, frente a un equipo monstruoso, siempre quedará en el recuerdo.

Con el paso de las temporadas, Lillard sumó números, galones y galardones. Elegido por unanimidad como rookie del año en 2013, en 2014 y 2015 jugó el All-Star. Pero en la campaña 2015/2016, Damian da un salto cualitativo… no acompañado de reconocimiento. De repente, tanto aficionados como la propia NBA se olvidaron de él. No fue seleccionado para el partido de las estrellas con mejores guarismos que los años en los que sí fue convocado.

 🍂 Un giro de los acontecimientos

Finalizada una etapa algo rebelde, más centrado y con la cabeza fría, Damian comprendió que su única opción de encontrar la aprobación llegaría si no fallaba ni una sola noche. Así fue. En 2019 alcanzó las Finales de Conferencia, donde rozó la épica frente a los Warriors. Se convirtió en el primer jugador desde Wilt Chamberlain en la década de los 60 en anotar más de 60 puntos en tres partidos durante el mismo curso. Nadie lo ha vuelto a conseguir. Elegido además MVP de la burbuja en 2020, cuando Portland llegó casi sin opciones y gracias a su desempeño alcanzó playoff.

Bajo tales actuaciones, el público aceptó por fin a Damian Lillard, la NBA empezó a promocionarle y surgió entonces una nueva corriente: Lillard estaba desaprovechando sus mejores años en Portland. A su vez, los Blazers le entregaron sin pensárselo dos veces las llaves de su fortuna. Un primer contrato largo, renovado y blindado recientemente que habilita a Damian para hacer y deshacer la plantilla a su antojo. Al estilo de las mayores estrellas de la competición.

🌹 Futuro en Oregón

Damian Lillard no solo seguirá vistiendo los colores de Portland, sino que su implicación en la reconstrucción del roster es total. La llegada al banquillo de Chauncey Billups y la incorporación de jugadores de su gusto, como Jerami Grant o Josh Hart, ha sido orquestada bajo su aprobación. Como dijo el propio Billups: «Hay conjuntos que buscan una estrella y otros que ya tienen una. Ese es nuestro caso». Por lo tanto, ningún canto de sirena le hará cambiar de opinión.

Eso aludió una noche más en la que firmó su enésimo partido de 60 puntos. El choque de 60 o más tantos más eficiente de la historia, acertando en 21 de sus 27 lanzamientos con un 9 de 15 en triples. Al hilo, aparecen las voces que piden su traspaso, por más que el de la Bahía siempre lo haya tenido meridianamente claro.

Tal y como demostró al final de su etapa universitaria con los Wildcats de Weber State, Lillard es un tipo muy familiar. De hecho, sus años en Weber State simbolizan lo que puede ser su carrera NBA. Toda una vida haciendo crecer a la comunidad de un mercado pequeño. Lillard hace oídos sordos a los que piden que se marche de Portland, porque él es feliz en el Moda Center y no necesita un anillo para ser reconocido. Y si lo necesitara, no descansaría hasta traerlo, porque es el hijo pródigo de los Portland Trail Blazers y su misión es continuar allí para engrandecer la historia de la franquicia de Oregón.

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