El mayor evento del deporte mundial se celebra cada cuatro años y París ya tiene sus puertas abiertas para acoger a los mejores deportistas del planeta en una nueva cita de Juegos Olímpicos. En Tokio 2020, el skateboarding vio la luz olímpica. A falta de poco más de un año para el comienzo, desde Australia resuena el nombre de Chloe Covell. A sus 13 años, Covell es un prodigio del skate y sus resultados invitan a soñar con que será una de las más destacadas de la historia de su deporte.
🌟 Talento emergente
La joven australiana ha vivido su decimotercer cumpleaños de camino a casa en un avión, después ganar la tercera medalla de su corta, pero intensa carrera en el skateboarding. Convertir lo extraordinario en norma es algo que solo logran los grandes del deporte. La última medalla que ha conseguido ha sido la de plata en el campeonato mundial de Sharjah. Con una puntuación de 253.51, Chloe ha quedado segunda por detrás de la brasileña Rayssa Leal (255.58) y por delante de la japonesa Momiki Nishiya (253.30).
Sin embargo, no es la primera vez que Covell pisa un podio. En su palmarés, además del metal recientemente conseguido, ya acumula una plata y un bronce en los X-Games del año pasado. Ahora, su éxito en los Emiratos Árabes Unidos le ha dado puntos importantes de cara a la clasificación olímpica para París. En caso de conseguir participar en la cita, Covell se convertiría en una de las atletas más jóvenes de Australia en estar en unos Juegos Olímpicos.
🧠 Ambición con los pies en el suelo
Desde su entorno alaban el inmenso talento de Chloe, que empezó a patinar con tan solo seis años de edad. «Su progresión en el último año, teniendo en cuenta su edad, es increíble. Estamos muy emocionados de apoyarla y verla alcanzar sus sueños y metas hacia París», reconocía a medios ingleses Debbie Savage, gerente de alto rendimiento de Skate Australia.
La pasión por el deporte le viene de familia: su padre es un exjugador de la NRL (Liga Nacional de Rugby Australiana). Luke Covell jugó en los Sharks y en los Tigers durante un total de 153 partidos, experiencia suficiente para guiar a su hija en el del deporte de élite. Más allá de las pistas, la fama es parte del negocio. Chloe cuenta con una legión de fans en sus redes sociales (50.000 seguidores): «Me encanta publicar y ver todo el apoyo que tengo. La gente empezó a seguirme cuando fui a mi primer gran concurso en Japón, los X-Games».
Con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos, Chloe Covell tiene claras sus prioridades: la clasificación para París. Enfocada en su objetivo, Covell enfoca su objetivo a la vez que deja al mundo la importante lección de que la edad no es un límite para triunfar.