Según datos de la National Retail Federation (NRF) de los Estados Unidos que recoge Statista, las familias del país se gastarán una media de 80 euros en el consumo de cualquier tipo de producto o servicio relacionado con la celebración de la LVIII edición de la Super Bowl.
De entrada, 80 euros por familia no parece ser una cifra que impresione mucho. Pero sí empieza a hacerlo si se tiene en cuenta que eso supone un gasto total nacional de más de 16.000 millones de euros. Una cifra no muy lejana, por ejemplo, al gasto público en Defensa del Gobierno español o equivalente a seis veces nuestro gasto total en Seguridad Social.
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En términos absolutos, esos 16.000 millones de euros es un récord histórico. Sin embargo, si lo ajustamos teniendo en cuenta el efecto de la inflación, y aunque sigue siendo considerable, dejar de ser el máximo registrado hasta la fecha. De hecho, está por debajo de los niveles que la Super Bowl alcanzó el año anterior a la pandemia del COVID, que sigue siendo el más alto: algo más de 19.000 millones de euros a precios actuales.
Posible récord de audiencia de la Super Bowl LVIII
En cambio, se estima que hay un récord que sí será superado en esta Super Bowl: el número de espectadores que lo verán por TV.
Hasta un 77% de los ciudadanos estadounidenses aseguran que se colgarán de las pantallas del domingo a las 12 de la noche, hora española, para ver el encuentro entre los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers. Ese porcentaje es prácticamente el mismo que se alcanzó en la Super Bowl del año 2016, cuando los Denver Broncos ganaron por 24 a 10 a los Carolina Panthers, y que supone el récord hasta la fecha.
Por otro lado, ese porcentaje del 77% es el mismo que alcanza el fútbol americano cuando se pregunta a los aficionados del país cuál es su deporte favorito. Y, por sorprendente que parezca a los europeos que solemos mantener la idea tópica de que el deporte nacional de los Estados Unidos es el beisbol, resulta que este es solo el tercero por audiencia, con un 50%, por detrás del 59% del baloncesto y del ya citado 77% del fútbol americano.
¿Un deporte para viejos?
Sin embargo, en la trastienda del espectacular porcentaje que alcanza el fútbol americano, se agazapan signos de inquietud. Estos surgen con claridad cuando se atiende a las preferencias por grupos de edad.
La afición al fútbol americano es mucho mayor entre la gente talludita que entre los jóvenes. Hasta un 88% de los mayores de 55 años declara que su deporte principal es el del balón ovalado, frente a un 48% que prefiere la canasta. Pero el panorama se va invirtiendo de manera tan marcada como progresiva cuando uno va descendiendo en los niveles de edad. Tanto es así, que entre los estadounidenses de entre 18 y 24 años, la afición al basket (65%) supera ya a la del fútbol americano (61%).
Cierto es que la diferencia no es muy alta y que es en el único tramo de edad en el que se produce. Pero no faltan quienes consideran que es inevitable que, en el mundo actual, los jóvenes prefieran un deporte de reglas bastante sencillas, continuo, con muchas jugadas atractivas y de duración tolerable, como el basket, que otro de reglas más complejas, con interrupciones más largas y repetidas, jugadas mucho más breves y duraciones indeterminadas que pueden exceder normalmente las tres horas. Además, es más fácil y barato practicar baloncesto que fútbol americano.
Sin embargo, en el lado opuesto del razonamiento, hay quienes sostienen que no hay que dejarse atrapar por las trampas de la estadística, en el sentido de que tan sostenible es que los jóvenes de hoy tengan mañana menos afición por el fútbol americano, como que la gente que se va haciendo de más edad siempre preferirá progresivamente el fútbol a cualquier otro deporte.