Garbiñe Muguruza nunca ha sido de bajar los brazos. Como respuesta al mal momento deportivo que atravesaba, la hispanovenezolana decidió tomarse un descanso prácticamente obligado, con el objetivo de regresar a la pistas con más energía.
La exnúmero uno del mundo tomó esa decisión a principios de abril, con la mente puesta más en el lado personal de su vida privada que en la competición. Lo hizo porque se sentía más tranquila en compañía de sus allegados. El año pasado ya hizo algo similar —se saltó Indian Wells y Madrid—, por lo que a muchos aficionados no les ha pillado por sorpresa el largo parón que ha decidido tomarse este curso.
Garbiñe Muguruza pospone su regreso
Garbiñe Muguruza no juega un encuentro desde el WTA 250 de Lyon, a finales de enero, donde perdió contra la checa Linda Noskova en primera ronda. Antes había estado en los dos torneos de Adelaida y en el Open de Australia, compromisos que saldó con derrotas ante Bianca Andreescu, Belinda Bencic y Elise Mertens.
Los problemas de Garbiñe Muguruza, que no gana desde el pasado mes de septiembre en Tokio, vienen de la temporada pasada, en la que apenas sumó 12 victorias, además de caer en envites que tenía encarrilados y verse contra las cuerdas en más de una ocasión.
La española tenía en mente regresar justo tras el verano, probablemente después de Wimbledon, pero su entorno ha sembrado nuevas dudas. Lo cierto es que las fechas pueden alargarse, hasta que ella considera que es el momento oportuno de regresar.
Sin fecha de regreso
Como explica El Periódico de España, sus familiares mantienen que «no hay por qué pasarlo mal, no hay necesidad. Volverá cuando le apetezca, si es que le apetece», sin dejar del todo claro si en el horizonte de la tenista hay una intención rotunda de volver a jugar próximamente.
La tenista, de padre vasco y madre venezolana, está feliz con su relación en pareja y su próxima boda con el modelo Arthur Borges. La tenista y su novio tuvieron un flechazo cuando sus vidas se cruzaron, por casualidad, en agosto de 2021 en Nueva York.
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Es más; en una entrevista reveló que no podía compaginar su vida sentimental con el exigente calendario profesional que sigue, por lo que se entiende que ahora busca esa libertad que le podría condicionar en los circuitos.
O lo que es lo mismo; desgastada por la vorágine profesional, la tenista disfruta de la cotidianeidad alejada de la pista, sin fecha definida de regreso.
Cabe recordar que Garbiñe Muguruza es doble ganadora de Grand Slam —Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017—, ha disputado la final en todos los majors y sabe lo que es ocupar la primera plaza del ranking WTA. Y no hace demasiado, en 2021, se coronó como maestra. Registros increíbles que invitan a pensar que puede aspirar a todo si regresa al máximo nivel.