Kim Kardashian, Gisele Bundchen, Danica Patrick, Jessica Simpson, Carrie Underwood, Eva Longoria… una lista infinita de celebridades han tenido romances con algún jugador de la NFL desde que la era Super Bowl se instaló en Estados Unidos. La lista es muy larga, pero ninguna de ellas, incluso si se consideran las diferentes épocas y carreras, ha tenido un impacto ni remotamente comparable al de Taylor Swift durante el curso 2023.
De acuerdo con la compañía Apex Marketing Group, especializada en big data, la cantante estadounidense ha generado un valor de marca de 331,5 millones de dólares para los Kansas City Chiefs y la NFL desde que se hizo pública su relación sentimental con el jugador Travis Kelce. Desde la primera aparición pública de la artista en esta temporada —en septiembre del 2023, en el partido en el que los Chiefs se impusieron 41-10 a los Chicago Bears—, comenzó el impacto económico tanto para el equipo como para la liga. A partir de ese momento, la imagen de Taylor Swift durante las transmisiones de los partidos se convirtió en algo habitual, al grado de que en octubre la NFL publicó un comunicado en la revista People en el que destacó el hecho como un fenómeno de la cultura pop.
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🪢 Taylor Swift y la NFL, una unión imparable
Ni Travis Kelce ni Taylor Swift necesitan al otro en los medios, y ambos brillan con luz propia dentro de su propio sector. Son perfiles creíbles, auténticos, con una relación sana. La presencia de Taylor en los partidos de Kelce es aprovechada por ambos para extender su popularidad en sectores en los que nunca habrían pensado en expandirse. Una relación que se vuelve simbiótica entre la presencia de la cantante y la propia NFL.
La relación entre Swift y Kelce, además de demostrar un altísimo nivel de compromiso mutuo en todas las apariciones públicas, individuales o no, socava el antiguo sistema de valores que pretende que cada pareja se base en un desequilibrio fundamental, que quiere ver en cada uno. Por el contrario, hay un gran segmento de aficionados de la NFL que se quejan abiertamente de la atención que se le presta a este amor, porque le quita atención a la verdadera grandeza de Travis, la del campo. Así como hay una parte del público de Taylor que sigue percibiendo a la NFL como un mundo distante de sus valores.
Travis Kelce abraza a Taylor Swift tras clasificarse para la Super Bowl LVIII.
Sin embargo, cuando Kelce es grabado susurrando «te amo mucho» desde el campo; y Swift se deja filmar mientras bebe cerveza y lo anima a gritos, sin importarle las cámaras, ambos bandos se unen sin importar las diferencias. Todo ello luego magnificado por el momento de fama mundial que viven ambos a nivel individual y a su talento profesional.
Por eso Swift ha tenido este impacto en el fútbol americano y por eso su presencia ha aumentado acentuadamente la audiencia de la NFL. Swift ha aportado más valor económico a un deporte que ya era el dominante en Estados Unidos. Un impacto de popularidad, ya que la NFL ha crecido de forma inverosímil en las redes sociales a las que Swift ha transferido una parte enorme de sus más de 280 millones de seguidores.
Incluso el propietario y director ejecutivo de Kansas City Chiefs, Clark Hunt, ofreció su punto de vista sobre el tema en una entrevista con CNBC: «Ha sido un año muy interesante y divertido teniendo a los dos saliendo, la atención que se ha centrado en los Chiefs. Nuestra audiencia femenina ha crecido a pasos agigantados«.
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Roger Goodell, comisionado de la NFL, tampoco ha dejado pasar la oportunidad de comentar esta situación: «Las noticias sobre Taylor Swift y Travis Kelce han sido un momento de la cultura pop en el que nos hemos apoyado en tiempo real, ya que es una intersección entre el deporte y el entretenimiento, y hemos visto una increíble cantidad de positividad en torno al deporte». Ni siquiera Brock Purdy —quarterback rival de Patrick Mahomes y Travis Kelce en la Super Bowl LVIII— se libró de la pregunta estrella de la previa. «¿Estás preparado para decepcionar a Taylor?», le comentaron.
🎤 Audiencia disparada y la Super Bowl más cara de la historia
En Estados Unidos, en casi 60 años de televisión, solo el alunizaje del Apolo 11 —el 20 de julio de 1969— logró superar la audiencia conectada para ver la Super Bowl. Ocho ediciones de la Super Bowl entran en el top 10 de programas más vistos de la historia del país, todos ellos concentrados a partir de 2011, con una media de 112 millones de espectadores por edición.
Taylor Swift en el palco del Arrowhead Stadium durante un partido de Travis Kelce con Kansas City Chiefs.
Si ampliamos el análisis a los 30 programas más vistos de la historia de la televisión estadounidense, hay hasta 23 Super Bowl. Las 7 plazas restantes ocupadas por momentos muy relevantes de la historia del siglo XX, como el discurso de dimisión del presidente Nixon, la persecución de O.J. Simpson por parte de la policía o el episodio final de MASH, una serie que contribuyó en gran medida a la globalización de las aduanas.
Y por último aparecen los precios de las entradas para el Allegiant Stadium de Las Vegas que será los más caros de la historia. Es cierto, que al tratarse de un estadio ultramoderno y el hecho celebrarse en ‘Sin City‘ por primera vez ha ayudado a disparar los precios, pero la influencia de la cantante está ahí. La entrada más barata para la Super Bowl LVIII costará 11.363 dólares, un 70% más cara que la del año pasado. Estos datos vuelven a confirmar que la NFL no necesita a Taylor Swift para alcanzar la máxima popularidad y audiencia. Y al mismo tiempo ratifica que el efecto Taylor Swift en el fútbol americano es algo sin precedentes.
