Novak Djokovic regresará el próximo lunes a la cima del ranking. El serbio, tras un periplo alejado de determinados eventos por su negativa a vacunarse contra la COVID-19, ha establecido de nuevo el orden natural. Porque la realidad es que nunca dejó de ser el mejor. Con su triunfo ante Stéfanos Tsitsipas (6-3, 7-6 y 7-6) alcanza los 22 Grand Slam —los mismos que Rafael Nadal—, y confirma la sensación de que esa cifra puede seguir creciendo.
Melbourne es para ‘Nole’ lo mismo que París para Nadal: su hogar natural. El de Belgrado suma diez coronas en el primer major del curso, donde no ha perdido una sola final. Está tan cómodo que las molestias desaparecen —saltó a la Rod Laver Arena sin el vendaje en su muslo izquierdo—. Los rivales lo perciben y salen a la pista acongojados. Hasta Tsitsipas, con un tenis mucho más maduro que antaño, se acomplejó en un primer set donde Djokovic no le dio una sola opción al resto (6-3).
Tsitsipas alcanzó su pico tenístico en la segunda manga, con algún revés inexplicable y una derecha que castiga a cualquiera cuando alcanza velocidad de crucero. El problema del griego estuvo en el aspecto mental. A Djokovic le entraron las dudas y él, en lugar de ahondar en ellas, contribuyó a que el serbio las disipara. Tsitsipas fue un manojo de nervios en cada opción de break y, por supuesto, en un desempate que no tuvo demasiado lejos —7-6(4)—.
Más de lo mismo en el inicio del tercer y último acto. El griego gastó su última bala, pero cedió su servicio justo después de lograr el break (1-1). En ese momento, la batalla estaba perdida. Se sostuvo al servicio —15 aces—, pero de nuevo sucumbió en el desempate.
Con este triunfo, Djokovic, además de igualar a Nadal en trofeos de Grand Slam, le sobrepasa en títulos cosechados en la Era Abierta —93—. De paso, el próximo lunes estará de nuevo en lo más alto de la lista ATP, para engordar su récord de semanas como número uno. El momento de Tsitsipas tendrá que esperar. Djokovic le ha vuelto a robar su primer major.